Meditación 26 de Septiembre… Transformar la soledad en autoconocimiento

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe comprender la importancia de transformar esos momentos de soledad en una formidable oportunidad de conocerse y fortalecer su autoestima para caminar hacia la sanación.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Para muchas personas codependientes, la idea de estar solos puede ser aterradora. Se sienten incompletos sin la presencia constante de alguien más en sus vidas. Esta necesidad de compañía constante puede llevar a relaciones tóxicas y a un sentimiento crónico de insatisfacción. Sin embargo, la soledad no es un enemigo, sino una oportunidad. Es un momento para reconectarnos con nosotros mismos, descubrir nuestras pasiones, intereses y necesidades individuales. Es una pausa en la búsqueda constante de validación externa y una oportunidad para validarnos a nosotros mismos.

La reflexión sobre la vida de soledad que el codependiente a veces se autoimpone puede ser el comienzo de un viaje profundo de autodescubrimiento y sanación. Es el momento en el que podemos aprender a amarnos y cuidarnos a nosotros mismos, sin depender de otra persona para sentirnos completos.

La soledad no es un destino, sino una fase en el camino hacia la autosuficiencia emocional y la autenticidad. Es un momento para trabajar en nuestra autoestima, establecer límites saludables y aprender a disfrutar de nuestra propia compañía.

En lugar de temer a la soledad, podemos abrazarla como una oportunidad para reconstruir nuestra relación con nosotros mismos. Podemos dedicar tiempo a actividades que nos nutran y nos hagan felices, ya sea practicando pasatiempos, aprendiendo nuevas habilidades o simplemente disfrutando de la tranquilidad de la introspección.

La soledad, cuando se aborda con amor propio y autocompasión, puede convertirse en un momento de crecimiento y transformación. Es el espacio donde podemos sanar nuestras heridas emocionales y aprender a confiar en nuestra capacidad de cuidarnos a nosotros mismos.

A medida que reflexionamos sobre la vida de soledad que a veces enfrentamos como codependientes, recordemos que la verdadera conexión con los demás comienza con una conexión profunda con nosotros mismos. La soledad puede ser el camino hacia esa conexión más profunda y una vida más equilibrada y satisfactoria.

Date un tiempo para meditar en estas interrogantes: ¿Disfrutas o te aterra estar y sentirte solo? ¿Has aprovechado la soledad cómo una herramienta y un momento para repensar en tí o solo es el deseo de estar solo? Comenta acá tus vivencias al respecto.

Meditación 25 de Septiembre… Liberación progresiva de la culpa y la vergüenza

Melody Beattie, en su Libro Más del Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente merece y necesita ser liberado de aquello que le mantiene atado a estas conductas autodestructivas. Generalmente, la culpa, el miedo y la vergüenza se lo impiden.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

La codependencia se caracteriza por la preocupación excesiva por las necesidades y deseos de los demás, a menudo en detrimento de uno mismo. Esto puede llevar a patrones de comportamiento perjudiciales y relaciones tóxicas. Pero lo que a menudo se pasa por alto son los sentimientos abrumadores de culpa y vergüenza que acompañan a estos patrones.
La culpa se apodera de nosotros cuando sentimos que no estamos haciendo lo suficiente por los demás o cuando ponemos límites saludables. La vergüenza nos abruma cuando percibimos que no somos lo que creemos que deberíamos ser para los demás. Ambos sentimientos son poderosos, pero también son destructivos.
El viaje hacia la liberación de la culpa y la vergüenza comienza con la autoconciencia y la comprensión de que estos sentimientos no son racionales ni justos. Reconocemos que merecemos amor y cuidado tanto como cualquier otra persona y que no podemos ser responsables de las vidas y elecciones de los demás.
La liberación de la culpa y la vergüenza también implica aprender a establecer límites saludables y decir «no» cuando sea necesario, sin sentirnos culpables por hacerlo. Significa aceptar que tenemos el derecho de cuidarnos a nosotros mismos y de buscar nuestra propia felicidad.
La compasión hacia uno mismo es una parte esencial de este proceso. Debemos aprender a tratarnos a nosotros mismos con la misma amabilidad y comprensión que mostraríamos a un amigo que está pasando por un momento difícil. Recordarnos a nosotros mismos que somos humanos, con imperfecciones y limitaciones, y que está bien cometer errores y aprender de ellos.
La liberación de la culpa y la vergüenza en la codependencia es un proceso gradual y a veces desafiante. Pero a medida que avanzamos en este viaje, descubrimos una sensación de liberación y empoderamiento. Nos damos cuenta de que merecemos una vida libre de la carga de la culpa y la vergüenza, y que podemos construir relaciones más saludables basadas en el respeto mutuo y el amor propio.
La sanación es posible, y la liberación de la culpa y la vergüenza es un paso importante en el camino hacia una vida más plena y auténtica.

