Meditación 8 de Mayo… Darnos lo que merecemos.

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma la importancia que el codependiente piense y sienta que es merecedor de lo que tiene y esta por venir.
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Medita sobre esto:

Yo tenía un buen trabajo, ganaba un sueldo decente. Había estado en recuperación durante años. Cada mañana, me subía a mi coche y le daba gracias a Dios por el coche. La batería no funcionaba, y la probabilidad de que el coche no arrancara era casi tan grande como de que sí lo hiciera. Yo sólo sufría, y le daba gracias a Dios. Un día, se me ocurrió que no había absolutamente ninguna buena razón para que no pudiera comprarme un coche nuevo –en ese momento- si así lo quería. Me la había pasado sintiendo gratitud por una privación innecesaria y por el martirio. Me compré un coche nuevo, ese mismo día. (Anónimo).
A menudo, nuestra reacción instintiva hacia algo que queremos o necesitamos es: «¡No, no me puedo dar el lujo de comprarlo!».
La pregunta que podemos aprender a hacernos es: «¿Pero, podría?».
Muchos de nosotros hemos aprendido a privarnos habitualmente de todo lo que quisiéramos y, a menudo, de cosas que necesitamos.
A veces podemos usar equivocadamente el concepto de gratitud para privados sin necesidad. Sentir gratitud por lo que tenemos es un importante concepto de recuperación. También lo es creer que merecemos lo mejor y hacer un esfuerzo por dejar de privarnos y empezar a tratarnos bien. No tiene nada de malo que nos compremos lo que queremos si tenemos
dinero para ello. Aprende a confiar en ti mismo y a escucharte acerca de lo que deseas. No tiene nada de malo que te des un gusto, comprandote algo nuevo.
Hay veces en que es bueno esperar. Otras, en que auténticamente no podemos permitirnos un lujo. Pero muchas más que sí podemos.

«Hoy cambiaré los principios de gratitud por lo que tengo con la creencia de que me merezco lo mejor. Si no hay una buena razón para privarme de algo, no lo haré.

Mi Reflexión: Cuando agradecemos lo que tenemos la Divinidad nos permite mejores cosas. Para el codependiente es positivo asumir la premisa de ser merecedor de lo que tiene y va a llegar a su vida como bendiciones divinas. (Alpha).

¿Eres agradecido por lo que tienes? ¿Crees que eres merecedor de lo que tienes? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 7 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente refiere la actitud reaccionaria del codependiente, quien se deja llevar por cualquier situación para responder exageradamente.

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Reflexiona sobre esto:

No tenemos que tomar las cosas tan a pecho (a nosotros mismos, a los eventos y a las otras personas). Sacamos las cosas fuera de toda proporción —nuestros sentimientos, pensamientos, acciones y errores—. Hacemos lo mismo con los sentimientos, pensamientos y acciones de otras personas. Nos decimos a nosotros mismos que las cosas son temibles, terribles, una tragedia y el fin del mundo. Muchas cosas pueden ser tristes, muy malas o desagradables, pero lo único que es el fin del mundo es el fin del mundo. Los sentimientos son importantes, pero son sólo sentimientos. Los pensamientos son importantes, pero son tan sólo pensamientos y todos pensamos en muchas cosas diferentes, y nuestros pensamientos están sujetos a cambio. Lo que hacemos y decimos es importante, lo que otros dicen y hacen es importante, pero el mundo no pende de ninguna fraseo acción en particular. Y si es particularmente importante decir o hacer algo, no nos preocupemos: sucederá. Aligérate. Date a ti mismo y a los demás espacio para moverse, para hablar, para ser lo que somos: humanos. Dale oportunidad a la vida para que las cosas se den solas. Date a ti mismo oportunidad para disfrutarlo.

Mi Reflexión: La persona codependiente tiene un temperamento explosivo y sucumbe ante cualquier situación por muy tonta que parezca. La mueve cualquier evento, estallando con enfado e ira ante los demás. Esa actitud reaccionaria le impide mantener vínculos efectivos y saludables con las personas a su alrededor. (Alpha).

