Meditación 5 de Abril… El poder de la palabra

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós sostiene que el codependiente debe estar presto para valorar toda persona que pretenda manipularlo, utilizando palabras que vulneren nuestra integridad.

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Medita sobre esto:

Sé que estoy controlando, pero también mi marido. Posiblemente más controlador que yo. Cada vez que me disponía a dejarlo, cada vez que comenzaba a alejarme, él sabía exactamente qué decir para que volviera a entrar. Y sabía que yo respondería. Sabía cómo decir exactamente lo que necesitaba escuchar para mantenerme donde él me quería. Él sabía lo que estaba haciendo, y sabía lo que yo haría. Lo sé, porque después de que empezamos a recuperarnos, él me lo dijo. (Anónimo).
Algunos de nosotros somos tan vulnerables a las palabras.
Un «Te amo» en el momento oportuno. Un momento elegido para «Lo siento» Una excusa entregada en el tono de voz correcto. Una palmadita en la cabeza. Una docena de rosas. Un beso. Una tarjeta de felicitación. Algunas palabras que prometen amor que aún debe ser entregado pueden llevarnos a la negación. Algunas veces, puede hacernos negar que nos mientan, maltraten o abusen.
¡Hay quienes deliberadamente se propusieron influenciarnos, controlarnos y manipularnos a través de conversaciones baratas! Ellos saben que entienden completamente nuestra vulnerabilidad a unas pocas palabras en el momento oportuno. Rompe tu ingenuidad. Ellos saben lo que están haciendo ¡Ellos entienden su impacto en nosotros!
No tenemos que dar tal poder a las palabras, a pesar de que las palabras pueden ser justo lo que queremos y necesitamos escuchar, a pesar de que suenan muy bien, a pesar de que las palabras parecen detener el dolor.
Tarde o temprano, nos daremos cuenta de que si el comportamiento no concuerda con las palabras de una persona, nos permitimos ser controlados, manipulados, engañados. Tarde o temprano, nos daremos cuenta de que hablar es barato, a menos que el comportamiento de la persona coincida con él.
Podemos venir a exigir congruencia en el comportamiento y las palabras de quienes nos rodean. Podemos aprender a no ser manipulados o influidos por conversaciones baratas.
No podemos controlar lo que otros hacen, pero podemos elegir nuestros propios comportamientos y nuestro propio curso de acción. No tenemos que permitir que las conversaciones baratas y oportunas nos controlen, incluso si las palabras que escuchamos son exactamente lo que queremos escuchar para detener nuestro dolor.

«Hoy, dejaré de lado mi vulnerabilidad a las palabras. Dios, ayúdame a confiar en mí mismo para saber la verdad, incluso cuando estoy siendo engañado. Ayúdame a apreciar esas relaciones donde hay congruencia. Ayúdame a creer que merezco congruencia y verdad en el comportamiento y las palabras de aquellos que me importan.»

Mi Reflexión: El codependiente espera que las personas a su alrededor demuestren con acciones lo que dicen, eso esta bastante lejos de pasar. La gente puede tener un discurso solidario, respetuoso, agradable a nuestros oídos, solo que no va a tono con su comportamiento. Es responsabilidad nuestra evaluar esa situación y no dejarnos «enganchar» de quienes pretenden manipularnos y abusar de nosotros. (Alpha).

¿Te sientes apto para diferenciar los que usan palabras vacías? ¿Cómo actúas ante esta situación? Comparte tu experiencia aquí.

Meditación 1 de Abril … Pontelo fácil

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera la necesidad que tiene el codependiente de vivir la vida en calma, paz y serenidad, disfrutando de los momentos que le hagan sentir pleno y relajado.

