Meditación 29 de Septiembre… Desarrollando tolerancia saludable

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la capacidad que tiene el codependiente de aguantar situaciones abusivas por parte de las personas de su entorno. Aclara que eso debe ser modificado y fijar límites en el marco de una tolerancia que evite ser abusado.

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Medita sobre esto:

Muchos de nosotros somos expertos en negar y descontar lo que nos duele. Podemos soportar una situación particular, diciéndonos repetidamente que no es tan malo; no deberíamos ser tan exigentes; cambiará cualquier día; deberíamos ser capaces de vivir con eso; no nos molesta; la otra persona realmente no lo decía en serio; no duele; tal vez somos solo nosotros.
Podemos pelear y discutir sobre la realidad y la validez de nuestro dolor, nuestro derecho a sentirlo y hacer algo al respecto.
A menudo toleramos tanto o tanto que nos ponemos furiosos y nos negamos a tolerar más.
Podemos aprender a desarrollar tolerancia saludable.
Hacemos eso al establecer límites saludables y confiar en nosotros mismos para ser dueños de nuestro poder con las personas. Podemos disminuir nuestro dolor y sufrimiento al validar y prestar atención a nosotros mismos. Podemos trabajar para acortar el tiempo entre identificar la necesidad de establecer un límite y tomar una acción clara y directa.
No estamos locos. Algunas conductas realmente nos molestan. Algunos comportamientos realmente son inapropiados, molestos, hirientes o abusivos.
No tenemos que sentirnos culpables por ocuparnos de nosotros mismos una vez que identificamos un límite que debe establecerse. Mire la experiencia como un experimento para poseer nuestro poder, establecer límites y límites nuevos y saludables para nosotros mismos.
No tenemos que sentirnos culpables, pedir disculpas o explicarnos después de haber establecido un límite. Podemos aprender a aceptar la incomodidad y la incomodidad de establecer límites con las personas. Podemos establecer nuestros derechos a tener estos límites.
Podemos darle a la otra persona espacio para tener y explorar sus sentimientos; podemos darnos espacio para tener nuestros sentimientos, mientras luchamos por poseer nuestro poder y crear buenas relaciones de trabajo.
Una vez que podemos confiar en nuestra capacidad de cuidarnos, desarrollaremos una tolerancia sana y razonable de los demás.

«Dios, ayúdame a comenzar a luchar por límites saludables y tolerancia saludable para mí y para los demás».

Mi Reflexión: Los codependientes aceptamos tratos abusivos por mucho tiempo sin quejarnos, en aras de tener compañía y atención, pero todo tiene su límite y cuando decidimos detener ese comportamiento de las demás personas, fijamos límites para mantenernos en un marco de tolerancia y convivencia con nuestro entorno familiar, laboral, social. Podemos permitir que cada quien exprese sus sentimientos, pero con respeto. Durante la recuperación vamos asumiendo nuestro Poder y haciendo valer nuestros derechos ¡Es lo saludable! (Alpha).

reguntas: Responde estas p¿Cómo son tus relaciones familiares, laborales y sociales? ¿Obtienes el respeto de parte de estas personas? Comenta aquí tus vivencias.

Meditación 28 de Septiembre … El Poder de la Rendición

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la espiritualidad en la recuperación de la codependencia como una búsqueda de significado y propósito en la vida. Al conectarse con una dimensión espiritual, los individuos pueden encontrar un sentido más profundo en sus experiencias y relaciones.

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Medita sobre esto:

En la codependencia, a menudo hay un impulso de controlar y manipular las situaciones y las personas para sentirse seguros. Melody Beattie enfatiza la importancia de rendirse a una fuerza superior, lo que puede ser entendido como Dios o el universo. La rendición implica reconocer que no tenemos control absoluto y que necesitamos confiar en algo más grande que nosotros mismos.

También destaca la práctica de la oración y la meditación como herramientas esenciales en la recuperación. Estas prácticas pueden ayudar a los codependientes a conectarse con lo divino, a encontrar calma en momentos de caos emocional y a desarrollar una mayor claridad y sabiduría interior.
puedes explorar cómo esta dimensión espiritual puede ser una herramienta poderosa para el crecimiento personal, la sanación emocional y la construcción de relaciones más saludables y equilibradas.

Desde una perspectiva espiritual, la autoaceptación y el perdón son componentes fundamentales. Aprender a perdonarse a uno mismo por errores pasados y desarrollar una compasión profunda hacia uno mismo son pasos importantes en el camino hacia la recuperación.

