Meditacion 11 de Abril… El bien en el Paso Diez

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere la imortancia de cambiar nuestra actitud negativa, dejando paso libre a buscar terapia y si transformar nuestra vida en paz interior y serenidad./em>

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

El Paso 10 dice: «Continuamos haciendo un inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos de inmediato». No sugiere que ignoremos lo que es correcto en nuestra vida. Dice que seguimos haciendo un inventario personal y centrándonos en nosotros mismos.

Cuando hacemos un inventario, querremos buscar muchas cosas. Podemos buscar sentimientos que necesitan nuestra atención. Podemos buscar de nuevo una baja autoestima. Podemos buscar formas antiguas de pensar, sentir y comportarnos. Podemos buscar errores que necesitan corrección. Pero una parte fundamental de nuestro inventario puede centrarse en lo que estamos haciendo bien y en todo lo que nos rodea.
Parte de nuestra codependencia es un enfoque obsesivo sobre lo que está mal y lo que podríamos estar haciendo mal, real o imaginariamente. En recuperación, estamos aprendiendo a enfocarnos en lo que es correcto.
Mire sin miedo, con un ojo amoroso y positivo. ¿Qué hiciste hoy? ¿Te comportaste de manera diferente hoy de lo que harías hace un año? ¿Llegaste a alguien y te permitiste ser vulnerable? Puedes felicitarte por eso.
¿Tuviste un mal día pero lo resolviste con eficacia? ¿Practicaste gratitud o aceptación? ¿Tomaste un riesgo, posees tu poder o estableces un límite? ¿Te responsabilizaste de ti mismo de una manera que antes no tenías?
¿Tomaste tiempo para orar o meditar? ¿Confiaste en Dios? ¿Dejaste que alguien hiciera algo por ti?

Incluso en nuestros peores días, podemos encontrar una cosa que hicimos bien. Podemos encontrar algo con lo que sentirnos esperanzados. Podemos encontrar algo para esperar. Podemos enfocarnos de manera realista en las visiones de lo que puede ser.

«Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de permanecer inmerso en la negatividad. Puedo cambiar la energía en mí y en mi entorno de negativa a positiva. Afirmaré lo bueno hasta que se hunda y se sienta real. También me esforzaré por encontrar una cualidad que me guste de alguien más que sea importante para mí, y correré el riesgo de decírselo a él o ella».

Mi Reflexión: La negatividad es una constante en la vida del codependiente. Se ha mantenido en ese escenario mucho tiempo, se ha acostumbrado a ello. Desbloquear esa actitud lleva su tiempo y requiere una buena dosis de compromiso en buscar alternativas que permitan comprender y asumir cambiar. (Alpha).

¿Sientes la necesidad de cambio en tu vida? ¿Como piensas hacerlo? Comparte aquí.

Meditación 11 de Marzo… Dispuesto a hacer las paces

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós enfatiza la importancia de cambiar emociones negativas que acompañan al codependiente por sentimientos positivos que le permitan hallar la serenidad y paz que necesita para iniciar su recuperacion.

Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

El Octavo Paso habla de un cambio de corazón, un cambio de curación.
Esta actitud puede comenzar una gran cadena de reparación y curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestro corazón duro, uno de los mayores bloqueos a nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En el Octavo Paso, hacemos una lista de todas las personas a las que hemos perjudicado, y nos permitimos experimentar una actitud de sanación hacia ellas. Es una actitud de amor.
No, en este Paso, corremos locamente y comenzamos a gritar: «¡Lo siento!» Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de hacer las paces o comenzar a considerar las enmiendas apropiadas, nos permitimos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, dentro de nosotros.
Puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede comenzar el proceso, antes de que podamos abrir la boca y pedir perdón.
Abre la puerta al amor. Abre la puerta a la energía del amor y la curación. Nos permite liberar sentimientos y energía negativos, y abre la puerta a sentimientos y energía positivos.