Te invito a responderte estas preguntas: ¿He identificado por qué me ató a relaciones tan poco saludables en mi vida? ¿Estoy comprometido en desprenderme de todo aquello que retarda mi sanación? Comparte con nosotros en los comentarios.

Meditación 24 de Septiembre… El manejo del Duelo

Melody Beattie, en su Libro Más del Lenguaje del Adiós plantea que duelo se asume de forma individual y el codependiente, para asumir la dura realidad, utiliza el regateo o «hacer un trato» con Dios para aceptar las pérdidas.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Haz esta meditación:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo donde puedas sentarte o acostarte sin distracciones. Cierra los ojos suavemente y lleva tu atención a tu respiración.
Comienza a respirar profundamente y conscientemente. Inhala lentamente por la nariz y exhala suavemente por la boca. Siente cómo tu cuerpo se relaja con cada respiración.
Visualiza una situación o una relación en la que hayas experimentado una pérdida o un duelo relacionado con tu codependencia. Permítete sentir cualquier emoción que surja, ya sea tristeza, ira, confusión o cualquier otra emoción.
Observa estas emociones con amor y compasión. No te juzgues por sentir lo que sientes. Acepta que el duelo es una parte natural de la vida y un proceso necesario para sanar.
Imagina que estás rodeado de una luz cálida y amorosa que te envuelve. Esta luz representa el amor y la compasión hacia ti mismo en este momento de duelo.
Mientras respiras profundamente, repite en silencio o en voz alta las siguientes afirmaciones: «Soy digno de amor y compasión. Mis emociones son válidas. Estoy en el camino hacia la sanación».
Visualiza una caja o contenedor frente a ti. Imagina que pones tus emociones de duelo en esta caja. Ciérrala suavemente y permite que la luz cálida y amorosa continúe envolviéndote.
Siente cómo el peso de tus emociones se aligera a medida que entregas tus sentimientos de duelo al universo o a una fuerza superior en la que confíes.
Respira profundamente una vez más y siente cómo la paz y la calma llenan tu ser. Visualiza que estás liberando el duelo y abriéndote a la posibilidad de sanación y crecimiento.
Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo la sensación de alivio y liberación del duelo.

Recuerda que el proceso de duelo puede ser único para cada persona y puede llevar tiempo. Esta meditación es una herramienta que puedes utilizar en tu camino hacia la sanación de la codependencia y el manejo saludable del duelo. Practica la autocompasión y busca apoyo cuando sea necesario para avanzar en tu proceso de recuperación.

Te invito a responder y meditar en estas interrogantes: ¿Cómo has trabajado el duelo en tu vida? ¿Te ha dado el resultado esperado? Comenta tus vivencias aquí.

Meditación 23 de Septiembre… Sanación y Liberación de la Codependencia

Melody Beattie, en su Libro Más del Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente maneja diversos miedos y que en ocasiones le aterra cuando debe liberarse de ellos. Aunque el intento genera incomodidad, debe asumirse el cambio hasta dejar ir esos temores.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo para sentarte o acostarte. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces para relajar tu cuerpo y tu mente.
Imagina que estás en un lugar seguro y pacífico, rodeado de luz y amor.
Visualiza un lazo o cuerda que te conecta a una persona o situación que has sentido que te controla o te atrapa en la codependencia. Esta cuerda puede ser simbólica de las relaciones tóxicas o los patrones que deseas liberar.
Con cada respiración profunda, siente cómo esa cuerda se vuelve más tenue y ligera. Visualiza cómo se separa suavemente de ti, permitiendo que te sientas más libre y autónomo.
Mientras observas cómo esa cuerda se aleja, di en voz alta o en silencio: «Soy libre para ser yo mismo. Me amo y me acepto tal como soy».
Continúa respirando profundamente y siente cómo la liberación de esa cuerda te llena de una sensación de paz y empoderamiento.
Lleva tu atención a tu corazón y visualiza una luz cálida y amorosa que crece con cada respiración. Siente cómo esta luz te envuelve y te llena de amor propio y compasión.
Repite en silencio o en voz alta estas afirmaciones: «Merezco amor. Merezco felicidad. Merezco paz».
Permanece en este estado de calma y amor propio durante unos minutos, respirando conscientemente y sintiendo la liberación de la codependencia y el fortalecimiento de tu propio ser.

Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo la sensación de liberación y empoderamiento.

Te invito a ejercitarte en esta meditación, y si deseas, responde estas interrogantes: ¿Estás dispuesto a comprometerte hasta lograr liberarte de la codependencia? ¿Ves como una necesidad enfrentarte con tus miedos, culpa, vergüenza? Si deseas, comparte tus respuestas al respecto.

Meditación 22 de Septiembre… Enfado

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el enfado y la culpa deben ser vistos como parte del comportamiento de las personas durante el proceso de duelo. Solemos lidiar con estos sentimientos y no tiene nada incorrecto sentirlos. Elaboremos el Duelo a nuestro propio ritmo hasta aceptar la pérdida.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Sentirse enojado y, a veces culpar a los otros, es una parte natural y necesaria para aceptar la pérdida y el cambio del duelo. Podemos permitirnos a nosotros mismos y a los demás enojarnos a medida que pasamos de la negación a la aceptación.
A medida que aceptamos la pérdida y el cambio, podemos culparnos a nosotros mismos, a nuestro Poder Superior u otros. La persona puede estar conectada a la pérdida, o él o ella puede ser un espectador inocente. Podemos escucharnos a nosotros mismos decir: «Si solo él hubiera hecho eso». . . . Si no hubiera hecho eso. . . . ¿Por qué Dios no lo hizo de manera diferente? . . . «Sabemos que la culpa no ayuda». En recuperación, las consignas son responsabilidad propia y responsabilidad personal, no culpables. En última instancia, la rendición y la autoresponsabilidad son los únicos conceptos que nos pueden mover hacia adelante, pero para llegar allí es posible que tengamos que permitirnos sentirnos enojados y ocasionalmente culparnos.
Es útil, al tratar con los demás, recordar que ellos también pueden necesitar pasar por su etapa de enojo para lograr la aceptación. No permitir que otros, o nosotros mismos, pasemos por la ira y la culpa, puede ralentizar el proceso de duelo.
Confiemos en nosotros mismos y en el proceso de duelo. No nos enfadaremos para siempre. Pero es posible que tengamos que enojarnos por un tiempo mientras buscamos lo que pudo haber sido, para finalmente aceptar lo que es.

«Dios, ayúdame a aprender a aceptar mi enojo y el de los demás como parte normal para lograr la aceptación y la paz. Dentro de ese marco, ayúdame a luchar por la responsabilidad personal».

Mi Reflexión: Durante la elaboración del Duelo todo ser humano atraviesa sentimientos difíciles de manejar como el enfado la culpa por la pérdida sufrida. Los codependientes vemos este proceso con una óptica más dramática y «cuesta arriba», nos desequilibramos emocional y físicamente. Si nos planteamos transitar el duelo y aceptar esta pérdida, entendiendo que todo va a transcurrir conforme a la voluntad de Dios, veremos fluir y aceptar lo ocurrido sin deterioro de nuestra vida. Es importante observar que los demás también sufren su duelo y están haciendo su esfuerzo propio para lograr llegar a la aceptación. Todo va a volver a su cauce, es la ley de la existencia, no podemos alterar esos designios, sólo resignarnos y aceptarlo, sin olvidar que nuestra meta es «responsabilizarnos de nosotros mismos».(Alpha).

Te invito a leer y responder estas preguntas: ¿Has sentido ira y culpa al tener una pérdida importante en tus afectos? ¿Cómo manejas estos sentimientos y emociones?. Comenta aquí.

Meditación 21 de Septiembre … Aceptar el flujo de la vida


Melody Beattie, en su Libro Mas del Lenguaje del Adiós nos hace reflexionar que el codependiente neceita meditar y replantearse alcanzar la paz y serenidad en su vida ingobernable que lleva.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo para sentarte en posición relajada. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces para relajar tu cuerpo y mente.