La relación con Dios o la espiritualidad puede ser una fuente de fortaleza interior y resiliencia. Puede ayudar a los individuos a enfrentar los desafíos de la vida con mayor serenidad y confianza.

Contesta estas interrogantes: ¿Crees que hay un Poder Superior a ti que al que puedes acudir en busca de dirección para tu vida? De ser así, ¿has logrado entablar una relación cercana o íntima con ese poder superior a ti? Comenta tus experiencias al respecto.

Meditación 27 de Septiembre … Retrocesos temporales

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que la recuperación no es un proceso lineal y tiene sus altibajos que son esperados, pero que si mantenemos firmeza saldremos fortalecidos.

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Medita sobre esto:

El camino hacia la recuperación de la codependencia puede ser un viaje lleno de altibajos. A medida que una persona codependiente trabaja en la sanación y en el desarrollo de relaciones más saludables, es común experimentar retrocesos temporales. Estos retrocesos pueden manifestarse como la recaída en viejos patrones de comportamiento o la reactivación de viejas heridas emocionales.

Es importante entender que los retrocesos temporales son una parte natural del proceso de recuperación. No son una señal de fracaso, sino una oportunidad para la introspección y el crecimiento. A menudo, estos retrocesos ocurren cuando una persona codependiente se enfrenta a situaciones o desencadenantes familiares o emocionales que despiertan viejas heridas y patrones de comportamiento.

La clave para abordar los retrocesos temporales es la autoconciencia y la autocompasión. En lugar de castigarse por retroceder, es fundamental reflexionar sobre lo que desencadenó el retroceso y aprender de la experiencia. Pregúntate a ti mismo qué desencadenó esos viejos patrones y cómo puedes abordar esos desencadenantes de manera más saludable en el futuro.

La ayuda profesional, como la terapia, puede ser invaluable en este proceso. Un terapeuta especializado en codependencia puede proporcionar orientación y apoyo para identificar y abordar los patrones de comportamiento destructivos y ayudar a establecer estrategias efectivas para el autocuidado y la sanación.

Es esencial recordar que la recuperación de la codependencia es un proceso continuo. No hay un destino final; en cambio, es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento constante. Los retrocesos temporales pueden ser desafiantes, pero también son oportunidades para fortalecer tu resiliencia y avanzar en tu camino hacia relaciones más saludables y una vida más equilibrada.

Al abordar los retrocesos temporales con compasión y determinación, el codependiente puede aprender a superar los viejos patrones y encontrar una mayor paz interior y una mayor satisfacción en sus relaciones y en sí mismo.

Permitete responder estas preguntas, te serán de utilidad: ¿Has pasado por esos recaídas en tu recuperación? ¿Cómo has logrado salir de ese problema? Comparte aquí en los comentarios.

Meditación 26 de Septiembre… Transformar la soledad en autoconocimiento

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe comprender la importancia de transformar esos momentos de soledad en una formidable oportunidad de conocerse y fortalecer su autoestima para caminar hacia la sanación.

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Medita sobre esto:

Para muchas personas codependientes, la idea de estar solos puede ser aterradora. Se sienten incompletos sin la presencia constante de alguien más en sus vidas. Esta necesidad de compañía constante puede llevar a relaciones tóxicas y a un sentimiento crónico de insatisfacción. Sin embargo, la soledad no es un enemigo, sino una oportunidad. Es un momento para reconectarnos con nosotros mismos, descubrir nuestras pasiones, intereses y necesidades individuales. Es una pausa en la búsqueda constante de validación externa y una oportunidad para validarnos a nosotros mismos.

La reflexión sobre la vida de soledad que el codependiente a veces se autoimpone puede ser el comienzo de un viaje profundo de autodescubrimiento y sanación. Es el momento en el que podemos aprender a amarnos y cuidarnos a nosotros mismos, sin depender de otra persona para sentirnos completos.

La soledad no es un destino, sino una fase en el camino hacia la autosuficiencia emocional y la autenticidad. Es un momento para trabajar en nuestra autoestima, establecer límites saludables y aprender a disfrutar de nuestra propia compañía.

En lugar de temer a la soledad, podemos abrazarla como una oportunidad para reconstruir nuestra relación con nosotros mismos. Podemos dedicar tiempo a actividades que nos nutran y nos hagan felices, ya sea practicando pasatiempos, aprendiendo nuevas habilidades o simplemente disfrutando de la tranquilidad de la introspección.