¿Actúas con enfado ante cualquier evento? ¿Te has puesto a pensar qué ocasiona esa conducta? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 6 de Mayo


Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que el codependiente no tiene porque obsesionarse por cuidar a los demás. Esa conducta es autodestructiva y lleva a dañar sus áreas emocional y física.

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Reflexiona sobre esto:

Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Son trucos que construimos nosotros mismos. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así. Muchos de nosotros hemos reaccionado de esta manera con justificada buena razón. Podremos haber vivido con problemas complicados y serios que han perturbado nuestra vida, y que a cualquier persona normal podrían volver ansiosa, perturbada, preocupada y obsesionada. Podemos amar a alguien que tiene problemas, alguien fuera de control. Su problema puede ser el alcoholismo, un trastorno de la alimentación, apostar de una manera compulsiva, un problema emocional o mental, o cualquier combinación de estos.
Algunos de nosotros podremos haber vivido con problemas menos serios, pero que nos preocupan de todas maneras. Las personas que amamos o que nos importan pueden tener cambios súbitos en sus estados de ánimo. Pueden hacer cosas que desearíamos que no hicieran. Podemos pensar que él o ella podrían hacer las cosas de otra manera, de un modo mejor, de una forma que creemos que no causaría tantos problemas.
Por fuerza del hábito, algunos de nosotros hemos desarrollado una actitud de apego, de preocuparnos, reaccionar y obsesivamente tratar de controlar. Quizá hemos vivido con personas y a través de eventos que estaban fuera de control. Tal vez obsesionándonos y controlando pudimos guardar un equilibrio o lograr que temporalmente las cosas no empeoraran. Y luego simplemente seguimos haciendo lo mismo. Quizá teníamos miedo de soltarnos, porque cuando nos soltamos en el pasado sucedieron cosas terribles y dolorosas. Tal vez hemos estado apegados a la gente –viviendo sus vidas por y a través de ella– durante tanto tiempo que ya no nos queda una vida propia por vivir. Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después. ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la curda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva. A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horror. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. Me importa demasiado para hacerle eso. Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”.

Mi Reflexión: Obsesionarse, preocuparse y entregarse al cuidado de los demás pretendiendo controlar sus vidas es una tarea «desgastante» que solo lleva al codependiente a desmejorarse emocional y físicamente. Esa conducta insana destruye aún más su autoestima, llegando al extremo de dejar de cuidar de si mismo. (Alpha).

¿Vives obsesionado por manipular la vida de otros? ¿Has asumido que necesitas terapia? ¿La has buscado? Comenta acá.

Meditación 6 de Mayo…Pasando por tiempos difíciles


Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que ante situaciones difíciles el codependiente debe asumir una postura de potenciarse mejorando aquellas áreas que están débiles.

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Medita sobre esto:

Somos seres robustos. Pero en muchos sentidos, somos frágiles. Podemos aceptar cambios y pérdidas, pero esto ocurre a nuestro propio ritmo y de nuestra propia manera. Y solo nosotros y Dios podemos determinar el tiempo. (Ya No seas Codependiente).

Tiempos difíciles, tiempos estresantes, no son todo lo que hay en la vida, pero son parte de la vida, el crecimiento y el progreso.
Lo que hacemos con tiempos difíciles, o energía dura, es nuestra elección.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver nuestros problemas. Podemos usarlo para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos pasar por estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y negándonos a crecer o cambiar.
Los tiempos difíciles pueden motivarnos y moldearnos para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estos tiempos para avanzar y subir a niveles superiores de vida, amor y crecimiento.
La elección es nuestra ¿Nos dejaremos sentir? ¿Tomaremos un enfoque espiritual, incluida la gratitud, hacia el evento? ¿Vamos a cuestionar la vida y nuestro Poder Superior preguntándonos qué se supone que debemos aprender y hacer? ¿O usaremos el incidente para demostrar creencias viejas y negativas? ¿Diremos «nada bueno me sucede alguna vez»? Solo soy una víctima. La gente no puede ser confiable. La vida no vale la pena vivir»?
No siempre requerimos energía dura o estrés para motivarnos a crecer y cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si está allí, podemos aprender a canalizarlo hacia el crecimiento y usarlo para lograr lo que es bueno en la vida.

«Dios, que mis tiempos difíciles sean tiempos de curación.»