– Reflexiona sobre la idea de que la vida es un flujo constante de experiencias, cambios y desafíos. Visualiza un río que fluye suavemente.
– Imagina que estás parado en la orilla de este río. Observa cómo el agua fluye constantemente, llevando hojas y ramas en su camino. Cada hoja y rama representa una experiencia, una emoción o un evento en tu vida. En lugar de luchar contra el flujo del río o tratar de controlar qué hojas y ramas fluyen en él, simplemente observa con aceptación. Reconoce que no puedes controlar todo en la vida, pero puedes elegir cómo reaccionas a lo que llega a ti.
– Respira profundamente y repite en silencio o en voz alta: «Aceptó el flujo de la vida. Confío en que las experiencias que llegan a mí son oportunidades para aprender y crecer».
– Siente cómo la tensión y la resistencia se disuelven a medida que te abres a la aceptación y la confianza en el proceso de la vida.
– Permanece en este estado de relajación y aceptación durante unos minutos, respirando conscientemente y permitiendo que la sensación de flujo y tranquilidad te envuelva.
Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo el sentido de aceptación y confianza en el flujo de la vida.

Te motivo a leer y meditar en estas preguntas: ¿Has asumido como terapéutico la búsqueda de la paz en tu vida? ¿Has buscado ayuda para esto? ¿Lograste este cometido? Comparte en los comentarios

Meditación 20 de Septiembre … Espontaneidad

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe asumir sus imperfecciones, dejar ir la necesidad de controlarse así mismo y a los demás. En la medida que asumimos la recuperación vamos despertando ese verdadero ser que habita en nosotros y alcanzamos la «espontaneidad».

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

En la recuperación estamos aprendiendo a dejarnos ir. Estamos aprendiendo a ser espontáneos.
La espontaneidad puede asustarnos a algunos de nosotros. Podemos temer la pérdida de control que implica la espontaneidad. Podemos seguir operando aún bajo las reglas codependientes que prohíben la espontaneidad: sé bueno; sé correcto; sé perfecto; sé fuerte; no te diviertas; y estate siempre en control.
Podemos asociar la espontaneidad con el actuar de una manera adictiva, compulsiva, autodestructiva o irresponsable. No es eso de lo que estamos hablando en la recuperación. La espontaneidad positiva implica expresar libremente lo que somos, de una manera divertida, sana, que no nos lastima y que no infringe los derechos de los demás.
Aprendemos a ser espontáneos y libres a medida que nos vamos haciendo más conscientes y vamos creciendo en autoestima. La espontaneidad surge a medida que se incrementa la confianza y la fe en nosotros mismos, y nos vamos sintiendo más seguros de nuestra capacidad de mantener límites sanos.
Ser espontáneos está en relación con nuestra capacidad para jugar y para lograr intimidad. Para llegar a todas esas deseables acciones, necesitamos ser capaces de dejar ir nuestra necesidad de controlarnos a nosotros mismos y de controlar a los demás, y entrar completa y libremente en el momento presente.
Deja ir la tirante rienda con que te detienes a ti mismo. ¿Qué importa si cometes un error? ¿Qué importa si te equivocas?.
Saborea tus imperfecciones. Permítete ser un poquito necesitado, un poquito vulnerable. ¡Corre un riesgo!
Podemos ser espontáneos sin hacernos daño a nosotros mismos o a los demás. De hecho, todo el mundo se beneficiará de nuestra espontaneidad.

«Hoy tiraré el libro de reglas y disfrutaré de ser como soy. Me divertiré un poco con el regalo de la vida, de mí mismo y de los demás».

Mi Reflexión: Cuando los codependientes decidimos transitar el sendero de la recuperación aprendemos a soltar la necesidad de controlar, entendemos y aceptamos nuestras imperfecciones y nos proponemos «amarnos a nosotros mismo» dejando libre a los otros para que actúen conforme a su criterio. Ese tránsito nos lleva a permitirnos ser «vulnerables y mostrar menos rigidez en las actuaciones» Aprender a vivir que el momento presente nos conduce a una serenidad y paz increíbles. (Alpha).

Te estimulo a responder y meditar en estas preguntas: ¿Te has permitido mostrarte tal cual eres, necesitado y vulnerable? ¿En tu recuperación has aprendido a vivir en el momento presente? Comenta acá tus vivencias.