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Medita sobre esto:

Póntelo fácil, quizá tengas que empujar hacia adelante, pero no tienes que empujar tan duro. Hazlo suavemente, en paz.
No vayas con tanta prisa, en ningún día, a ninguna hora, en ninguna parte, en ningún momento se te requiere que hagas más de lo que puedas hacer en paz.
Las conductas frenéticas y la urgencia no son la base para nuestra nueva forma de vida.
No tengas tanta prisa por comenzar. Empieza, pero no fuerces el comienzo si aun no es tiempo. Los comienzos llegarán pronto.
Disfruta y saborea lo de en medio, el meollo del asunto.
No tengas mucha prisa por terminar. Quizá ya estés listo para hacerlo, pero disfruta de los momentos finales. Entrégate completamente a esos momentos para que puedas dar y recibir todo lo que contienen.
Deja que la paz fluya en forma natural. Camina hacia adelante. Empieza. Sigue yendo hacia adelante. Sin embargo, hazlo suavemente, en paz. !Aprecia cada momento!

«Hoy Dios mío, Ayúdame a concentrarme en un ritmo tranquilo en vez de apurado. Seguiré yendo hacia delante suave, no frenéticamente. Ayúdame a dejar ir mi necesidad de estar ansioso, tenso Y apurado. Ayúdame a reemplazarla con la necesidad de estar en paz y en armonía».

Mi Reflexión: La ansiedad es un signo inequívoco de querer hacer todo y a prisa. El codependiente siente tal necesidad de controlar y manipular todas las situaciones en su vida y en las de los demás, que le es familiar estar en esa fase de crispación permanente. No es necesario mantenerse así. Hay momentos para disfrutar de la vida sin prisa, concentrándose en recreare, en cuidar de si mismo con amor. (Alpha).

Te mantienes ansioso, viviendo a toda prisa? ¿Cómo logras calmarte y relajarte? Comenta acá.

Meditación 30 de Marzo … Experimenta

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la necesidad de desapegarse de todo pasado doloroso que lo ancle en una vida sin sentido ni propósito para sanar.

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Medita sobre esto:

Experimenta. prueba algo nuevo. Trata de divertirte.
Nos han detenido mucho tiempo. Nos hemos detenido mucho tiempo nosotros mismos.
Cuando niños, a muchos de nosotros se nos privó del derecho a experimentar. Muchos de nosotros nos estamos privando del derecho a experimentar y a aprender ya de adultos.
Ahora es el tiempo de experimentar. Es una parte importante de la recuperación. Permítete probar con las cosas. Date permiso de probar cosas nuevas. Sí, cometerás errores, pero de esos errores puedes aprender cuáles son tus valores.
Algunas cosas sencillamente no nos gustarán. Eso está bien. Luego sabremos un poco más acerca de quienes somos y de qué es lo que no nos gusta.
Algunas cosas nos gustarán. Funcionarán con nuestros valores. Funcionarán con lo que somos y descubriremos algo importante y enriquecedor para nuestras vidas.
Hay un tiempo callado dentro de la recuperación, tiempo para quedarnos quietos y curar, tiempo para darnos tiempo de serenarnos. Este es un tiempo de introspección y de curación. Es un tiempo importante. Encaramos nuestros asuntos.
Viene también un tiempo en el que es igualmente importante experimentar, empezar a «probar el agua».
Recuperación no significa abstenerse de vivir, por el contrario, Recuperación significa «Aprender a vivir y aprender a vivir plenamente.
Exploración, investigación, experimentación.
Haber terminado con las reglas rígidas del pasado, basadas en la vergüenza y formular valores sanos basados en el amor a uno mismo, en el amor a los demás y vivir en armonía con este mundo.
Experimenta. Prueba algo nuevo. Tal vez no te guste. Quizá cometas un error. Pero quizá te guste y tal vez descubras algo que te encante.

«Hoy me daré permiso de experimentar en la vida. Dejaré de frenarme a causa de mi rigidez y brincaré cuando sienta ganas de brincar. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi necesidad de privarme a mí mismo del hecho de estar vivo».

Mi Reflexión: La codependencia es producto de una baja autoestima, que a su vez es el reflejo de una infancia con abusos, desamor, maltrato. Esto desarrolla sentimientos de culpa, vergüenza, ira. Dejar ir estos sentimientos son propósitos de la recuperación. El codependiente debe aprender a vivir sin rigidez ni nada que lo ate a su vida triste. (Alpha).