Mi Reflexión: Cuando atravesamos momentos difíciles podemos considerarlos como pruebas para enfrentarnos con nuestras decisiones pasadas. Como asumirlos? Hay maneras diversas: quedarnos victimados y hundidos o llenarnos de fuerza y energía positiva para «reinventarnos» dando valor a nuestra vida, llenándonos de energía positiva y potenciando fortalezas y corrigiendo debilidades. Esta ultima es la «Actitud deseada! (Alpha).

¿Cómo asumes tus momentos difíciles? ¿Has buscado ayuda en grupos de apoyo CoDA? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 5 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera la actitud como rescatador-cuidador obsesivo dejando de cuidarse el mismo por ayudar a los otros.

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Reflexiona sobre esto:

Siendo codependientes, pasamos mucho de nuestro tiempo rescatando. Somos la prueba viviente de que la gente puede ganarle a Dios. Por lo general yo detecto a un codependiente los primeros cinco minutos después de conocerlo y hablar con él. Él o ella o bien me ofrecerán ayuda que no he pedido, o seguirán hablando conmigo aunque resulta obvio que están incómodos y desean terminar con la conversación. La persona empieza la conversación tomando la responsabilidad por mí y no tomándola para sí misma.
Algunos nos cansamos tanto del enorme peso —la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales. Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Mi Reflexión: El codependiente se desempeña generalmente como cuidador compulsivo que dedica parte de su tiempo en cuidar-rescatar a los demás, dejando atrás su propio cuidado.(Alpha).

¿Eres un codependiente cuidador-rescatador? ¿Cómo ha impactado tu vida esa conducta? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 2 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea la imperiosa necesidad que el codependiente asuma que requiere ayuda e inicie voluntariamente la Terapia, solo así se recuperara y podrá asumir el compromiso de cuidar de él mismo.

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Reflexiona sobre esto:

No tienen por qué ser perfectas las decisiones tomadas. No tenemos que ser perfectos. Ni siquiera tenemos que ser casi perfectos. Podemos ser simplemente quienes somos. Podemos equivocarnos en nuestras elecciones. No somos tan frágiles que no podamos manejar el hecho de haber cometido un error. ¡No es para tanto! Es parte del vivir.
Podemos aprender de nuestros errores, o sencillamente podemos tomar otra decisión. La cita que sigue trata acerca de la toma de decisiones en el mundo de los negocios, y creo que también se aplica a otras áreas de la vida:
Si tomas una decisión, te convertirás en un héroe dentro del mundo de los negocios. Si el 30 por ciento de tus decisiones son correctas, serás un gran triunfador.
Incluso podemos cambiar de manera de pensar. Y luego volver a cambiar. Y luego otra vez. Los codependientes vacilan. Como codependientes, estamos en medio de situaciones perturbadoras.
Podemos ir de aquí para allá; podemos correr al alcohólico, y luego recibirlo de nuevo. Podemos irnos, regresar, luego irnos otra vez. Así es como llegaremos a donde vamos. Está bien. Demos un paso más adelante, es normal y a menudo necesario.
“Pero”, un codependiente puede objetar, “no sabes cómo es mi mente. En ocasiones tengo pensamientos terribles. A veces tengo fantasías inenarrables”. Todos los tenemos, y es normal, especialmente si vivimos con un alcohólico. En nuestra mente podemos haber ido cien veces al funeral de nuestro cónyuge alcohólico. Nuestros pensamientos son la clave para nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos son la clave para nuestros pensamientos. No tenemos que reprimir. Necesitamos dejar que los pensamientos y sentimientos nos atraviesen, y luego determinar qué debemos hacer para cuidar de nosotros mismos.

Mi Reflexión: Prácticamente la mente del codependiente es un «caos permanente». Vive sintiendo emociones negativas que le atormentan y le resulta imposible creer que es normal lo que piensa y hace. Acallar esa mente es posible, solo que asumir la terapia de recuperación es a voluntad propia y quien debe asumir el compromiso es el propio afectado. Nadie puede hacerlo por esa persona. (Alpha).

¿Sientes la necesidad perentoria de iniciar la recuperación? ¿Comparte aquí tus vivencias.

