Meditación 21 de Octubre… La trampa de la victima



La creencia de que la vida tiene que ser dura y difícil es la creencia que hace un mártir.
Podemos cambiar nuestras creencias negativas sobre la vida y si tenemos el poder de detener nuestro dolor y cuidarnos a nosotros mismos.
No estamos indefensos. Podemos resolver nuestros problemas. Tenemos poder, no para cambiar o controlar a otros, sino para resolver los problemas que tenemos que resolver.
Usando cada problema que se nos presenta para «probar» que la vida es difícil y que estamos indefensos, esto es codependencia. Es la trampa de la víctima.
La vida no tiene por qué ser difícil. De hecho, puede ser suave. La vida es buena. No tenemos que «espantarlo», ni a nosotros mismos. No tenemos que vivir en la parte inferior.
Tenemos poder, más poder del que sabemos, incluso en los tiempos difíciles. Y los tiempos difíciles no prueban que la vida sea mala; son parte de los altibajos de la vida; A menudo, trabajan para lo mejor.
Podemos cambiar nuestra actitud; podemos cambiarnos a nosotros mismos; A veces, podemos cambiar nuestras circunstancias.
La vida es desafiante. A veces, hay más dolor del que pedimos; A veces, hay más alegría de lo que imaginábamos.
Todo es parte del paquete, y el paquete es bueno.
No somos víctimas de la vida. Podemos aprender a sacarnos como víctimas de la vida. Al dejar de lado nuestra creencia de que la vida tiene que ser dura y difícil, la hacemos mucho más fácil.
«Hoy, Dios, ayúdame a dejar de creer que la vida es tan dura, tan horrible o tan difícil. Ayúdame a reemplazar esa creencia con una visión más sana y realista».

(Melody Beattie de su Libro El lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).</strong

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