¿Estás comprometido en dejar ir tu pasado doloroso? ¿Cuáles herramientas estás usando para soltar? Comenta aquí.

Meditación 23 de Marzo… Negación

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera la dificultad que tiene la persona codependiente para mostrar solidaridad y comprensión a los demás, su vida tuvo llena de episodios de abandono y maltrato, esto le imposibilita para cuidar de sí mismo.

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Medita sobre esto:

Me he estado recuperando muchos años. He usado la negación muchas veces. Ha sido una defensa, un dispositivo de supervivencia, un comportamiento de afrontamiento y, a veces, casi mi perdición. Ha sido a la vez un amigo y un enemigo.

Cuando era niño, usé la negación para protegerme y proteger a mi familia. Me protegí de ver cosas demasiado dolorosas para ver y sentimientos demasiado abrumadores para sentir. La negación me puso a salvo en muchas situaciones traumáticas, cuando no tenía otros recursos para sobrevivir.
El aspecto negativo del uso de la negación fue que perdí el contacto conmigo mismo y mis sentimientos. Pude participar en situaciones perjudiciales sin siquiera saber que estaba sufriendo. Pude tolerar una gran cantidad de dolor y abuso sin la nebulosa idea de que era anormal.
Aprendí a participar en mi propio abuso.
La negación me protegió del dolor, pero también me hizo cegar a mis sentimientos, mis necesidades y a mí mismo. Era como una gruesa manta que me cubría y sofocaba.
Finalmente comencé a recuperarme. Tuve un atisbo de conciencia sobre mi dolor, mis sentimientos, mis comportamientos. Empecé a verme a mí mismo, y al mundo, como lo éramos. Hubo tanta negación de mi pasado que si me hubiesen arrancado la manta por completo, habría muerto por el impacto de la exposición. Necesitaba abrazar las ideas, los recuerdos, la conciencia y la curación suavemente, gradualmente.
La vida participó en este proceso conmigo. Es un maestro amable. A medida que me recuperaba, me llevaron a los incidentes y las personas que necesitaba para recordarme lo que todavía negaba, para decirme dónde necesitaba más curación de mi pasado, ya que podía manejar estas ideas.
Aún uso, y paso a paso, la negación, según sea necesario. Cuando los vientos del cambio llegan, alteran una estructura familiar y me preparan para lo nuevo, recojo mi manta y me escondo, por un tiempo. A veces, cuando alguien que amo tiene un problema, me escondo debajo de la manta, momentáneamente. Los recuerdos surgen de cosas negadas, recuerdos que necesitan ser recordados, sentidos y aceptados para que pueda continuar siendo sanado, fuerte y saludable.
A veces, me siento avergonzado por cuánto tiempo me lleva luchar hasta la aceptación de la realidad. Me siento avergonzado cuando me encuentro nuevamente nublado por la niebla de la negación.
Entonces sucede algo, y veo que estoy avanzando. La experiencia fue necesaria, conectada, no fue en absoluto un error, sino una parte importante de la curación.
Es un proceso emocionante, este viaje se llama recuperación, pero entiendo que a veces puedo usar la negación para ayudarme a superar los problemas. También soy consciente de que la negación es un amigo y un enemigo. Estoy alerta a las señales de peligro: esos sentimientos nublados y confusos, energía lenta, sintiéndose compulsivo, corriendo muy rápido o duro, evitando mecanismos de apoyo.
Me he ganado un respeto saludable por nuestra necesidad de usar la negación como una manta para envolvernos cuando nos enfriemos demasiado. No es mi trabajo andar por ahí arrancando las mantas de las personas o avergonzando a otros por usar la manta. Quitarse la manta es peligroso. Podrían morir de exposición, de la misma manera que yo podría haberlo hecho.
Aprendí que lo mejor que puedo hacer con las personas envueltas en esta manta es hacer que se sientan a gusto y seguras. Cuanto más cálidos y seguros se sienten, más capaces son de dejar caer su manta. No tengo que apoyar o alentar su negación. Puedo ser directo Si otros niegan algo en particular y su actividad me resulta perjudicial, no tengo que estar cerca de ellos. Puedo desearles lo mejor y cuidarme. Verán, si me quedo demasiado tiempo cerca de alguien que me está dañando, inevitablemente levantaré mi manta de nuevo.
Tiendo a sentirme atraído por la gente cálida. Cuando estoy cerca de gente cálida, no necesito usar mi manta.
Me he ganado el respeto por crear ambientes cálidos, donde las mantas no son necesarias, o al menos no son necesarias por mucho tiempo. He ganado confianza en la forma en que las personas se recuperan y se ocupan de la vida.