Meditacion 1 de Mayo… Honrar los roles que jugamos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que indistintamente del papel que tengamos que ejecutar en la sociedad, debemos hacerlo a conciencia de honrar estas tareas sin distingo de nada que no sea la satisfacción personal de hacerlo.

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Medita sobre esto:

En su libro Ética para un Nuevo Milenio, el Dalai Lama habló de la idea de que la mayoría de nosotros no somos una personalidad estática. No hay un solo lado para nosotros; jugamos muchos roles en la vida.
Soy un alcohólico en recuperación y un codependiente en recuperación. Soy madre. Soy un escritor. Soy la novia de alguien. Soy un buscador del cielo. Soy una persona de negocios, un negociador, una mujer. En cada uno de estos roles, mi personalidad se expresa de manera diferente. Uso diferentes talentos y rasgos.
¿Cuáles son los diferentes roles que juegas en tu vida?
La mayoría de nosotros somos conscientes de que somos una sola persona en el trabajo, algo diferente en casa y, a veces, muy diferente cuando jugamos. Algunos de nosotros tendemos a sentirnos culpables por esto. «Oh, si supieran cómo era yo en casa, nunca me respetarían como jefe», dijo un hombre.
Tómese el tiempo para conocer todas las diferentes partes de usted mismo. Honre y respete a cada uno. Cada uno tiene un papel importante que jugar en su vida. Cuando trate de avanzar, tómese un momento. Asegúrese de que todos sus «Yoes» trabajen juntos para dar lo mejor de usted.
No tiene que comportarse de la misma manera en su casa que en el trabajo. Tiene que ser madre y esposa también. Honre y respete todos los diferentes roles que juega en la vida, entendiendo que cada uno tiene su propio lugar importante.
Luego, recuerde practicar los principios que nos esforzamos por vivir en todo lo que hacemos.
Nuestros roles pueden cambiar, pero los ideales y valores con los que vivimos no.

«Dios, ayúdame a honrar y aceptar todo mi pasado y presente que soy. Ayúdame a dejar suficiente espacio para crear nuevos lados o partes de mí mismo también».

Mi Reflexión: Habitualmente jugamos diversos roles en nuestra vida: padre, hijo, trabajador, amigo, etc. Cada uno tiene sus características particulares. Cuando entendemos y hacemos consciente que todas esas tareas deben cumplirse lo mejor posible, pero sin buscar la perfección, tendremos mayor claridad de que hacer? cuándo hacerlo? ¿cómo hacerlo? Es necesario que honremos cada actividad o tarea cumplida por minúscula que parezca. Eso nos da la tranquilidad del deber cumplido. (Alpha).

¿Cuántos roles cumples en tu vida? ¿Estás desgastada de pretender controlar todo lo que ocurre en tu vida y en la de los demás? Comenta acá tu experiencia al respecto.

Reflexión del Dia: 29 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que todo codependiente busca afanosamente llegar a un grado de independencia para volver a decidir por sí mismo y asumir el verdadero rol de responsabilidad propia que le corresponde.

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Reflexiona sobre esto:

La gente atrapada busca escapar. Los codependientes que se sienten varados en una relación pueden empezar a planear un escape. Algunas veces nuestra ruta de escape es positiva, saludable.
Podemos comenzar a dar pasos para volvernos no-dependientes, emocional y económicamente. “No-dependencia” es un término que Penélope Russianoff utiliza en su libro para describir ese equilibrio deseable por medio del cual reconocemos y satisfacemos la necesidad sana y natural que tenemos de la gente y del amor, sin que dependamos de manera envolvente y dañina de tal necesidad.
Podemos regresar a la escuela, conseguir un empleo, o fijarnos otras metas que nos den libertad. Y por lo general fijamos esas metas cuando estamos suficientemente hartos de estar atrapados. Algunos codependientes, sin embargo, planean escapes destructivos. Podemos tratar de escapar de nuestra prisión usando alcohol o drogas. Podemos volvemos fanáticos del trabajo. Podernos buscar un escape volviéndonos emocionalmente dependientes de otra persona que es como la persona de la que intentamos escapar, otro alcohólico, por ejemplo. Muchos codependientes comienzan a contemplar la vía del suicidio. Para algunos, terminar con su vida parece ser la única salida de esta situación terriblemente dolorosa.
La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir.¡

Mi Reflexión: El proceso de recuperación de la codependencia es enriquecedor para la persona con este padecimiento En este sendero espiritual va cambiando interiormente y asume un rol protagónico en cuanto a su cuidado y compromiso con su curación. Caminar hacia la «no-dependencia» es el reto. (Alpha).