Esa energía se puede sentir en todo el mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con qué frecuencia, después de habernos lastimado, deseamos que la persona simplemente reconozca nuestro dolor y diga: «Lo siento»? ¿Con qué frecuencia deseamos que la persona simplemente nos vea, escuche y cambie la energía del amor a nuestra manera? ¿Cuántas veces hemos anhelado al menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en relaciones teñidas de negocios inconclusos y malos sentimientos? A menudo.
Otros también lo hacen. No es un secreto La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición a hacer las paces puede o no beneficiar a la otra persona; él o ella puede o no estar dispuesto a poner fin a las cosas.
Pero nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.

«Hoy, trabajaré en un cambio de corazón si están presentes la dureza de corazón, la actitud defensiva, la culpa o la amargura. Estaré dispuesto a dejar ir esos sentimientos y hacer que sean reemplazados por la energía curativa del amor».

Mi Reflexión: Los sentimientos mas usados por el codependiente es el enojo, la amargura, la ira. Con estas emociones vive parte de su existencia. Durante la recuperacion de la codependencia, se va transformando espiritualmente hasta lograr discernir la oportunidad que tiene para «deshacerse» de emociones tan negativas y sustituirla por sentimiento positivos que te dan liberación por confiar en el poder superior. (Alpha).

¿Has manejad estos sentimientos negativos? ¿Como has lidiado con tu recuperacion? Comenta tus vivencias.

Meditación 29 de Octubre… Deshacer tus errores

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la necesidad de trabajar el Paso X de CoDA, esto nos permite liberarnos de aquellos errores por los que debemos expresar nuestras disculpas.
Si deseas conocer mas sobre esta autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.

Medita sobre esto:

«Continuamos haciendo un inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos de inmediato». Este es el Décimo Paso del Programa de Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos. También es un paso que muchas personas sabias no trabajan en un programa y lo saben.
A veces los errores que cometemos son pequeños. Decimos algo que hiere a otra persona. O nos comportamos de una manera que sabemos que es inapropiada, y nos sentimos mal por ello. A veces los errores son más grandes. Es posible que hayamos tomado un trabajo o nos hayamos metido en una relación pensando que era una buena idea solo para descubrir más tarde que no fue así.
Por las razones que nos motivaron en ese momento, cometimos un error. Dimos una vuelta equivocada en el camino, y la dirección en la que vamos no es a dónde queremos ir. O hemos llegado a un callejón sin salida.
El Paso Diez es parte del Programa, una doceava parte del programa, porque alguien sabía que lo necesitaríamos, tal vez una doceava parte del tiempo. Las palabras «lo lamento» están en nuestro idioma porque también hemos desarrollado la necesidad de esa frase.
No hacer las paces puede dañar nuestras relaciones. Cuando el orgullo o la vergüenza nos impiden compensar, cerramos nuestros corazones a Dios, a nosotros mismos ya las personas que amamos.
Admite tu error. Toma las medidas necesarias para corregir la situación para ti y las personas involucradas.
Solo abre tu corazón y di estas cinco palabras: lo siento, estaba equivocado.
Entonces déjalo ir, y continúa con tu vida. Ten el coraje de hacer lo que necesitas hacer para encaminar tu vida.

«»Dios, ayúdame a admitirme ante mí mismo, ante ti y ante los demás cuando estoy equivocado y he cometido un error, ya sea un giro pequeño o uno equivocado en mi vida. Entonces, ayúdame a deshacer mis acciones y volver a encarrilarme.

Mi Reflexión: Como humanos podemos cometer errores, lo importante esta en reconocerlos y pedir disculpas. Decir lo siento significa mucho para la persona que ofendimos, pero mas signifi para quienes estamos sanando espiritualmente. (Alpha).

Has trabajado el Paso Diez de CoDA? Comparte tus vivencias al respecto.