«Dios, ayúdame a ser abierto y confiar en el proceso que me está sanando de todo lo que he negado de mi pasado. Ayúdame a esforzarme por la toma de conciencia y la aceptación, pero también ayúdame a practicar la gentileza y la compasión por mí mismo y por los demás, por aquellos momentos en que he usado la negación».

Mi Reflexión: El codependiente vive en constante negación, ello lo anula emocionalmente y se aísla de vivir a plenitud las situaciones de la vida. Despertar a la vida, conectarse con la realidad, manifestar apoyo a otros, es difícil de ejecutar por un codependiente. Esta aplanado emocionalmente. Le cuesta asumir ese compromiso de ayuda y protección, porque el no fue atendido en su infancia, por el contrario se le abandono y abuso de el como niño. (Alpha).

¿Te dedicas a ayudar a los demás brindandole apoyo y comprensión? ¿Estás cerrado a toda manifestación solidaria? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 20 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la importancia de aceptar el desapego como vía expedita para soltar los apegos o dependencias emocionales.

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Reflexiona sobre esto:

El desapego implica “vivir en el momento presente” –vivir en el aquí y en el ahora-. Permitirnos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho de cada día.
El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo. Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos. Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo.
Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga. A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas (y a veces, las más dolorosas) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Mi Reflexión: Para salir del apego afectivo se justifica asumir un serio compromiso con desapegarse de los eventos y personas que lo atan en su vida. Desapegarse es la mejor estrategia para salir de esa dependencia emocional y resolver las dificultades de su vida. (Alpha).

¿Estás apegado a eventos y personas? ¿Practicas el desapego? Comenta aquí.

Meditacion 17 de Marzo… Cuidando de nosotros mismos en el trabajo

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el codependiente debe asumir comportamientos sanos en su ambiente laboral. Es necesario trasladar las bondades de la recuperación a todos los entornos donde vivamos.

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Medita sobre esto:

