¡Corre un riesgo. Date una oportunidad!
Obviamente no tenemos que correr riesgos temerarios o contraproducentes, pero en la recuperación podemos permitirnos correr riesgos positivos. No podemos darnos el lujo de quedarnos paralizados.
No tenemos por qué quedarnos frustrados y atrapados por miedo a cometer un error o a fracasar. Naturalmente, de vez en cuando cometeremos errores y fracasaremos. Eso es parte de estar completamente vivos. No hay garantías. Si estamos esperando cursos garantizados de acción, podemos pasar gran parte de nuestra vida esperando.
No tenemos por qué avergonzarnos a nosotros mismos o aceptar que nos avergüence cualquier otra persona, incluso aquella que está en recuperación, por cometer errores. La meta de la recuperación no es vivir la vida perfectamente. La meta de la recuperación es vivir, aprender nuestras lecciones y lograr un progreso general.
Corre un riesgo. No esperes siempre una garantía.
No tenemos por qué escuchar el «te lo dije». Límpiate el polvo después de un error y, luego, camina hacia el éxito.
«Dios mío, ayúdame a empezar a correr riesgos sanos. Ayúdame a dejar ir mi miedo al fracaso y ayúdame a dejar ir mi miedo al éxito. Ayúdame a dejar ir el miedo a vivir plenamente mi vida, y ayúdame a empezar a experimentar todas las partes de esta jornada».
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
Día: 15 de mayo de 2019
Meditación 15 de Mayo… ¿Qué esperas?
La clave de la vida y el poder es simple. Es saber quiénes somos. Es saber lo que pensamos, lo que sentimos, lo que creemos, lo que sabemos e incluso lo que sentimos. Es entender dónde hemos estado, dónde estamos y hacia dónde queremos ir. A menudo, eso es diferente de lo que pensamos que debemos ser, de lo que otros quieren que seamos, nos digan que seamos, y algunas veces hasta nos dicen que sí lo somos. (Melody Beattie)
Es fácil engancharse a las expectativas que otras personas tienen de nosotros. A veces, es incluso más fácil engancharse a lo que creemos que esperan de nosotros.
Una de las mayores trampas es encerrarnos en una noción preconcebida de nosotros mismos. Podemos mantenernos tan ocupados viviendo a la altura de una imagen de nosotros mismos que olvidemos quiénes somos en realidad. Es lo suficientemente fuerte como para liberarse de las expectativas, habladas y no dichas, que otros nos imponen. Es más insidioso cuando comenzamos a decirnos que somos lo que creemos que otras personas esperan que seamos, ya sea que lo sean o no.
Mirate en el espejo. Si ves a una persona confinada con una imagen limitante que ya no le queda bien o no se siente bien, libérate.
«Dios, ayúdame a soltar el ego. Ayúdame a dejar de vivir las caricaturas autoimpuestas de quien creo que se supone que soy».
Actividad: Esta semana, haz dos cosas que quieras hacer que creas que otras personas normalmente no esperarían de ti. No hagas nada que te lastime a ti mismo ni provoques dolor a otro. Puede que se sorprendas de lo fácil y divertido que es ser tu mismo.
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).