Meditación 19 de Septiembre … Disculpas

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que es saludable para mantener nuestras relaciones aceptar los errores cometidos y pedir disculpas a la persona que tratamos inadecuadamente. Pedir excusas es un gesto de madurez y evita situaciones difíciles con las personas de nuestro entorno.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

A veces actuamos de una manera que nos deja incómodos. Eso es humano. Por eso tenemos las palabras: “Lo siento”. Curan y cierran la brecha. Pero no tenemos por qué decir “lo siento” si no hemos hecho nada mal. Una sensación de vergüenza puede llevarnos a disculparnos de todo lo que hacemos, de cada palabra que decimos, por estar vivos y ser como somos.
No tenemos por qué pedir disculpas por cuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por fijar límites, por divertirnos o porque nos estamos curando.
No tenemos que cambiar nunca de rumbo, si éste es el que más nos conviene, pero a veces una disculpa general reconoce otros sentimientos y puede ser útil cuando no están claras las cosas en una relación. Podemos decir: “Siento mucho el pleito que tuvimos. Siento mucho que te haya lastimado con lo que tuve que hacer para cuidarme a mí mismo; no tenía la intención de que así fuera.”
Una vez que pedimos una disculpa, no tenemos que seguirla repitiendo. Si alguien quiere seguirnos sacando una disculpa por el mismo incidente, eso es asunto de esa persona y no tenemos porque dejarnos enganchar.
Podemos aprender a tomar seriamente nuestras disculpas y a no darlas cuando no sean validas. Cuando nos sintamos bien con nosotros mismos, sabremos cuando es momento de decir que lo sentimos y cuando no.

“Hoy tratare de ser claro y sano en mis disculpas, asumiendo responsabilidad por mis acciones y por las de nadie mas. Dios mío, ayúdame a averiguar de que es de lo que necesito disculparme y que no es responsabilidad mía”.

Mi Reflexión: El codependiente se mueve con sentimientos de culpa y vergüenza. Siente que cualquiera de sus actitudes hieren a las personas de su entorno. Asumir a tiempo y cuando sea necesario ofrecer disculpas, es responsable e indica aceptar que se equivoco, solo que debe aprender cuándo darlas y hacerlo una sola vez, no mantenerse pidiendo excusas hasta que la otra persona lo considere necesario. Quien debe saber hasta cuando hacerlo somos nosotros, sin importarnos lo que opine la persona a quien le otorgamos esa disculpa. (Alpha).

Responde y medita en estas interrogantes: ¿Has practicado pedir disculpas a quien considera ofendiste con alguna actuación? ¿Lo has hecho con la convicción que es el momento adecuado?. Comenta aquí tu experiencia al respecto.

Meditación 18 de Septiembre … Deja que sucedan cosas buenas

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós expresa que el codependiente debe asumir un cambio de actitud durante la recuperación y aceptar las cosas buenas que van a pasar en su vida. Dejar que sucedan y disfrutar de los momentos de alegría, felicidad y sosiego. Mantenerse en el pasado no ayuda, solo enrarece la recuperación.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

Antes de la recuperación, mis relaciones eran pésimas. No me iba muy bien en mi trabajo. Estaba entrampado en mi familia disfuncional ¡Pero al menos sabía qué esperar! (Anónimo).

Quiero que la segunda mitad de mi vida sea tan buena como la primera fue de desgraciada. A veces tengo miedo de que no sea así. A veces me asusta que pueda ser así.
Las cosas buenas pueden asustarnos. El cambio, incluso el cambio para bien, puede ser atemorizante. De alguna manera, los cambios para bien pueden ser más atemorizantes que las épocas difíciles.
El pasado, particularmente el de antes de la recuperación, puede haberse vuelto confortablemente familiar. Sabíamos qué esperar en nuestras relaciones. Eran predecibles. Eran repeticiones del mismo patrón, las mismas conductas, el mismo dolor, una y otra vez. Podrán no haber sido lo que queríamos, pero sabíamos lo que iba a suceder. Esto no ocurre cuando cambiamos de patrones y empezamos la recuperación.
Podemos haber sido bastante buenos para predecir eventos en la mayor parte de las áreas de nuestra vida. Las relaciones serían dolorosas.
Nosotros viviríamos en privación.
Cada año sería casi una repetición del año anterior. A veces, las cosas se ponían un poco peor; otras un poco mejor, pero el cambio no era drástico. No hasta el momento en que empezamos la recuperación.
Entonces cambiaron las cosas. Y cuanto más progresamos en este milagroso programa, más cambiamos nosotros y nuestras circunstancias. Empezamos a explorar un territorio desconocido.
Las cosas se ponen bien. Se mejoran todo el tiempo. Empezamos a tener éxito en el amor, en el trabajo, en la vida. Un día a la vez, empiezan a ocurrir cosas buenas y la desgracia se disipa.
Ya no queremos ser víctimas de la vida. Hemos aprendido a evitar las crisis y traumas innecesarios.
La vida se pone buena.
“¿Cómo manejo las cosas buenas?”, preguntó una mujer. “Es más difícil y más extraño que el dolor y la tragedia.”
“Del mismo modo que manejábamos las experiencias difíciles y dolorosas”, le contesté. “Un día a la vez”.