¿Estás transitando el camino transformador de la recuperación? ¿Cuál es la percepción actual de tí mismo? Comparte aquí.

Meditación 29 de Abril… Inicia relaciones

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reitera que el codependiente se niega el mismo la opcion de iniciar relaciones y mantenerlas.Su necesidad de control le dificulta mantener vínculos afectivos sanos.

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Medita sobre esto:

Frecuentemente podemos aprender mucho acerca de nosotros mismos de la gente a quien atraemos.
A medida que progresamos en la recuperación, aprendemos que ya no podemos seguir estableciendo relaciones únicamente sobre la base de atracción. Aprendemos a ser pacientes, a permitirnos tomar en cuenta hechos importantes y a procesar información acerca de esa nueva persona.
Por lo que estamos esforzándonos en la recuperación es por tener una atracción sana con la gente. Nos permitimos ser atraídos por gente que ya es, no por su potencial o por lo que tenemos la esperanza de que sea.
Entre más trabajemos los asuntos relacionados con nuestra familia de origen, descubriremos que vamos necesitando trabajar menos esas mismas cuestiones con la gente que nos atrae. Resolver nuestros asuntos del pasado nos ayuda a formar nuevas y más sanas relaciones. Entre más superamos nuestra necesidad de cuidar en exceso a los demás, descubriremos que nos atrae menos la gente que necesita que la estén cuidando constantemente.
Entre más aprendemos a amarnos y a respetarnos, más nos veremos atraídos por gente que nos amará y respetará y a quien podremos amar y respetar, sin peligro.
Este es un proceso lento. Necesitamos ser pacientes con nosotros mismos. El tipo de personas que descubrimos que nos atrae no cambia de la noche a la mañana. Ser atraídos por gente disfuncional es algo que sigue sucediendo ya bien adentrados en la recuperación. Eso no significa que debamos permitirnos que eso nos controle. El hecho es que iniciaremos y mantendremos relaciones con la gente con la que son disfuncionales.
No importa con quien nos estamos relacionando y que descubramos que esta ocurriendo en la relación, el asunto sigue siendo nuestro, y no de la otra persona. Esa es la médula, la esperanza y el poder de recuperación.
– Podemos aprender a cuidar de nosotros mismos durante el proceso de iniciar y establecer relaciones.
– Podemos aprender a ir despacio.
– Podemos aprender a poner atención. Podemos permitirnos cometer errores, aunque ahora ya sepamos mejor como comportarnos
– Podemos dejar de echarle la culpa de nuestras relaciones a Dios y empezar a asumir la responsabilidad de ellas. Podemos aprender a disfrutar de las relaciones sanas y apartarnos mas rápido de las de las que son disfuncionales.
– Podemos aprender a ver lo que nos conviene, en vez de lo que le conviene a la otra persona.

«Dios mío, ayúdame a prestar atención a mis conductas durante el proceso de iniciar relaciones. Ayúdame a asumir la responsabilidad que tengo para conmigo mismo y para aprender lo que necesito aprender. Confío en que la gente que quiero y necesito vendrá a mi vida. Entiendo que si una relación no me conviene, tengo el derecho y la capacidad para rehusarme a establecerla, aunque la otra persona piense que a ella si le convendría. Estaré abierto a las lecciones que necesito aprender acerca de mí en mis relaciones, para estar preparado para establecer las mejores relaciones posibles con la gente».

Mi Reflexión: El punto débil del codependiente está en la «fragilidad para iniciar y mantener relaciones sanas y saludables con los demás». Le resulta engorroso alcanzar un vínculo anclado en la franqueza y sinceridad. Cuando inicia una relación, entra en un fase de angustia y se detona la necesidad insana de control y manipulación, lo que hace imposible sostener ese vínculo afectivo en el tiempo. (Alpha).

¿Sostienes relaciones sanas con los otros? ¿Estás en recuperación actualmente? Comparte tu experiencia aquí.