Meditación 25 de Agosto … Estemos dispuestos a reparar los daños


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refuerza la necesidad de «reparar daños» a aquellas personas a quienes ofendimos, y como este proceso gradual alivia nuestro corazón, modifica nuestra actitud, permitiéndonos liberarnos de sentimientos negativos de ira, amargura y vergüenza. Esta decisión saludable nos hace entender que debe prevalecer el «AMOR» en nuestras vidas, aunque para llegar hasta allí debamos transitar un proceso laborioso, pero valioso porque permitirá alcanzar nuestra real curación.
Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esa vía.
Medita sobre esto:
El Paso Ocho está hablando de un cambio de corazón, de un cambio curativo.
Esta actitud puede ser el principio de una gran cadena de recuperación y de curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestra dureza de corazón, uno de los más grandes obstáculos para nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En el Paso Ocho hacemos una lista de toda la gente que hemos dañado, y nos permitimos a nosotros mismos experimentar una actitud curativa hacia ellos. Es una actitud de amor.
En este Paso, no nos arrojamos con locura y empezamos a gritar: «¡Lo siento!». Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de que realmente reparemos daños o empecemos a considerar la manera apropiada de repararlos, nos permitimos a nosotros mismos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, en nuestro interior.
Esto puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede hacer comenzar el proceso, antes de que abramos la boca y digamos lo siento. Abre la puerta del amor. Abre la puerta a la energía del amor y de la curación. Nos capacita para llenarnos de sentimientos y energía positivos.
Esa energía se puede sentir alrededor del mundo, y comienza dentro de nosotros.

¿Con cuánta frecuencia, después de haber sido lastimados, deseábamos que la persona simplemente reconociera nuestro dolor y dijera, «lo siento»? ¿ Cuán tan a menudo hemos deseado que la persona simplemente nos viera, nos escuchara y volviera hacia nosotros la energía del amor? ¿Cuán frecuentemente hemos anhelado por lo menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en las relaciones manchadas por asuntos inconclusos y malos sentimientos? Muy a menudo.
Los otros también lo desean. Eso no es ningún secreto. La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición para reparar el daño puede beneficiar o no a la otra persona; el o ella pueden estar o no dispuestos a olvidarse del asunto.
Pero nosotros nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.
«Hoy trabajare por lograr un cambio de corazón si están presentes la dureza del corazón, la defensividad, la culpa o la amargura. Me dispondré a dejar ir esos sentimientos y a reemplazarlos por la energía curativa del amor».


Mi Reflexión: Sanar interiormente pasa por reconocer las ofensas que hemos proferido a los otros y reparar esos daños. No es fácil para nadie, menos aun para los codependientes, pedir disculpas o perdón. Solamente «aliviando nuestro corazón», asumiremos esa tarea. Muchos hemos vivido sintiendo el desamparo, el abandono de quienes amamos y creíamos nos amaban, ello hizo que nuestros sentimientos de amargura, ira, culpa se instalaran en nuestro corazón y no floreciera el amor, de allí que nos cueste «darlo». Al trabajar sobre la «reparación de daños» drenamos esos sentimientos negativos que endurecen nuestra alma, y empezamos a sanar progresivamente, pasando de ser ofensivos, iracundos, coléricos, a amorosos y comprensivos. La tarea requiere paciencia, perseverancia y coraje. No pongamos trabas a este proceso, una vez iniciado con convicción de la necesidad de hacerlo para nuestra curación, no debemos frenar hasta lograrlo. (Alpha).
¿Estas dispuesto a trabajar en la reparación de daños? ¿Lo has hecho y tienes resultados tangibles?. Puedes comentar aquí.