La soledad, cuando se aborda con amor propio y autocompasión, puede convertirse en un momento de crecimiento y transformación. Es el espacio donde podemos sanar nuestras heridas emocionales y aprender a confiar en nuestra capacidad de cuidarnos a nosotros mismos.

A medida que reflexionamos sobre la vida de soledad que a veces enfrentamos como codependientes, recordemos que la verdadera conexión con los demás comienza con una conexión profunda con nosotros mismos. La soledad puede ser el camino hacia esa conexión más profunda y una vida más equilibrada y satisfactoria.

Date un tiempo para meditar en estas interrogantes: ¿Disfrutas o te aterra estar y sentirte solo? ¿Has aprovechado la soledad cómo una herramienta y un momento para repensar en tí o solo es el deseo de estar solo? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Meditación 24 de Septiembre… El manejo del Duelo

Melody Beattie, en su Libro Más del Lenguaje del Adiós plantea que duelo se asume de forma individual y el codependiente, para asumir la dura realidad, utiliza el regateo o «hacer un trato» con Dios para aceptar las pérdidas.

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Haz esta meditación:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte o acostarte sin distracciones. Cierra los ojos suavemente y lleva tu atención a tu respiración.
Comienza a respirar profundamente y conscientemente. Inhala lentamente por la nariz y exhala suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se relaja con cada respiración.
Visualiza una situación o una relación en la que hayas experimentado una pérdida o un duelo relacionado con tu codependencia. Permítete sentir cualquier emoción que surja, ya sea tristeza, ira, confusión o cualquier otra emoción.
Observa estas emociones con amor y compasión. No te juzgues por sentir lo que sientes. Acepta que el duelo es una parte natural de la vida y un proceso necesario para sanar.
Imagina que estás rodeado de una luz cálida y amorosa que te envuelve. Esta luz representa el amor y la compasión hacia ti mismo en este momento de duelo.
Mientras respiras profundamente, repite en silencio o en voz alta las siguientes afirmaciones: «Soy digno de amor y compasión. Mis emociones son válidas. Estoy en el camino hacia la sanación».
Visualiza una caja o contenedor frente a ti. Imagina que pones tus emociones de duelo en esta caja. Ciérrala suavemente y permite que la luz cálida y amorosa continúe envolviéndote.
Siente cómo el peso de tus emociones se aligera a medida que entregas tus sentimientos de duelo al universo o a una fuerza superior en la que confíes.
Respira profundamente una vez más y siente cómo la paz y la calma llenan tu ser. Visualiza que estás liberando el duelo y abriéndote a la posibilidad de sanación y crecimiento.
Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo la sensación de alivio y liberación del duelo.

Recuerda que el proceso de duelo puede ser único para cada persona y puede llevar tiempo. Esta meditación es una herramienta que puedes utilizar en tu camino hacia la sanación de la codependencia y el manejo saludable del duelo. Practica la autocompasión y busca apoyo cuando sea necesario para avanzar en tu proceso de recuperación.

Te invito a responder y meditar en estas interrogantes: ¿Cómo has trabajado el duelo en tu vida? ¿Te ha dado el resultado esperado? Comenta tus vivencias aquí.

Meditación 23 de Septiembre… Sanación y Liberación de la Codependencia

Melody Beattie, en su Libro Más del Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente maneja diversos miedos y que en ocasiones le aterra cuando debe liberarse de ellos. Aunque el intento genera incomodidad, debe asumirse el cambio hasta dejar ir esos temores.

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Medita sobre esto:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo para sentarte o acostarte. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces para relajar tu cuerpo y tu mente.
Imagina que estás en un lugar seguro y pacífico, rodeado de luz y amor.
Visualiza un lazo o cuerda que te conecta a una persona o situación que has sentido que te controla o te atrapa en la codependencia. Esta cuerda puede ser simbólica de las relaciones tóxicas o los patrones que deseas liberar.
Con cada respiración profunda, siente cómo esa cuerda se vuelve más tenue y ligera. Visualiza cómo se separa suavemente de ti, permitiendo que te sientas más libre y autónomo.
Mientras observas cómo esa cuerda se aleja, di en voz alta o en silencio: «Soy libre para ser yo mismo. Me amo y me acepto tal como soy».
Continúa respirando profundamente y siente cómo la liberación de esa cuerda te llena de una sensación de paz y empoderamiento.
Lleva tu atención a tu corazón y visualiza una luz cálida y amorosa que crece con cada respiración. Siente cómo esta luz te envuelve y te llena de amor propio y compasión.
Repite en silencio o en voz alta estas afirmaciones: «Merezco amor. Merezco felicidad. Merezco paz».
Permanece en este estado de calma y amor propio durante unos minutos, respirando conscientemente y sintiendo la liberación de la codependencia y el fortalecimiento de tu propio ser.

Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo la sensación de liberación y empoderamiento.

Te invito a ejercitarte en esta meditación, y si deseas, responde estas interrogantes: ¿Estás dispuesto a comprometerte hasta lograr liberarte de la codependencia? ¿Ves como una necesidad enfrentarte con tus miedos, culpa, vergüenza? Si deseas, comparte tus respuestas al respecto.

Meditación 22 de Septiembre… Enfado

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el enfado y la culpa deben ser vistos como parte del comportamiento de las personas durante el proceso de duelo. Solemos lidiar con estos sentimientos y no tiene nada incorrecto sentirlos. Elaboremos el Duelo a nuestro propio ritmo hasta aceptar la pérdida.

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Medita sobre esto:

Sentirse enojado y, a veces culpar a los otros, es una parte natural y necesaria para aceptar la pérdida y el cambio del duelo. Podemos permitirnos a nosotros mismos y a los demás enojarnos a medida que pasamos de la negación a la aceptación.
A medida que aceptamos la pérdida y el cambio, podemos culparnos a nosotros mismos, a nuestro Poder Superior u otros. La persona puede estar conectada a la pérdida, o él o ella puede ser un espectador inocente. Podemos escucharnos a nosotros mismos decir: «Si solo él hubiera hecho eso». . . . Si no hubiera hecho eso. . . . ¿Por qué Dios no lo hizo de manera diferente? . . . «Sabemos que la culpa no ayuda». En recuperación, las consignas son responsabilidad propia y responsabilidad personal, no culpables. En última instancia, la rendición y la autoresponsabilidad son los únicos conceptos que nos pueden mover hacia adelante, pero para llegar allí es posible que tengamos que permitirnos sentirnos enojados y ocasionalmente culparnos.
Es útil, al tratar con los demás, recordar que ellos también pueden necesitar pasar por su etapa de enojo para lograr la aceptación. No permitir que otros, o nosotros mismos, pasemos por la ira y la culpa, puede ralentizar el proceso de duelo.
Confiemos en nosotros mismos y en el proceso de duelo. No nos enfadaremos para siempre. Pero es posible que tengamos que enojarnos por un tiempo mientras buscamos lo que pudo haber sido, para finalmente aceptar lo que es.

«Dios, ayúdame a aprender a aceptar mi enojo y el de los demás como parte normal para lograr la aceptación y la paz. Dentro de ese marco, ayúdame a luchar por la responsabilidad personal».

Mi Reflexión: Durante la elaboración del Duelo todo ser humano atraviesa sentimientos difíciles de manejar como el enfado la culpa por la pérdida sufrida. Los codependientes vemos este proceso con una óptica más dramática y «cuesta arriba», nos desequilibramos emocional y físicamente. Si nos planteamos transitar el duelo y aceptar esta pérdida, entendiendo que todo va a transcurrir conforme a la voluntad de Dios, veremos fluir y aceptar lo ocurrido sin deterioro de nuestra vida. Es importante observar que los demás también sufren su duelo y están haciendo su esfuerzo propio para lograr llegar a la aceptación. Todo va a volver a su cauce, es la ley de la existencia, no podemos alterar esos designios, sólo resignarnos y aceptarlo, sin olvidar que nuestra meta es «responsabilizarnos de nosotros mismos».(Alpha).

Te invito a leer y responder estas preguntas: ¿Has sentido ira y culpa al tener una pérdida importante en tus afectos? ¿Cómo manejas estos sentimientos y emociones?. Comenta aquí.

Meditación 20 de Septiembre … Espontaneidad

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe asumir sus imperfecciones, dejar ir la necesidad de controlarse así mismo y a los demás. En la medida que asumimos la recuperación vamos despertando ese verdadero ser que habita en nosotros y alcanzamos la «espontaneidad».

