Reflexión del Dia: 24 de Enero



REPARAMOS DIRECTAMENTE A CUANTOS NOS FUE POSIBLE EL DAÑO CAUSADO, EXCEPTO CUANDO EL HACERLO IMPLICABA PERJUICIO PARA ELLOS O PARA OTROS (Noveno Paso de CoDA).
AMAR Y PERDONARNOS A NOSOTROS MISMOS
Este es el Paso en el que nos disculpamos con nosotros mismos y con otros, pero hacemos más que eso. Abiertamente reconocemos y asumimos la responsabilidad de nuestros comportamientos hacia nosotrosmismos y hacia otros. Este Paso nos da permiso de ser quienes somos ahora y de ser quienes alguna vez fuimos. Nos da permiso de perdonarnos a nosotros mismos y de sentirnos bien acerca de quienes somos, sin importar lo que hayamos hecho.
Limpia la pizarra por completo y nos da una alternativa a sentirnos culpables y avergonzados.
Ahora podemos experimentar autoconciencia, autoestima, y aceptación de nosotros mismos, con base en ser responsables de nosotros mismos. Hemos recibido un regalo de cada Paso, pero hemos recibido un regalo especial en los Pasos Cuatro a Nueve. Este regalo es el de un proceso claro para liberarnos de la culpa y la vergüenza, para perdonarnos, y para corregir aquellos comportamientos que requieren de corrección.

Estos Pasos significan que ya no tenemos que castigarnos. No tenemos que sentirnos aterrados o avergonzados de nuestro comportamiento, ya sea un error diminuto o una indiscreción mayor.
Tenemos una fórmula específica, ahora, para liberarnos de los errores y las imperfecciones y para crear armonía en nuestras relaciones.

No podemos controlar a la otra persona ni la manera que él o ella se siente respecto a nosotros.
Pero se desata una cadena poderosa de curación cuando nos responsabilizamos de nosotros mismos. Cuando entra la culpa, cuando entra la vergüenza, cuando surge una antigua creencia o un comportamiento antiguo en él que caímos, sabemos que tenemos una alternativa.
Podemos reprimir o negar, que para muchos de nosotros es la manera antigua de reaccionar.
Podemos ponernos a la defensiva, podemos huir, podemos escondernos. O podemos abrazar esta fórmula de mirar hacia adentro, identificar nuestra parte, hablar con otra persona y con Dios acerca del asunto, admitirlo ante nosotros mismos, disponernos a hacer una reparación, luego llevar a cabo esa reparación.
Luego, podemos soltar. Podemos soltar las culpas más grandes y más pequeñas que tengamos.
Podemos perdonarnos a nosotros mismos y podemos perdonar a otros.

Estos Pasos nos dicen que no tenemos que ser perfectos. Hay seguridad y solaz en esta fórmula de cuidado de uno mismo: estos Pasos. Nos dicen que podemos amar y aceptar todo lo que somos y aceptar nuestros pasados, siempre y cuando estemos dispuestos a asumir la responsabilidad de nosotros mismos.
Cuando primero comencé a trabajar este Paso, estaba aterrada. Pensar en hacer citas con personas, y luego abrir la boca y admitir que había hecho algo indebido, era aterrador. Tenía una fuerte regla interna que me exigía ser perfecta, y la acción de admitir mis errores y pedir disculpas era difícil. Me sentía amenazada si admitía mis errores. Ya cargaba mucha culpa, y si reconocía y admitía haber cometido errores, temía sentir más. Estaba tan a la defensiva respecto de mi forma de actuar porque sentía tan mal conmigo misma.
Lo que estaba a punto de aprender era que hacer reparaciones me daba una «mí misma» y una autoestima.
Llegué a un punto donde me era más fácil acercarme a las personas y admitir mis errores, pero aún me faltaba otro trecho, para llegar al lugar de la autocompasión paraconmigo misma, un lugar donde yo podía y estaba dispuesta a ver los daños y males que me había hecho a mí misma. Estos son más difíciles de ver y tomar en cuenta que los daños que he hecho a otros.
Como con mis otros comportamientos, se hace más fácil con el tiempo. Entre más practico amarme, más habitual se vuelve.
Entre más abierta estoy para asumir la responsabilidad de mi comportamiento y hacer reparaciones, menos culpa siento. Negar un daño hacia nosotros mismos u otros, no hace que el daño o la culpa desaparezcan.
Este Paso sí lo hace.
Dalo. Confía en él. Y suelta la culpa. Cuando hemos realizado las acciones que piden estos Pasos, estamos libres para hacer eso. No es un Paso punitivo. No es un Paso para temerse. Como los otros Pasos, cuando hagamos una esfuerzo humano para darlo, seremos premiados con un bono espiritual. Como bien dijo un hombre en recuperación: «Recibiremos la gracia que necesitamos para estar cómodos con nosotros mismos, con otros, y con nuestros pasados».

(Melody Beattie de su Guía de los Doce Pasos).

También te podría gustar...

Deja un comentario