Meditacion 11 de Abril… El bien en el Paso Diez



El Paso 10 dice: «Continuamos haciendo un inventario personal y cuando nos equivocamos lo admitimos de inmediato». No sugiere que ignoremos lo que es correcto en nuestra vida. Dice que seguimos haciendo un inventario personal y centrándonos en nosotros mismos.
Cuando hacemos un inventario, querremos buscar muchas cosas. Podemos buscar sentimientos que necesitan nuestra atención. Podemos buscar de nuevo una baja autoestima. Podemos buscar formas antiguas de pensar, sentir y comportarnos. Podemos buscar errores que necesitan corrección. Pero una parte fundamental de nuestro inventario puede centrarse en lo que estamos haciendo bien y en todo lo que nos rodea.
Parte de nuestra codependencia es un enfoque obsesivo sobre lo que está mal y lo que podríamos estar haciendo mal, real o imaginariamente. En recuperación, estamos aprendiendo a enfocarnos en lo que es correcto.
Mire sin miedo, con un ojo amoroso y positivo. ¿Qué hiciste hoy? ¿Te comportaste de manera diferente hoy de lo que harías hace un año? ¿Llegaste a alguien y te permitiste ser vulnerable? Puedes felicitarte por eso.
¿Tuviste un mal día pero lo resolviste con eficacia? ¿Practicaste gratitud o aceptación? ¿Tomaste un riesgo, posees tu poder o estableces un límite? ¿Te responsabilizaste de ti mismo de una manera que antes no tenías?
¿Tomaste tiempo para orar o meditar? ¿Confiaste en Dios? ¿Dejaste que alguien hiciera algo por ti?

Incluso en nuestros peores días, podemos encontrar una cosa que hicimos bien. Podemos encontrar algo con lo que sentirnos esperanzados. Podemos encontrar algo para esperar. Podemos enfocarnos de manera realista en las visiones de lo que puede ser.
«Dios, ayúdame a dejar de lado mi necesidad de permanecer inmerso en la negatividad. Puedo cambiar la energía en mí y en mi entorno de negativa a positiva. Afirmaré lo bueno hasta que se hunda y se sienta real. También me esforzaré por encontrar una cualidad que me guste de alguien más que sea importante para mí, y correré el riesgo de decírselo a él o ella».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Meditación 11 de Marzo… Dispuesto a hacer las paces



El Octavo Paso habla de un cambio de corazón, un cambio de curación.
Esta actitud puede comenzar una gran cadena de reparación y curación en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. Significa que estamos dispuestos a dejar ir nuestro corazón duro, uno de los mayores bloqueos a nuestra capacidad de dar y recibir amor.
En el Octavo Paso, hacemos una lista de todas las personas a las que hemos perjudicado, y nos permitimos experimentar una actitud de sanación hacia ellas. Es una actitud de amor.
No, en este Paso, corremos locamente y comenzamos a gritar: «¡Lo siento!» Hacemos nuestra lista, no para sentirnos culpables, sino para facilitar la curación. Antes de hacer las paces o comenzar a considerar las enmiendas apropiadas, nos permitimos cambiar nuestra actitud. Ahí es donde comienza la curación, dentro de nosotros.
Puede cambiar la energía. Puede cambiar la dinámica. Puede comenzar el proceso, antes de que podamos abrir la boca y pedir perdón.
Abre la puerta al amor. Abre la puerta a la energía del amor y la curación. Nos permite liberar sentimientos y energía negativos, y abre la puerta a sentimientos y energía positivos.

Esa energía se puede sentir en todo el mundo, y comienza dentro de nosotros.
¿Con qué frecuencia, después de habernos lastimado, deseamos que la persona simplemente reconozca nuestro dolor y diga: «Lo siento»? ¿Con qué frecuencia deseamos que la persona simplemente nos vea, escuche y cambie la energía del amor a nuestra manera? ¿Cuántas veces hemos anhelado al menos un cambio de corazón, una pequeña dosis de reconciliación, en relaciones teñidas de negocios inconclusos y malos sentimientos? A menudo.
Otros también lo hacen. No es un secreto La energía de la curación comienza con nosotros. Nuestra disposición a hacer las paces puede o no beneficiar a la otra persona; él o ella puede o no estar dispuesto a poner fin a las cosas.
Pero nos curamos. Nos volvemos capaces de amar.
«Hoy, trabajaré en un cambio de corazón si están presentes la dureza de corazón, la actitud defensiva, la culpa o la amargura. Estaré dispuesto a dejar ir esos sentimientos y hacer que sean reemplazados por la energía curativa del amor».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).