Reflexión del Dia: 28 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la necesidad de buscar alternativas y ejecutar acciones concretas que atenúen las crisis de ira que tiene el codependiente.

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Reflexiona sobre esto:

Volvemos a nuestro consejo inicial: maneja tus sentimientos. ¿Cómo manejamos una emoción tan potente como es la ira? ¿Cómo dejar de sentirnos tan enojados? ¿Cuándo sucede esto? ¿A dónde se va? ¿Con quién podemos hablar? ¿Quién querrá oír todo eso? Probablemente ni siquiera nosotros queremos oírlo. Después de todo, la persona con la que estamos enojados está enferma. De modo que, ¿no deberíamos estar sintiendo compasión y todas esas cosas buenas? ¿Es verdaderamente correcto estar tan enojados con una persona enferma?
Sí, tenemos derecho a estar furiosos con una persona enferma. Nosotros no ocasionamos el problema. Aunque el sentimiento ideal es de compasión, probablemente no lo sentiremos hasta que hayamos manejado nuestra ira. Lo que va entre sentir un furor homicida y mordernos la lengua porque nos sentimos apenados por esa persona enferma, es la manera de ir más allá de nuestros sentimientos de enojo, los viejos y los nuevos. Pero yo no creo que manejar las emociones reprimidas suceda de un día para otro.
Puede no suceder en un mes o aun en un año. ¿Cuánto tardamos en enojarnos a este grado? Manejar una cantidad significativa de ira reprimida puede llevarse tiempo y esfuerzo. Manejar la ira nueva requiere de práctica.
He aquí algunas sugerencias para manejar la ira:
Dirígete a cualquiera de los mitos que hemos enumerado acerca de la ira, Démonos permiso para sentirnos enojados cuando necesitamos hacerlo. Demos también permiso a los demás para sentirse enojados.
Siente la emoción. Aunque sea ira, es tan sólo energía emocional. No está bien ni está mal; no necesitamos juzgarla. La ira no tiene que justificarse o racionalizarse. Si la energía está ahí, siéntela. Siente también cualquier emoción subyacente, corno sentirte lastimado o tener miedo.
Reconoce los pensamientos que acompañan al sentimiento. De preferencia, di en voz alta estos pensamientos.
Examina el pensamiento que acompaña al sentimiento. Sácalo a la luz. Ve si hay fallas en él. Fíjate si hay patrones y situaciones que se repiten. Aprenderemos mucho acerca de nosotros y de nuestro entorno. A menudo, los alcohólicos en recuperación desarrollan patrones de pensamiento rancios, que se conocen como pensamientos apestosos, que indican el deseo de empezar a beber de nuevo.
Toma una decisión responsable acerca de qué acción necesitas tomar, si es que debes tomar alguna. Averigua lo que la ira nos está diciendo. ¿Nuestra ira está indicándonos algún problema en nosotros o en nuestro medio ambiente que necesite atención? A veces mientras le pedimos a Dios que nos ayude a dejarnos de sentir enojados, Él trata de decirnos algo: ¿Necesitamos cambiar? ¿Necesitamos algo de alguien más? Gran parte de la ira proviene de necesidades insatisfechas.
Una manera rápida de resolver la ira es dejar de gritarle a la persona con la cual estamos enojados, averiguar qué necesitamos de esa persona, y pedírselo a él o a ella. Si él o ella no puede o no quiere dárnoslo, averigüemos qué necesitamos hacer después para cuidar de nosotros mismos.
No dejemos que la ira nos controle. Si somos controlados por nuestros sentimientos de enojo, podemos detenernos. No tenemos que seguir gritando. No me malinterpreten, a veces gritar ayuda.
Pero no siempre. Es mejor decidir y no dejar que nuestra ira decida por nosotros. No tenemos que perder el control sobre nuestros actos. Es simplemente energía, no una mágica maldición la que ha caído sobre nosotros. Desapeguémonos. Vayamos a otra habitación. Vayamos a otra casa. Apacigüémonos. Luego averigüemos lo que necesitamos hacer. No tenemos que permitir que la ira de otra persona nos controle. Con frecuencia oigo decir a los codependientes: “No puedo hacer esto o aquello porque él o ella se enojaría”. No pongamos en peligro nuestra seguridad, luchemos en cambio por liberarnos del control de la ira, la nuestra o la de alguien más. No tenemos que reaccionar a la ira. Es tan sólo energía emocional. Ni siquiera tenemos que reaccionar enojándonos, si no queremos hacerlo. Pruébenlo alguna vez.