Está bien que nos cuidemos en el trabajo. No solo está bien, es necesario.
Cuidarnos en el trabajo significa que manejamos los sentimientos de manera apropiada; nos hacemos responsables de nosotros mismos. Nos separamos, cuando se requiere desapego. Establecemos límites, cuando tenemos que hacer eso.
Negociamos conflictos; tratamos de separar nuestros problemas de los problemas de la otra persona, y no esperamos la perfección de nosotros mismos o de los demás.
Dejamos ir nuestra necesidad de controlar aquello que no podemos controlar. En cambio, luchamos por la paz y la capacidad de gestión, por poseer nuestro poder para ser lo que somos y para cuidar de nosotros mismos.
No toleramos el abuso, ni abusamos o maltratamos a nadie más. Trabajamos para soltar nuestro miedo y desarrollar una confianza apropiada. Tratamos de aprender de nuestros errores, pero nos perdonamos a nosotros mismos cuando los hacemos.
Tratamos de no establecernos tomando trabajos que posiblemente no funcionen, o trabajos que no son adecuados para nosotros. Si nos encontramos en una de esas circunstancias, abordamos el problema de manera responsable.
Comprendemos cuáles son nuestras responsabilidades, y generalmente nos atendemos a ellas, a menos que se haga otro acuerdo. Dejamos espacio para grandes días y días no tan buenos.
Somos amables y afectuosos con las personas siempre que sea posible, pero somos asertivos y firmes cuando eso es necesario. Aceptamos nuestras fortalezas y nos apoyamos en ellas. Aceptamos nuestras debilidades y limitaciones, incluidas las limitaciones de nuestro poder.
Nos esforzamos por dejar de tratar de controlar y cambiar lo que no es nuestro negocio para cambiar. Nos enfocamos en cuál es nuestra responsabilidad y qué podemos cambiar.
Establecemos metas razonables. Nos tomamos en cuenta. Nos esforzamos por mantener el equilibrio
A veces, nos damos una buena sesión de quejas para dejarlo todo, pero lo hacemos de manera apropiada, de una manera que tiene por objeto cuidar de nosotros mismos y liberar nuestros sentimientos, no para sabotearnos a nosotros mismos. Nos esforzamos por evitar los chismes maliciosos y otras conductas autodestructivas.
Evitamos la competencia, nos esforzamos por la cooperación y un espíritu amoroso. Entendemos que es posible que nos gusten algunas personas con las que trabajamos y que no nos gustan los demás, pero nos esforzamos por encontrar la armonía y el equilibrio con todos. No negamos cómo nos sentimos con respecto a una determinada persona, pero nos esforzamos por mantener buenas relaciones de trabajo siempre que sea posible.
Cuando no sabemos, decimos que no sabemos. Cuando necesitamos ayuda, la solicitamos directamente. Cuando aparece el pánico, abordamos el pánico como un problema separado y tratamos de no permitir que nuestro trabajo y nuestro comportamiento sean controlados por el pánico.
Nos esforzamos por cuidarnos de manera responsable al preguntar apropiadamente por lo que necesitamos en el trabajo, sin descuidarnos a nosotros mismos.
Si somos parte de un equipo, luchamos por un trabajo en equipo saludable como una oportunidad para aprender cómo trabajar en cooperación con los demás.
Si algo se pone o se vuelve loco, si nos encontramos trabajando con una persona que es adicta o tiene algún tipo de disfunción que es problemática, no nos enloquecemos al negar el problema. Lo aceptamos y luchamos en paz para descubrir qué debemos hacer para cuidarnos a nosotros mismos.
Dejamos ir nuestra necesidad de ser mártires o rescatadores en el trabajo. Sabemos que no tenemos que quedarnos en situaciones que nos hacen miserables. En lugar de sabotear un sistema o a nosotros mismos, planificamos una solución positiva, comprendiendo que debemos asumir la responsabilidad por nosotros mismos a lo largo del camino.
Nos eliminamos como víctimas, y trabajamos para creer que merecemos lo mejor. Practicamos la aceptación, la gratitud y la fe.
Un día a la vez, nos esforzamos por disfrutar de lo que es bueno, resolvemos los problemas que nos corresponden para resolver y obsequiarnos en el trabajo.

«Hoy, prestaré atención a los comportamientos de recuperación que podría practicar y que mejorarían mi vida laboral. Me ocuparé solo en el trabajo. Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de ser víctima del trabajo. Ayúdame a estar abierto a todas las cosas buenas que tengo disponibles a través del trabajo».

Mi Reflexión: El ambiente laboral generalmente es un medio que genera estrés y en ocasiones podemos asumir comportamientos diferentes al de nuestro hogar. Es saludable que el codependiente adopte herramientas saludables que permitan moverse con sus compañeros en un clima de convivencia sana. Mientras nos recuperamos es positivo asumir los cambios incluyendo el ambiente de trabajo. (Alpha).

¿Cómo te sientes en tu ambiente laboral? ¿Has asumido comportamientos sanos en tu trabajo? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 16 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que todo sentimiento por negativo que sea debe ser expresado, allí radica que podamos sanar la codependencia.