«Hoy, Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de vivir en el dolor y en la crisis. Ayúdame a quitarme lo más pronto posible los sentimientos de tristeza y los problemas. Ayúdame a encontrar mi base y equilibrio en la paz, la alegría y la gratitud. Ayúdame a trabajar tan duramente por aceptar lo bueno como he trabajado de duro en el pasado para aceptar lo doloroso y lo difícil».

Mi Reflexión: Cuando el codependiente asume vivir en la alegría y el sosiego y dejar atrás el pasado doloroso, está abriéndose a los cambios que dan miedo porque no estamos acostumbrados a vivir en positivo. Darse esa oportunidad, mientras se recupera, permite valorar su capacidad par enfrentar la vida con una óptica sana, dejando atrás todo aquel drama y tristeza. Confiar en sí mismo para «rehacer» su vida, con la guía del Creador, es un excelente comienzo para gobernar realmente su vida. (Alpha).

Te insto a meditar en estas preguntas:¿Estás dispuesto a asumir esos cambios positivos en tu vida? ¿Has sentido la necesidad de retomar la gobernabilidad que habías perdido? Comparte tus vivencias en los comentarios.

Meditacion 17 de Septiembre … Conductas con las nuevas relaciones

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que durante la recuperación debemos asumir los vínculos con los demás de una manera saludable: cuidar de nosotros mismos, dejar que los demás se comporten como deseen, y fijar límites claros para impedir que controlemos y nos controlen.

Si deseas conocer más sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

En la recuperación hablamos mucho acerca de las conductas que se siguen en las relaciones nuevas: permitirles a los demás ser ellos mismos sin reaccionar excesivamente y tomarnos las cosas en forma personal, y adueñarnos de nuestro poder para cuidar de nosotros mismos. Hablamos acerca de dejar ir nuestra necesidad de controlar, concentrándonos en la autoresponsabilidad, y en no disponernos a ser víctimas concentrándonos en la otra persona al tiempo que nos descuidamos a nosotros mismos. Hablamos acerca de tener y de fijar límites sanos, de hablar directamente y de asumir la responsabilidad por lo que queremos y necesitamos.
Aunque estas conductas ciertamente nos ayudan a lidiar con la gente adicta, no son conductas diseñadas sólo para utilizarse en lo que llamamos “relaciones disfuncionales”
Estas conductas son nuestras nuevas conductas en las relaciones nuevas. Nos ayudan en las relaciones tirantes. Nos pueden ayudar a atravesar épocas de estrés en las relaciones sanas.
Las conductas de recuperación que estamos aprendiendo son herramientas –destrezas para tener relaciones sanas- que nos ayudan a mejorar la calidad de todas nuestras relaciones.
Recuperación significa cuidar de uno mismo –aprender a cuidarnos y a amarnos a nosotros mismos -con la gente. Entre más sanos nos volvamos, más sanas se volverán nuestras relaciones. Y nunca dejaremos de tener necesidad de conductas sanas.

«Hoy me acordare de aplicar mis conductas de recuperación a todas mis relaciones, con amigos y compañeros de trabajo, al igual que en cualquier relación amorosa especial. Trabajare duro por cuidarme a mi mismo en las relaciones difíciles, averiguando cuál habilidad sería mejor aplicar. También considerare las formas cómo se podrían beneficiar mis relaciones sanas con mis nuevas destrezas para manejar relaciones».

Mi Reflexión: Antes de iniciar la recuperación nuestras conductas en las relaciones estaban signadas por el control hacia los otros, impidiendo que cada persona asuma las conductas como deseen hacerlo. Durante la recuperación corresponde reformar nuestros comportamientos inclinándonos hacia: fijar límites sanos en nuestras relaciones, dejar de victimizarnos y permitirnos aceptar la responsabilidad de autocuidarnos. (Alpha).

Medita en estas preguntas: ¿Cómo te comportas en las relaciones con los demás? ¿Asumes que debes fijar límites sanos y dejar ir la necesidad de controlar? ¿Cuáles herramientas te dan resultados positivos?. Comparte con nosotros en los comentarios.