Reflexión del Dia: 20 de Febrero



Paulatinamente comprendí que la voluntad de Dios era que yo aceptara mis circunstancias actuales, aunque el plan de Dios fuera diferente al mío. Pero aprendí también que la voluntad de Dios era que yo aprendiera a no ser víctima y a cuidarme a mí misma, sin importar lo que estuviera sucediendo. La voluntad de Dios significaba aprender a confiar en Dios y en mí misma.
Aprendí que la voluntad de Dios es que yo sienta y acepte mis emociones en vez de disculparme por sentirlas.
La voluntad de Dios a veces quiere decir poner mis límites y saber defenderme en vez de pedir a Dios que cambie a las personas que me lastiman.
A veces la voluntad de Dios significa que yo pida perdón. Siempre, estoy aprendiendo, significa que yo me acepte y me cuide.

Además de la disciplina de la oración matutina, rezo durante el día. A veces hablo de lo que me molesta. A veces grito pidiendo ayuda.
Pido guía y dirección cuando me siento insegura. Y entre más recuerdo agradecer, sin importar qué sucede, todo sucede mejor.
Rezar nos transforma. Oraciones de agradecimiento transforman nuestra vida y nuestras circunstancias. La gratitud convierte la energía negativa en positiva. Crea aceptación y realza lo mejor de cualquier circunstancia.

(Melody Beattie).
desapego de chopra1

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