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Reflexiona sobre esto:

Los sentimientos son energía. Los sentimientos reprimidos bloquean nuestra energía. No estamos en la mejor forma cuando estamos bloqueados.
Otro problema con los sentimientos reprimidos es que estos no desaparecen. Se prolongan, a veces haciéndose cada vez más fuertes y provocando que hagamos cosas peculiares. Debemos mantenernos un paso adelante del sentimiento, tenemos que mantenernos ocupados, tenemos que hacer algo. No nos atrevemos a quedarnos quietos y en paz porque entonces podríamos sentir esas emociones. Y el sentimiento podría irrumpir de todas maneras, imponiéndonos hacer algo que nunca tuvimos la intención de hacer: gritarles a los niños, dar una patada al gato, derramar algo sobre nuestro vestido favorito, o llorar en una fiesta. Nos quedamos varados en los sentimientos porque estamos tratando de reprimirlos y al igual que un vecino insistente, no se irán hasta que reconozcamos su presencia.
La gran razón para no reprimir esos sentimientos es que el aislamiento emocional nos hace perder nuestros sentimientos positivos. Perdemos la capacidad para sentir. A veces este puede ser un alivio bienvenido si el dolor se vuelve demasiado grande o demasiado constante, pero este no es un buen plan de vida. Podemos cerrar nuestras hondas necesidades —las de amar y de ser amados— cuando cerramos nuestras emociones. Podemos perder nuestra capacidad para disfrutar del sexo, del tacto humano. Perdemos la capacidad de sentirnos cerca de la gente, que se conoce como intimidad. Perdemos nuestra capacidad para disfrutar de las cosas placenteras de la vida.
Perdemos contacto con nosotros y con nuestro medio ambiente. Ya no estamos en contacto con nuestros instintos. No percibimos nuestros sentimientos, ni lo que nuestros sentimientos nos están diciendo, ni problema alguno en nuestro medio ambiente. Perdemos el poder motivador de los sentimientos. Si no sentimos, probablemente no estamos analizando el pensamiento que acompaña al sentimiento, y no sabemos lo que nuestros yos nos están diciendo. Y si no manejamos nuestros sentimientos no cambiamos y no crecemos. Nos quedamos varados.
Los sentimientos pueden no ser siempre un barril de felicidad, pero reprimirlos puede ser verdaderamente desastroso. Así que, ¿cuál es la solución? ¿Qué hacemos con estos incómodos sentimientos que parecen ser tanto una carga como un deleite?
Los sentimos. Podemos sentir. Está bien sentir nuestros sentimientos, Está bien que tengamos sentimientos, todos los que hay. Incluso está bien que los hombres sientan. No está mal que haya sentimientos. Estos no son inadecuados. No necesitamos sentirnos culpables acerca de tos sentimientos. Los sentimientos no son hechos; sentir una furia homicida es enteramente distinto que cometer suicidio. Los sentimientos no se deben juzgar como buenos o malos. Los sentimientos son energía emocional; no son rasgos de personalidad.

Mi Reflexión: Los sentimientos por muy agradables o negativos que sea deben ser expresados y esto lo hacemos a través de los comportamientos que asumimos. No tenemos porque reprimir ningún sentimiento, por el contrario deben expresarse y discutirse con grupos de apoyo en CoDA para así transformar nuestra conducta y hacerla saludable. (Alpha).

¿Cuáles son tus sentimientos habitualmente? ¿Qué haces con tus sentimientos negativos? Comenta acá.

Meditación 13 de Marzo… Hacer las paces

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea necesario que a toda persona que hayamos ofendido le ofrezcamos reparaciones o disculpas para obtener serenidad y paz.

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Medita sobre esto:

Haré reparaciones directas a tales personas siempre que sea posible, excepto cuando hacerlo lesionaría a ellos o a otros. (PASO NUEVE DE AL-ANÓN).