Reflexión del Dia: 22 de Enero



REPARAMOS DIRECTAMENTE A CUANTOS NOS FUE POSIBLE EL DAÑO CAUSADO, EXCEPTO CUANDO EL HACERLO IMPLICABA PERJUICIO PARA ELLOS O PARA OTROS. (Noveno Paso de CoDA).
HACER REPARACIONES A AQUELLOS A QUIENES HEMOS DAÑADO
Necesitamos ser claros acerca del motivo por el que nos disculpamos y de la mejor manera de hacerlo. Nuestra disculpa debe contar… para nosotros. Lo que hacemos con la reparación es responsabilizarnos por nuestro comportamiento. Necesitamos idear la mejor manera de hacerlo.
Necesitamos comprender claramente de qué nos responsabilizamos. Necesitamos estar seguros que con este proceso de hacer reparaciones, no estamos entrando en algún otro comportamiento autodestructivo o dañino a otros. Si tenemos dudas, preguntamos a nuestro Poder Superior.
Hablamos con las personas en recuperación. Escuchamos lo que tienen que decir. Esperamos hasta encontrar un curso de acción que nos haga sentir bien.
Existe guía y un camino claro disponibles para las reparaciones que necesitamos hacer. A veces, el camino lleva a un contacto directo y una disculpa directa por nuestro comportamiento. Hay momentos cuando lo que más necesitamos hacer para reparar es cambiar nuestro comportamiento con alguien. Hay veces cuando la restitución es lo apropiado.
Mas, existen momentos cuando sacar a luz lo que hemos hecho y luego pedir perdón por ello, empeoraría las cosas. Si nos hemos permitido engancharnos con cierta persona, permitido que nos controle, o si la hemos estado rescatando, y luego sintiéndonos victimizados por ello, podríamos empeorar la relación si lo mencionamos.
«¡Oye! He estado dejando que me controles, y estoy enojada. Te he estado rescatando porque realmente no creo que puedas cuidar de ti mismo. ¡Ahora ya no voy a hacerlo!»
Eso puede empeorar las cosas porque parece más una confrontación que una reparación. Hay que entender que a veces es importante expresar este tipo de intenciones. A veces puede aclarar las cosas y ser sano expresar nuestras metas conductuales con claridad. Pero a veces, el mejor camino que podemos tomar es buscar la senda de nuestro cuidado propio calladamente.
Nos disponemos a hacer reparaciones. Una vez que hagamos eso, podemos soltar y abordar nuestras reparaciones de una manera pacífica, consistente y armoniosa. Si estamos tratando de trabajar este Paso, tratando de aclarar nuestras relaciones con la gente, seremos guiados.
Sabremos lo que tenemos que hacer y cuando y cómo hacerlo. Si nada se siente correcto o apropiado, si sentimos que lo que estamos a punto de hacer causará una crisis o confusión, si sentimos que no es el momento, también podemos confiar en eso.
Si hay reparaciones que no podemos hacer ahora, podemos hacer planes para hacerlas después.
Esto puede ser cierto con asuntos financieros u otros tipos de reparaciones. Quizá queramos pagarle a alguien, pero no podemos cumplir con esa responsabilidad sin privar a nuestra familia.
Pero podemos disponernos a hacer de esa reparación una meta. Tal vez haya alguien con quien nos queramos disculpar, pero no podemos localizarlo. De todas formas podemos estar dispuestos.
Si estamos dispuestos, si hemos hecho nuestro trabajo, se nos guiará hacia las circunstancias adecuadas en el momento correcto.
Existen algunas reparaciones que no podemos hacer. La persona puede haber muerto o no estar disponible. Podemos hablar de estas reparaciones con nuestro Poder Superior, y luego soltarlas.
En esto cuentan la actitud, la honestidad, la apertura, y la disposición. Con armonía y paz, podemos esforzarnos por limpiar la discordia en nuestras relaciones. Podemos soltar nuestros temores acerca de enfrentar a las personas y tomar la responsabilidad por nuestros comportamientos, entendiendo que, al hacer reparaciones, no estamos disminuyendo nuestra autoestima, sino aumentándola.
No necesitamos arrastrarnos para hacer reparaciones. No necesitamos dejar que otro abuse de nosotros, nos manipule o maltrate durante el proceso de hacer reparaciones. Tranquilamente nos ocupamos de cuidar de nosotros mismos con una actitud de respeto. Este es un programa de perdón, no penitencia.