Discutamos abierta y honestamente nuestra ira, cuando sea adecuado hacerlo. Pero no le hables a un borracho cuando está ebrio. Podemos acertar al expresar nuestra ira abierta y adecuadamente. Sin embargo, tengamos cuidado de cómo nos aproximamos a la gente. La ira frecuentemente engendra más ira, En lugar de ventilar nuestra furia sobre la persona, podemos sentir nuestros sentimientos, pensar nuestros pensamientos, averiguar lo que necesitamos de esa persona, y luego ir con ella o con él y expresarle esa necesidad, en vez de gritarle.
Asumamos la responsabilidad por nuestra ira. Podemos decir: “Me enoja cuando haces esto porque…” y no: “Me vuelves loco”. Sin embargo, quiero dar un poco de información en cuanto a la comunicación. No siempre tenemos que decir las palabras correctas, como si acabáramos de salir de un grupo de terapia. Seamos nosotros mismos. Simplemente entendamos que somos responsables por nuestros sentimientos de ira, aunque estos sean una reacción apropiada a la conducta inadecuada de otra persona.
?- Hablemos con personas de nuestra confianza. Hablar acerca de nuestra ira y ser escuchados y aceptados en verdad ayuda a ventilar la atmósfera. Recuerden, no progresaremos hasta que nos aceptemos como somos. Y sí, a la gente le importamos. Quizá tengamos que salir de casa para encontrarnos con ellos o ir a reuniones de Al-Anón, pero ahí están. Si tenemos sentimientos de ira que se han endurecido hasta volverse resentimientos, podemos hablar de ellos con un sacerdote o tomar el cuarto y el quinto paso. Los resentimientos pueden lastimarnos mucho más de lo que nos ayudan.
Quema la energía de la ira. Limpia la cocina. Juega voleibol. Haz ejercicio. Vete a bailar. Sal a caminar. Poda tu jardín. Construye un condominio si es necesario. La ira es extremadamente estresante, y el ejercicio físico ayuda mucho para descargar esa energía.
No nos golpeemos a nosotros mismos ni a los demás cuando nos sintamos enojados. No dejemos que otros nos peguen o abusen de nosotros de alguna otra manera cuando están enojados. No lastimemos a los demás cuando estemos enojados. Si ha ocurrido un abuso, busca ayuda profesional.
Escribamos cartas que no tenemos intenciones de enviar. Si nos sentimos culpables acerca de la ira, esto es una verdadera ayuda. Empieza la carta preguntándote: “Si pudiera sentir ira acerca de algo, y que nadie lo supiera nunca, y que no estuviera mal que me sintiera así, de lo que sentiría ira es de esto…” Una vez que nuestra ira está sobre el papel podemos dejar atrás el sentimiento de culpa y averiguar cómo vamos a manejarla. Si padecemos depresión, este ejercicio también puede servirnos.
Maneja los sentimientos de culpa. Deshazte de los sentimientos de culpa gratuitos. Deshazte de todo sentimiento de culpa. La culpa no ayuda nada. Dios nos perdonará de todo lo que hemos hecho. Además, apuesto a que Él sabe que no hemos hecho tantas cosas mal como nosotros pensamos.

Mi Reflexión: Sentir emociones negativas fuertes es muy común en personas codependientes, máxime cuando se dan cuenta que ellos iniciaron el control de los demás, y que pasado el tiempo, son ellos los controlados y manipulados por los demás. Esta situación amerita intervención para ser revertida. Es cierto, emociones como el enfado y la rabia no se curan inmediatamente, es necesario un tiempo prudencial para lograrlo. Pongámonos en acción para ocuparnos de minimizar sus efectos en nuestra vida. (Alpha).

¿Eres una persona que maneja crisis de ira? ¿Cuáles actividades estás ejecutando para disipar sus efectos negativos? Comparte aquí.