Cuando hacemos las paces, debemos ser claros acerca de lo que nos disculpamos y la mejor manera de decir que lo sentimos. Lo que realmente estamos haciendo con nuestras compensaciones es asumir la responsabilidad de nuestro comportamiento. Necesitamos estar seguros de que el proceso en sí mismo no será contraproducente ni dañino.
A veces, necesitamos disculparnos directamente por algo particular que hemos hecho o por nuestra parte en un problema.
Otras veces, en lugar de decir «lo siento», lo que tenemos que hacer es trabajar para cambiar nuestro comportamiento con una persona.
Hay ocasiones en que mencionar lo que hemos hecho y disculparse por ello empeorarán las cosas.
Necesitamos confiar en el tiempo, la intuición y la guía en este proceso de reparación. Una vez que estemos dispuestos, podemos soltar y abordar nuestras reparaciones de una manera pacífica, consistente y armoniosa. Si nada parece correcto o apropiado, si se siente como si lo que estamos a punto de causar causara una crisis o un caos, debemos confiar en ese sentimiento.
Actitud, honestidad, apertura y voluntad cuentan aquí. En paz y armonía, podemos esforzarnos por aclarar nuestras relaciones.
Merecemos estar en paz con nosotros mismos y con los demás.

«Hoy, estaré dispuesto a hacer las paces que necesito para hacer con la gente. Esperaré por la Orientación Divina en el proceso de hacer las correcciones que no sean claras para mí. Actuaré cuando sea dirigido. Dios, ayúdame a dejar de lado mi miedo a enfrentar a las personas y asumir la responsabilidad de mis comportamientos. Ayúdame a saber que no estoy disminuyendo mi autoestima al hacer esto; Lo estoy mejorando.»

Mi Reflexión: Durante la recuperación, toda vez que se ha transitado un camino espiritual y se cree firmemente en un Poder Superior a nosotros, se hace necesario reparar daños u ofensas que hemos proferido en el pasado a otras personas. Este acto resulta engorroso y en ocasiones vale esperar el momento preciso para hacer tales reparaciones. No tenemos por que angustiarnos, todo llegara, esperemos que la guía divina nos oriente cómo y cuándo hacerlo? (Alpha).

¿Has hecho reparaciones a personas que has ofendido? ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te sientes al hacerlo? Comparte tu experiencia aquí.

Meditación 12 de Marzo… Muestra tu gratitud

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós recalca la importancia de agradecer por todo lo que logramos en la vida. Es necesario agradecer a Dios, a las personas que nos rodean con cualquier gesto por sencillo que este sea.

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Medita sobre esto:

¿Por qué esperar? Muestra tu gratitud hoy.

Si alguien ha sido amable, agradécele hoy hoy. Sí, podemos esperar y comprar esa cena para esa persona la próxima semana. Pero, ¿qué te parece escribir un correo electrónico esta tarde o dejar un mensaje en tu contestador automático diciéndole cuánto aprecia las amables palabras o hechos?
No podemos mostrar gratitud sin compartirlo con alguien. Cuando mostramos nuestra gratitud, es una manera de compartir nuestra alegría con esa persona. Incluso cuando hacemos algo tan simple como quemar una vela para mostrar gratitud a Dios, comparte nuestra alegría con todos los que ven la llama de la vela. Fortalece su fe y les recuerda que muestren su gratitud también.
Haz que mostrar y compartir tu gratitud sea parte de tu vida. Si alguien hace algo bueno por ti, comparte tu felicidad con esa persona. Envía una tarjeta o haz una llamada telefónica. Si crees que una oración ha sido respondida por Dios, comparte tu gratitud con Dios. Cuéntele a alguien, o agradezca a Dios públicamente en su servicio de adoración. Si has tenido una victoria en tu recuperación, muestre tu gratitud compartiéndola con otras personas de tu grupo. Luego, comparte tu gratitud con ellos por la ayuda que han brindado también.
Demuestra gratitud en tus acciones todos los días. La gratitud es más que solo un proceso de pensamiento y más que solo una actividad de la iglesia el domingo por la mañana. Demuestra tu gratitud a través de tu compasión y tu tolerancia. La gratitud fortalece y apoya nuestras relaciones con Dios y con otras personas. Haz un compromiso para mostrar tu gratitud al compartirlo con los demás cada vez que tengas la oportunidad.
Podemos mostrar nuestra gratitud por la vida incluso en nuestras acciones más pequeñas. Encuentra una manera de demostrar tu gratitud al universo. ¡Alimenta a los pájaros! La acción da vida a las ideas. Cuando comencemos a buscar maneras de mostrar nuestra gratitud, encontraremos más y más para estar agradecidos.
La gratitud es una forma de autoexpresión que debe ser compartida. No podemos tener una actitud de gratitud sin tener un objeto de esa gratitud.
¿Por qué esperar? Muestre su gratitud hoy al compartir lo agradecido que está.

