Reflexión del Dia: 20 de Febrero

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependienteplantea la convicción que debe asumir el codependiente en cuanto a la guía divina que permite sanar nuestras conductas insanas.

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Reflexiona sobre esto:

Paulatinamente comprendí que la voluntad de Dios era que yo aceptara mis circunstancias actuales, aunque el plan de Dios fuera diferente al mío. Pero aprendí también que la voluntad de Dios era que yo aprendiera a no ser víctima y a cuidarme a mí misma, sin importar lo que estuviera sucediendo. La voluntad de Dios significaba aprender a confiar en Dios y en mí misma.
Aprendí que la voluntad de Dios es que yo sienta y acepte mis emociones en vez de disculparme por sentirlas.
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.

Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.
Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.

Mi Reflexión: Cuando confiamos que un poder superior a nosotros guía nuestros pasos continuamente y asumimos una conducta con base en esas creencias empezamos a ver resultados maravillosos que seria imposible explicar con palabras habituales. Hay una transformación positiva y un compromiso de seguir transitando la recuperacion. (Alpha).

¿Confías que tu vida esta siendo guiada por la divinidad? Explica que sientes al respecto.

Meditación 16 de Enero… La Oración

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós se refuerza que la meditación y oración son herramientas fundamentales para desarrollar nuestra espiritualidad.

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Medita sobre esto:

De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio sentido de la palabra, porque es lo único que cambia nuestro carácter. Un cambio de carácter, o un cambio en el alma, es un cambio verdadero. (Emmet Fox, El sermón de la montaña).

Erica Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos. La plegaria y la meditación son formas que tenemos para cuidar de nuestro espíritu, son disciplinas que se sugieren en el Paso Once de los programas de recuperación de Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos Anónimos, y otros.
La oración y la meditación no necesariamente están conectadas con las religiones organizadas, son una forma para mejorar nuestra relación personal con un Poder Superior para beneficio de nosotros mismos, de nuestra vida y de nuestro crecimiento interior. Por medio de la oración nos conectamos con Dios. No oramos porque tengamos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como vinculamos nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y nuestras necesidades físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras conductas, pero también a cuidar de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque ahí es donde empieza todo cambio verdadero.
Cada vez que hablamos con Dios, nos transformamos. Cada vez que nos conectamos con nuestro Poder Superior, este nos escucha, nos toca y nos cambia para mejorar.

«Hoy practicare la plegaria y la meditación. Ya sea que me sienta desesperado, inquieto o en paz, haré el esfuerzo por conectarme con mi Poder Superior, por lo menos durante un momento el día de hoy».

Mi Reflexión: La recuperacion, como sendero espiritual nos perite desarrollar la espiritualidad como un mecanismo para la sanación. Ello nos lleva a «desarrollar la fe y confianza en un poder superior a nosotros, sea cual sea la concepción que tengamos cada persona. La oración pasa a ser un acompañamientos permanente y forjamos una relación genuina con la Divinidad. Las plegarias son una arma poderosisima para mantener la serenidad y paz interior. )Alpha).

¿Confías en el poder superior? ¿Practicas la oración permanentemente? ¿Cuales son los resultados de mantener esa relación con la divinidad? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 20 de Febrero



Paulatinamente comprendí que la voluntad de Dios era que yo aceptara mis circunstancias actuales, aunque el plan de Dios fuera diferente al mío. Pero aprendí también que la voluntad de Dios era que yo aprendiera a no ser víctima y a cuidarme a mí misma, sin importar lo que estuviera sucediendo. La voluntad de Dios significaba aprender a confiar en Dios y en mí misma.
Aprendí que la voluntad de Dios es que yo sienta y acepte mis emociones en vez de disculparme por sentirlas.
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.

Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.
Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.

(Melody Beattie).
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Reflexión del Dia: 4 de Febrero

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BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
BUSCAMOS A TRAVÉS DELA ORACIÓN
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.
Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.

Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.
Algunos días me envuelven las ocupaciones cotidianas antes de tener tiempo para rezar. No me gustan esos días, pero estoy aprendiendo a confiar que, aun en esos días, Dios no me abandona ni me abandonará.
Paulatinamente entrego más partes de mí misma a Dios. Aprendo a confiar en Dios. Esa confianza no quiere decir que jamás sentiré dolor, estrés o situaciones que no me gustan. Sí significa que puedo confiar que lo que sucede es para bien.
También aprendo que puedo hacer cualquier petición a Dios. Ninguna es demasiado grande, demasiado pequeña o sin importancia. Puedo ponerlo todo en cada oración, luego soltar y pedir que se haga la voluntad de Dios.
Cada uno de nosotros podemos encontrar nuestra manera personal de orar, nuestra propia disciplina de oración, nuestro propio método para comunicarnos. A algunas personas les gusta las oraciones sugeridas por ciertas religiones. Algunas disfrutan un acercamiento menos estructurado en su comunicación con Dios.
La manera en que rezamos no es tan importante como el esfuerzo por hacerlo. Estoy aprendiendo a rezar tenga ganas o no. Aprendo que puedo confiar, me sienta con inclinación a hacerlo o no.
Muchas veces he rogado a Dios por algo, me he enfurecido porque no me lo ha dado para luego sentirme agradecida un año más tarde cuando la agenda de Dios resultó mucho mejor que la mía.

