Reflexión del Dia: 1 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere que los codependientes tendemos a «entregar el control de nuestra vida a los otros, abdicando nuestro poder. Cuando nos hacemos dependientes, entramos en un torbellino de emociones y sentimientos que nos llevan hasta la desesperación, la tristeza y desordenamos nuestra existencia. Toda relación que se sustenta en el control, y no en el amor esta signada por el fracaso.
Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:
La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir. En última instancia, la dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella. Dependemos de esa persona. Finalmente nos enojamos y nos resentimos con la persona de quien dependemos y quien nos controla, porque le hemos dado nuestro poder personal y nuestros derechos.

Mi Reflexión: Cuando caemos en el complejo circulo de la dependencia afectiva y todos nuestros sentimientos lo cedemos a otra persona, dejamos de ser nosotros mismos par convertirnos en un «títere» de ese ser a quienes «idealizamos». Iniciamos controlando de manera desesperada por temor a perder esa fuente de felicidad que creemos poseer, para luego llegar a ser la persona «dominada» y «sumisa» a las necesidades de esa persona. Cedemos nuestros derechos, entregamos nuestro poder y nos sentimos enojados, coléricos y desesperados. Tenemos que «cortar» con ese «circulo vicioso». Podemos y debemos hacerlo, caso contrario, enfermamos física y emocionalmente. (Alpha).

¿Has tenido ese tipo de relaciones difíciles de dependencia afectiva?¿Has logrado salir «airoso» de estas relaciones? ¿Cuales herramientas usaste? ¿Dieron resultados positivos? Comparte aquí en los comentarios.

Reflexión del Dia: 18 de Julio



Algunas veces la conducta codependiente se enreda de un modo inexplicable con la de ser buena esposa, madre, hermano, marido o cristiano.
Marilys de cuarenta y tantos años, es una mujer atractiva, cuando se preocupa por sí misma. Sin embargo, la mayor parte del tiempo lo pasa atendiendo a sus cinco hijos y a su esposo, un alcohólico en recuperación. Dedicó su vida a hacerlos felices, pero no tuvo éxito.
Generalmente siente ira, estima que sus esfuerzos no son apreciados y su familia se enoja con ellas. Tiene relaciones íntimas con su esposo cada vez que él lo desea, sin importar cómo se sienta ella. Gasta una parte muy importante del presupuesto familiar comprando juguetes y ropa para los niños: les compra todo lo que quieren. Hace de su chofer, les lee, les cocina, les limpia, los acaricia, mima con exceso a quienes se encuentran a su alrededor pero nadie le da a ella. La mayoría de las veces ni siquiera le dicen “gracias”.
Marilys resiente este constante dar de sí misma a su gente querida. Resiente la manera en que su familia y las necesidades de esta controlan su vida. Eligió la crianza como su profesión, y frecuentemente lo reciente. “Pero me siento culpable cuando no hago lo que me piden. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo con mis estándares de lo que es ser madre y esposa. Me siento culpable cuando no vivo de acuerdo a los estándares que los otros tienen de mí. Sencillamente me siento culpable”, dice. “De hecho”, añade, “fijo mis actividades cotidianas, mis prioridades, de acuerdo con mis sentimientos de culpa.”
¿Qué el cuidar de otras personas, resentirlo y esperar nada a cambio significa que Marilys es una buena esposa y madre? ¿O podría significar que Marilys es codependiente?

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 21 de Junio



Tristemente, muchos de nosotros no tenemos a dónde ir con toda esa ira. Nos la tragamos, nos mordemos la lengua, sacamos el pecho, la lanzamos a nuestro estómago, la dejamos zumbar en nuestra cabeza, escapamos de ella, le damos medicamentos, o le damos una galleta. Nos culpamos a nosotros mismos, convertimos la ira en depresión, nos metemos en cama, tenemos la esperanza de que nos muramos, y nos enfermamos a causa de ello. Finalmente le pedimos a Dios que nos perdone por ser una persona tan horrible o por sentir ira en primer lugar.
Muchos de nosotros hemos estado en un verdadero dilema con nuestra ira, especialmente si hemos vivido en un sistema familiar que dice: “No sientas; sobre todo, no sientas ira”. El alcohólico en realidad no quiere escuchar qué tan fuera de si nos sentimos. Él o ella probablemente piensan que nuestra ira es irracional de todos modos, y puede molestarle cuando hablamos acerca de ella. Nuestra ira puede oprimir los botones de la culpa en el alcohólico. El alcohólico puede incluso sobrepasarnos en su ira simplemente para mantenernos reprimidos y sintiéndonos culpables.
De modo que, ¿qué hacemos con todo este vapor sellado a presión? Lo mismo que hacemos con casi todo lo que tiene que ver con nosotros: lo reprimimos y nos sentimos culpables por él. La ira reprimida, al igual que todas las otras emociones reprimidas, causa problemas. A veces nuestra ira puede derramarse de forma inadecuada.Le gritamos a alguien a quien no teníamos intención de gritarle. Arrugamos la cara fruncimos los labios, y ayudamos a los demás a no sentir ganas de estar cerca de nosotros. Azotamos los platos aunque no podamos permitirnos el gasto de romper nada que tenga un valor material porque ya hemos perdido demasiado.

(Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente).
desapego de chopra1

Reflexión del Dia: 6 de Octubre



Muchos no entendernos de qué somos responsables y de qué no lo somos. Podemos creer que tenemos la obligación de estremecernos cada vez que alguien tiene un problema porque es responsabilidad nuestra actuar justamente así. En ocasiones al sentirnos responsables de tantas cosas, nos enfermamos de tal manera que rechazamos toda responsabilidad y nos volvemos totalmente irresponsables.
Sin embargo, en el centro de la mayoría de los rescates hay un demonio: baja autoestima. Rescatamos porque no nos sentimos bien con nosotros mismos. Aunque los sentimientos son temporales y artificiales, el hecho de cuidar nos da un estado temporal de sentimientos agradables, de autoestima y de poder. Tal y como un trago ayuda a un alcohólico a sentirse mejor momentáneamente, un rescate nos distrae temporalmente del dolor de ser quienes somos.
No nos sentimos adorables, de modo que nos conformamos con sentirnos necesarios. No nos sentimos bien con nosotros mismos, de modo que nos vemos obligados a hacer algo en particular que pruebe qué tan buenos somos.

(Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente).
desapego de chopra1