Podemos hacer nuestras reparaciones clara, directa, y limpiamente. Hacer una reparación a alguien no significa que tenemos que engancharnos con él o ella otra vez. No significa que debemos rendirnos y someternos al maltrato de su parte.
Con frecuencia, entre más breve la reparación, mejor. Entre más limpia y clara, mejor. Entre más directa, mejor. Entre más sale del corazón, mejor. Entre más siga una Guía Divina, mejor.
Una vez que hacemos una reparación, la otra persona no es responsable de quitar nuestro residuo de temor, culpa, o vergüenza. Es nuestra tarea olvidar el incidente, no la de ellos. Por otra parte, no somos responsables de los sentimientos de la otra persona respecto al incidente.
Ese no es nuestra tarea. Nuestra parte es hacer una reparación directa, y luego trabajar con lo que haga falta con nosotros mismos para terminar con nuestra vergüenza y culpa.
Podemos perdonarnos a nosotros mismos y terminar con el incidente.
Podemos ser benévolos con nosotros mismos.
Después de dar este Paso, podemos dar por terminado el asunto y soltarlo. Si este proceso implica cambiar nuestro comportamiento, no necesitamos castigarnos, sintiéndonos culpables hasta terminar de cambiar completa o «perfectamente». Podemos identificar lo que hemos hecho, hacer una reparación, y terminar con nuestra culpa.
Si después de hacer una reparación, la otra persona no está dispuesta a soltar el asunto, o si la otra persona quiere que suframos el problema con ella un tiempo, ese es su asunto. No tenemos que reaccionar (ni hacer algo que pudiera requerir de otra reparación), y no tenemos que estancarnos en el asunto.Tampoco tenemos que disculparnos cuando no hemos hecho nada malo. Por muchas razones, quizá tengamos el hábito de pedir disculpas cuando no es necesario.
Un sentimiento de vergüenza puede llevarnos a pedir disculpas por estar vivos, por estar aquí, y por ser quienes somos. Algunos de nosotros podemos sentir que somos un estorbo y pedir disculpas por casi todas las interacciones que tenemos. Este no es el propósito de este Paso.
Quizá tengamos el hábito de pedir disculpas por el comportamiento de otra persona o de disculparnos automáticamente cuando la otra persona se enoja.
Podemos aprender a examinar nuestros comportamientos y ver qué hicimos y qué no. Podemos aprender a discernir cuándo hemos hecho algo que legítimamente requiere de una disculpa y cuándo nuestra codependencia está empujándonos a decir que lo sentimos.
A veces, las disculpas generales sirven. No todos los problemas son claros, especialmente los que tienen que ver con la codependencia. A veces, se puede limpiar el ambiente sencillamente diciendo, «Me disculpo por la bronca que tuvimos. Siento mucho la forma en que manejé el incidente. Se me mezclaron otros asuntos, y siento que haya sucedido».
A veces yo he dicho, «Lo siento si lo que necesito hacer para cuidar de mí misma te lastimó. No fue mi intención ni designio hacer eso».
Pero no tenemos que volvernos «codependientes» respecto de nuestras disculpas. No tenemos que disculparnos por nuestro enojo, sólo por los comportamientos inapropiados que producen el enojo. No tenemos que disculparnos porcuidar de nosotros mismos, por manejar nuestros sentimientos, por poner límites, por divertirnos, por sentirnos bien, o por sanar. No tenemos que pedir disculpas porque otros tratan de controlarnos y nos llevan a sentirnos culpables. No tenemos que pedir disculpas por existir, por estar aquí, y por ser quienes somos.
No tenemos que disculparnos por no querer recibir abuso o maltrato. Si nos estamos ocupando de dar disculpas por los comportamientos de otra persona, no dejamos espacio para que las personas que en verdad necesitan disculparse, lo hagan.
No tenemos que repetir nuestras disculpas. Eso irrita. Si alguien quiere seguir sacándonos disculpas por el mismo incidente, ése es su problema, y no tenemos porqué engancharnos. Si sentimos que tenemos que seguir disculpándonos, puede ser que necesitamos regresar al problema original y ver qué está sucediendo.