Con frecuencia, termino agradeciendo profusamente a Dios por no haberme permitido salirme con la mía.
Gradualmente aprendo que está bien agradecer a Dios por todo lo que sucede, aun cuando no es lo que yo deseo, aun cuando no siento agradecimiento el día de hoy.
A veces me enterco y rehusó pedir la ayuda que necesito. Con frecuencia se me recuerda que, aunque soy fuerte y competente, existe un Poder que me ayudará en formas milagrosas, vitalizantes y curativas.
Es mediante la oración que nos mantenemos a nosotros mismos y a nuestras almas conectados a Dios. Aquí empieza el cambio.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 2 de Febrero



BUSCAMOS A TRAVÉS DE LA ORACIÓN Y LA MEDITACIÓN MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE CON DIOS, COMO NOSOTROS LO CONCEBIMOS, PIDIÉNDOLE SOLAMENTE QUE NOS DEJASE CONOCER SU VOLUNTAD PARA CON NOSOTROS Y NOS DIESE LA FORTALEZA PARA CUMPLIRLA. (Onceavo Paso de CoDA).
MEJORAR NUESTRO CONTACTO CONSCIENTE
Mi recuperación de las adicciones químicas comenzó con una oración. Estaba en tratamiento por una dependencia química. No quería estar allí. No quería estar sobria. Pero no me quedaba de otra. Recuerdo estar mirando fijamente al techo del pequeño cubículo que era mi cuarto y diciendo: «Dios, si estás allí y te importo en algo y existe un programa, una manera de que yo me recupere, por favor ayúdame a hacerlo.»
Pensé que mi oración había rebotado del techo y caído al suelo. Me equivoqué. En pocas semanas comenzó mi sobriedad. Alguien me dijo que pidiera ayuda a Dios cada mañana y le diera las gracias por ayudarme cada noche. Lo hice. Alguien más me entregó un ejemplar del libro de meditaciones diarias y me dijo que leyera una cada mañana. Hice eso también. Había dejado de hablarle a Dios cuando tenía once años. Aún recuerdo el día. Caminaba por la calle en dirección a la iglesia un domingo, llena de desesperación y confusión. No entendía a mi familia. No me entendía a mí misma. Estaba lastimada. Miré el cielo y meneé la cabeza. Si había un Dios, ese Dios no me quería. ¿Cómo podía un Dios amoroso dejarme sentir tanto dolor y miseria? Decidí olvidarme de Dios, olvidarme de la iglesia y encontrar mi propia forma de encargarme de mi dolor.
Un año más tarde era yo una alcohólica. Varios años más tarde, era adicta a los narcóticos.
Ahora, catorce años más tarde, me encontraba en un hospital del Estado para las adicciones, rezándole a un Dios que quizá no me escuchaba. Dios sí me escuchó. A pesar mío, dejé de beber en ese hospital. Creo que era hora de que eso sucediera en mi vida. Creo que sucedió por la gracia de Dios y debido a Dios. También creo en el poder de la oración. Mi alma por fin se abrió.
Pedí.
Así comenzó mi viaje hacia la oración y la meditación, mi viaje espiritual. Mis primeros pasos fueron sencillos y débiles, pero mis acciones fueron suficiente. Este Paso comenzó a trabajar en mi vida. Luego comencé a trabajar otra parte importante de este Paso: aprender a confiar en la voluntad y el plan de Dios para mi vida y aprender que este plan incluía cuidar de mí misma y amarme.

De todas las relaciones que aprendemos a reconstruir durante nuestra recuperación de la codependencia, nuestras relaciones con nosotros mismos y con nuestro Poder Superior son las más importantes. Son el fundamento de todas las demás relaciones en las que participaremos.
Nuestra relación con Dios, durante nuestra recuperación de la codependencia, nos llevará a una relación amorosa, cercana e íntima con nosotros mismos. Lo opuesto también es cierto. Una relación íntima y cercana con nosotros mismos nos acercará a Dios.
Como dijo una mujer:«Entonces, todas las demás relaciones se convierten en el betún del pastel».
Este Paso nos dice como lograr eso. Oramos y meditamos para mejorar nuestro contacto con Dios y con nosotros mismos. Pedimos que se nos muestre el mejor curso de acción posible para nosotros y que se nos dé el poder para hacer nuestra parte.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Meditación 16 de Enero… La Oración



De hecho, la oración es la única acción real en el más amplio sentido de la palabra, porque es lo único que cambia nuestro carácter. Un cambio de carácter, o un cambio en el alma, es un cambio verdadero. (Emmet Fox, El sermón de la montaña).
Erica Jong ha dicho que somos seres espirituales, que somos humanos. La plegaria y la meditación son formas que tenemos para cuidar de nuestro espíritu, son disciplinas que se sugieren en el Paso Once de los programas de recuperación de Doce Pasos: Al-Anón, Alcohólicos Anónimos, y otros.
La oración y la meditación no necesariamente están conectadas con las religiones organizadas, son una forma para mejorar nuestra relación personal con un Poder Superior para beneficio de nosotros mismos, de nuestra vida y de nuestro crecimiento interior. Por medio de la oración nos conectamos con Dios. No oramos porque tengamos que hacerlo, sino porque queremos hacerlo. Así es como vinculamos nuestra alma con nuestro Origen.
Estamos aprendiendo a cuidar nuestras emociones, nuestra mente y nuestras necesidades físicas. Estamos aprendiendo a cambiar nuestras conductas, pero también a cuidar de nuestro espíritu, de nuestra alma, porque ahí es donde empieza todo cambio verdadero.
Cada vez que hablamos con Dios, nos transformamos. Cada vez que nos conectamos con nuestro Poder Superior, este nos escucha, nos toca y nos cambia para mejorar.
«Hoy practicare la plegaria y la meditación. Ya sea que me sienta desesperado, inquieto o en paz, haré el esfuerzo por conectarme con mi Poder Superior, por lo menos durante un momento el día de hoy».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).