«Dios, hoy te mostraré lo agradecido que estoy».

Mi Reflexión: Cuando obtenemos aquello que pedimos fervientemente debemos considerarlo como un regalo maravilloso de Dios ¡Toca AGRADECER! Ese gesto debe compartirse con las personas que rodean nuestra vida. La Gratitud nos fortalece, nos hace creer que hay probabilidades de resolver las crisis existenciales que atravesamos. (Alpha).

¿Eres agradecido con Dios y las personas que te rodean? ¿Cómo lo evidencias? Comenta acá.

Meditación 10 de Marzo… Aprende a nutrir y ser nutrido

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós recalca la importancia involucrarse en la armonía que debe generarse cuando logramos equilibrar el dar y recibir amor.

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Medita sobre esto:

Era una mañana tranquila. Estaba encerrado en una habitación de hotel en la boca de Bryce Canyon, trabajando en este libro. Trabajando en mi vida. Me quedé en la cama un rato, pensando, reflexionando, preguntándome. Finalmente me levanté, fui al restaurante a tomar un café y un rollo, luego fui a dar una vuelta. Absorber la naturaleza , me dije. Este viaje es una meditación viviente.
Conduje hasta el parque de Bryce Canyon, dejando que las enormes piedras, los colores y las espirales, la eternidad del cañón me toquen, me curen, calmen mi alma. Una hora más tarde, cuando me sentí más tranquilo y con más energía, volví al auto y me dirigí a la salida del parque. Varios coches estaban atascados. Me pregunté si había habido un accidente. Entonces vi por qué los demás se habían detenido. Una madre ciervo estaba de pie a un lado de la carretera, acariciando suavemente a su cervatillo. Ella estaba al lado de su descendencia, protegiendo y cuidando.
Muchos de nosotros apenas recordamos el amor nutritivo de una madre; Algunos de nosotros lo hacemos, con cariño y alegría. Muchos de nosotros hemos experimentado el gran don de criar y amar a nuestros hijos, una alegría que abre el corazón de una manera que poco más puede hacer. Algunos de nosotros hemos aprendido a dar y recibir cuidados de otras maneras, a personas fuera de nuestras familias inmediatas. Pero la mayoría de nosotros, a lo largo del camino, hemos aprendido el don, la maravilla, el asombro y las bendiciones curativas de la crianza. Dar y recibir es un ciclo continuo, una parte necesaria del camino hacia el corazón.
Aprende a nutrir a los demás. Cuídate y ámate a ti mismo. Todo el universo se reunirá y ayudará. Otros aplaudirán sus esfuerzos y aprenderán de ellos, de la manera en que los transeúntes se detuvieron para mirar al venado y su cervatillo.

Celebra el poder de la crianza. Libera su amor suave. Descansa dentro de cada uno de nosotros, esperando ser vistos, apreciados y hechos realidad».

Mi Reflexión: El codependiente es habitualmente una persona «bondadosa y solidaria», que un día se embarca en el «torbellino de dar amor insano a los demás», olvidándose de amarse a si mismo. Cuando observamos las leyes de la vida, donde el continuo «dar y recibir» se refleja en el movimiento que cada ser humano realiza en su ciclo de vida, aprendemos con certeza que nada se detiene, que cada uno debe entrar en ese danza de relaciones humanas saludables para lograr el equilibrio. NO hay otra forma. (Alpha).

¿Valoras tus relaciones afectivas? ¿Cómo haces para lograr ese equilibrio sano? Comparte aquí.