A veces, no llenamos nuestras propias expectativas. Eso es humano. Por ello tenemos las palabras, «Lo siento». Estas curan, y puentean la brecha.
Pero no tenemos que decir que lo sentimos si no hicimos nada malo.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Reflexión del Dia: 20 de Enero



REPARAMOS DIRECTAMENTE A CUANTOS NOS FUE POSIBLE EL DAÑO CAUSADO, EXCEPTO CUANDO EL HACERLO IMPLICABA PERJUICIO PARA ELLOS O PARA OTROS (Noveno Paso de CoDA).
HACER REPARACIONES A AQUELLOS A QUIENES HEMOS DAÑADO
Es el momento de sacar la lista de aquellos a quienes hemos dañado con nuestros comportamientos. Ahora nos acercamos a algunas reparaciones directas. Estamos alistándonos a decir, «Esto es lo que hice, y lo siento», en palabra y obra. Estas son las personas a quienes hicimos algo inadecuado, las personas con quienes debemos cuidarnos porque los hemos dañado.
Quizá mentimos, manipulamos, usamos, abusamos de, controlamos, o expresamos nuestro enojo inadecuadamente a estas personas. En alguna forma, estas personas sufrieron por nuestros comportamientos codependientes, y ahora estamos tratando de corregir las cosas. Estamos encaminados a liberarnos de la culpa, responsabilizándonos por nosotros mismos, dejando de ser víctimas, y reparando estas relaciones.
Como dijimos antes, nuestros hijos y aquellos más cercanos a nosotros son, con frecuencia, los primeros en la lista.
Las personas a nuestro alrededor sufrieron más porque nosotros estábamos sufriendo. A veces nuestros jefes, empleados, o compañeros de trabajo están en esta lista,. A veces debemos dinero a las personas. A veces debemos una disculpa a alguien en nuestro pasado: quizá un ex-novio o ex-novia, un ex-cónyuge, hasta un ex-familiar político.
A veces amistades y vecinos están en esta lista.

Nos alistamos a dirigirnos a esta persona, y sin defender nuestros comportamientos ni a nosotros mismos, pedimos disculpas o hacemos las restituciones apropiadas, excepto cuando hacer esto causaría más daño a otras personas. Queremos ser honestos; queremos cuidarnos con otros; pero no queremos crear un mayor lío del que pretendemos resolver.
Algunas veces reparar requiere de contacto directo con la persona. Decimos lo que nosotros hicimos y luego pedimos disculpas por nuestra conducta. No hablamos de lo que la otra persona hizo. No justificamos ni racionalizamos lo hecho. Si necesitamos explicar brevemente, podemos hacerlo. Entre menos digamos, mejor. Las palabras más importantes son «Esto es lo que hice, y lo siento».
Por ejemplo: «Hice locuras tratando de controlarte o controlar tu adicción. Lo siento».
«Estaba enojado contigo, y en vez de manejarlo en forma directa, he estado echándote puyas y tratándote injustamente. Lo siento».