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Medita sobre esto:

En la recuperación estamos aprendiendo a dejarnos ir. Estamos aprendiendo a ser espontáneos.
La espontaneidad puede asustarnos a algunos de nosotros. Podemos temer la pérdida de control que implica la espontaneidad. Podemos seguir operando aún bajo las reglas codependientes que prohíben la espontaneidad: sé bueno; sé correcto; sé perfecto; sé fuerte; no te diviertas; y estate siempre en control.
Podemos asociar la espontaneidad con el actuar de una manera adictiva, compulsiva, autodestructiva o irresponsable. No es eso de lo que estamos hablando en la recuperación. La espontaneidad positiva implica expresar libremente lo que somos, de una manera divertida, sana, que no nos lastima y que no infringe los derechos de los demás.
Aprendemos a ser espontáneos y libres a medida que nos vamos haciendo más conscientes y vamos creciendo en autoestima. La espontaneidad surge a medida que se incrementa la confianza y la fe en nosotros mismos, y nos vamos sintiendo más seguros de nuestra capacidad de mantener límites sanos.
Ser espontáneos está en relación con nuestra capacidad para jugar y para lograr intimidad. Para llegar a todas esas deseables acciones, necesitamos ser capaces de dejar ir nuestra necesidad de controlarnos a nosotros mismos y de controlar a los demás, y entrar completa y libremente en el momento presente.
Deja ir la tirante rienda con que te detienes a ti mismo. ¿Qué importa si cometes un error? ¿Qué importa si te equivocas?.
Saborea tus imperfecciones. Permítete ser un poquito necesitado, un poquito vulnerable. ¡Corre un riesgo!
Podemos ser espontáneos sin hacernos daño a nosotros mismos o a los demás. De hecho, todo el mundo se beneficiará de nuestra espontaneidad.

«Hoy tiraré el libro de reglas y disfrutaré de ser como soy. Me divertiré un poco con el regalo de la vida, de mí mismo y de los demás».

Mi Reflexión: Cuando los codependientes decidimos transitar el sendero de la recuperación aprendemos a soltar la necesidad de controlar, entendemos y aceptamos nuestras imperfecciones y nos proponemos «amarnos a nosotros mismo» dejando libre a los otros para que actúen conforme a su criterio. Ese tránsito nos lleva a permitirnos ser «vulnerables y mostrar menos rigidez en las actuaciones» Aprender a vivir que el momento presente nos conduce a una serenidad y paz increíbles. (Alpha).

Te estimulo a responder y meditar en estas preguntas: ¿Te has permitido mostrarte tal cual eres, necesitado y vulnerable? ¿En tu recuperación has aprendido a vivir en el momento presente? Comenta acá tus vivencias.

Meditación 19 de Septiembre … Disculpas

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que es saludable para mantener nuestras relaciones aceptar los errores cometidos y pedir disculpas a la persona que tratamos inadecuadamente. Pedir excusas es un gesto de madurez y evita situaciones difíciles con las personas de nuestro entorno.

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Medita sobre esto:

A veces actuamos de una manera que nos deja incómodos. Eso es humano. Por eso tenemos las palabras: “Lo siento”. Curan y cierran la brecha. Pero no tenemos por qué decir “lo siento” si no hemos hecho nada mal. Una sensación de vergüenza puede llevarnos a disculparnos de todo lo que hacemos, de cada palabra que decimos, por estar vivos y ser como somos.
No tenemos por qué pedir disculpas por cuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por fijar límites, por divertirnos o porque nos estamos curando.
No tenemos que cambiar nunca de rumbo, si éste es el que más nos conviene, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando no están claras las cosas en una relación. Podemos decir: “Siento mucho el pleito que tuvimos. Siento mucho que te haya lastimado con lo que tuve que hacer para cuidarme a mí mismo; no tenía la intención de que así fuera.”
Una vez que pedimos una disculpa, no tenemos que seguirla repitiendo. Si alguien quiere seguirnos sacando una disculpa por el mismo incidente, eso es asunto de esa persona y no tenemos porque dejarnos enganchar.
Podemos aprender a tomar seriamente nuestras disculpas y a no darlas cuando no sean validas. Cuando nos sintamos bien con nosotros mismos, sabremos cuando es momento de decir que lo sentimos y cuando no.

“Hoy tratare de ser claro y sano en mis disculpas, asumiendo responsabilidad por mis acciones y por las de nadie mas. Dios mío, ayúdame a averiguar de que es de lo que necesito disculparme y que no es responsabilidad mía”.

Mi Reflexión: El codependiente se mueve con sentimientos de culpa y vergüenza. Siente que cualquiera de sus actitudes hieren a las personas de su entorno. Asumir a tiempo y cuando sea necesario ofrecer disculpas, es responsable e indica aceptar que se equivoco, solo que debe aprender cuándo darlas y hacerlo una sola vez, no mantenerse pidiendo excusas hasta que la otra persona lo considere necesario. Quien debe saber hasta cuando hacerlo somos nosotros, sin importarnos lo que opine la persona a quien le otorgamos esa disculpa. (Alpha).

Responde y medita en estas interrogantes: ¿Has practicado pedir disculpas a quien considera ofendiste con alguna actuación? ¿Lo has hecho con la convicción que es el momento adecuado?. Comenta aquí tu experiencia al respecto.

Meditación 18 de Septiembre … Deja que sucedan cosas buenas

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que el codependiente debe asumir un cambio de actitud durante la recuperación y aceptar las cosas buenas que van a pasar en su vida. Dejar que sucedan y disfrutar de los momentos de alegría, felicidad y sosiego. Mantenerse en el pasado no ayuda, solo enrarece la recuperación.

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Medita sobre esto:

Antes de la recuperación, mis relaciones eran pésimas. No me iba muy bien en mi trabajo. Estaba entrampado en mi familia disfuncional ¡Pero al menos sabía qué esperar! (Anónimo).

Quiero que la segunda mitad de mi vida sea tan buena como la primera fue de desgraciada. A veces tengo miedo de que no sea así. A veces me asusta que pueda ser así.
Las cosas buenas pueden asustarnos. El cambio, incluso el cambio para bien, puede ser atemorizante. De alguna manera, los cambios para bien pueden ser más atemorizantes que las épocas difíciles.
El pasado, particularmente el de antes de la recuperación, puede haberse vuelto confortablemente familiar. Sabíamos qué esperar en nuestras relaciones. Eran predecibles. Eran repeticiones del mismo patrón, las mismas conductas, el mismo dolor, una y otra vez. Podrán no haber sido lo que queríamos, pero sabíamos lo que iba a suceder. Esto no ocurre cuando cambiamos de patrones y empezamos la recuperación.
Podemos haber sido bastante buenos para predecir eventos en la mayor parte de las áreas de nuestra vida. Las relaciones serían dolorosas.
Nosotros viviríamos en privación.
Cada año sería casi una repetición del año anterior. A veces, las cosas se ponían un poco peor; otras un poco mejor, pero el cambio no era drástico. No hasta el momento en que empezamos la recuperación.
Entonces cambiaron las cosas. Y cuanto más progresamos en este milagroso programa, más cambiamos nosotros y nuestras circunstancias. Empezamos a explorar un territorio desconocido.
Las cosas se ponen bien. Se mejoran todo el tiempo. Empezamos a tener éxito en el amor, en el trabajo, en la vida. Un día a la vez, empiezan a ocurrir cosas buenas y la desgracia se disipa.
Ya no queremos ser víctimas de la vida. Hemos aprendido a evitar las crisis y traumas innecesarios.
La vida se pone buena.
“¿Cómo manejo las cosas buenas?”, preguntó una mujer. “Es más difícil y más extraño que el dolor y la tragedia.”
“Del mismo modo que manejábamos las experiencias difíciles y dolorosas”, le contesté. “Un día a la vez”.

«Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de vivir en el dolor y en la crisis. Ayúdame a quitarme lo más pronto posible los sentimientos de tristeza y los problemas. Ayúdame a encontrar mi base y equilibrio en la paz, la alegría y la gratitud. Ayúdame a trabajar tan duramente por aceptar lo bueno como he trabajado de duro en el pasado para aceptar lo doloroso y lo difícil».

Mi Reflexión: Cuando el codependiente asume vivir en la alegría y el sosiego y dejar atrás el pasado doloroso, está abriéndose a los cambios que dan miedo porque no estamos acostumbrados a vivir en positivo. Darse esa oportunidad, mientras se recupera, permite valorar su capacidad par enfrentar la vida con una óptica sana, dejando atrás todo aquel drama y tristeza. Confiar en sí mismo para «rehacer» su vida, con la guía del Creador, es un excelente comienzo para gobernar realmente su vida. (Alpha).

Te insto a meditar en estas preguntas:¿Estás dispuesto a asumir esos cambios positivos en tu vida? ¿Has sentido la necesidad de retomar la gobernabilidad que habías perdido? Comparte tus vivencias en los comentarios.