A veces nuestras reparaciones son con personas con quienes no deseamos mantener una relación. Este puede ser el caso de un ex-jefe o ex-cónyuge. Sencillamente queremos «barrer nuestro lado de la calle».
Algunas de estas reparaciones son inmediatas, pueden y deben hacerse ahora mismo.
A veces las reparaciones son para hacerse a «futuro». Por muchas razones, puede ser mejor dejar pasar un tiempo antes de abordar una persona. Tal vez los sentimientos están muy álgidos; quizá no estamos muy claros acerca de cuál fue exactamente nuestra parte; quizá no estamos plenamente listos. Por la razón que sea, no es el momento. Entonces esperamos, pero tenemos en mente una fecha límite razonable.
Con frecuencia, durante el proceso dehacer reparaciones, pido la guía de Dios. Me dispongo. Sé que necesito cuidarme con alguien. Luego pido a Dios que me ayude. A veces me late esperar un tiempo, soltar ese incidente particular. A veces, al poco tiempo de pedir guía para hacer una reparación particular, o me hago consciente de que es el momento de actuar o me encuentro con la persona. La oportunidad se presenta, y se siente bien. Eso no significa que no me da miedo.
Cada vez que me preparo para hacer una reparación, siento mariposas en el estómago. Me asusta buscar a la gente, admitir que cometí un error, y decir que lo siento.
Pero cada vez que lo hago, me siento bien. Uno de los sentimientos más embriagantes que he descubierto en la recuperación es el que viene de ser honesta con la gente, sin importar cuánto miedo tengo, y luego pedir disculpas cuando es apropiado
.
A veces decir «Lo siento» no es suficiente. Necesitamos hacer una restitución, cambiando la forma en que nos comportamos con alguien. Por supuesto, no podemos ni necesitamos prometer perfección, pero un sincero deseo de comportarnos en forma diferente ayuda. Quizá decidamos que necesitamos cambiar nuestro comportamiento con los hijos, un cónyuge, un ser amado, o una amistad.
Cuando comencé en la recuperación de la codependencia, mi capacidad de nutrir a mis hijos era muy pobre; mi habilidad de poner y mantener límites era aún más pobre. Me disculpé con ellos por no ser una madre adecuada. Pero hacía falta más. Necesitaban una madre capaz de poner límites consistentes y confiables,límites en los que podían confiar.
El propósito de las reparaciones es asumir la responsabilidad por nuestro propio comportamiento, enderezar cualquier lío que hemos causado, y sentirnos bien acerca de nuestra conducta dentro de las relaciones.

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

Meditación 26 de Agosto… Reparemos daños



Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros. (Paso Nueve de Al-Anón).
Cuando reparemos daños, necesitamos ser claros acerca de la causa por la que estamos ofreciendo disculpas y de la mejor manera de decir que lo sentimos. Lo que realmente estamos haciendo con nuestra reparación es asumir la responsabilidad de nuestra conducta. Necesitamos estar seguros de que el proceso mismo no sea contraproducente o doloroso.
A veces necesitamos disculparnos directamente por una cosa que hemos hecho en particular o por la parte que nos corresponde en un problema.
Otras, en vez de decir «lo siento», lo que necesitamos hacer es trabajar por cambiar nuestra conducta hacia la persona.
Hay veces en que sacar a relucir lo que hemos hecho y ofrecer disculpas por ello empeoraría las cosas.
Tenemos que confiar en el momento adecuado, en la intuición, y en la guía en este proceso de la reparación de daños. Una vez que estemos dispuestos, podemos dejarlos ir y proseguir con nuestra reparación en forma pacífica,consistente, armoniosa. Si nada nos parece bien o apropiado, si sentimos que lo que estamos a punto de hacer provocaría una crisis o causaría estragos, necesitamos confiar en ese sentimiento.
Aquí cuentan la honestidad, el ser abiertos y el estar dispuestos. En paz y armonía podemos esforzarnos por poner en claro nuestras relaciones.
Merecemos estar en paz con nosotros mismos y con los demás.
«Hoy estaré abierto a reparar cualquier daño que necesite reparar con la gente. Esperaré la Guía Divina en el proceso de hacer cualquier reparación que no tenga bien clara. Actuaré cuando se me guíe a hacerlo. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi miedo de enfrentar a la gente y asumir la responsabilidad de mi conducta. Ayúdame a saber que no estoy menoscabando mi autoestima al hacer esto; la estoy mejorando».

(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).