Tampoco tenemos que tomarnos de una manera personal las pequeñeces. Si alguien ha tenido un mal día o está enojado, no asumas por ello que tiene algo que ver contigo. Puede tener algo que ver contigo o no. Si así es, lo descubrirás. Generalmente las cosas tienen mucho menos que ver con nosotros de lo que pensarnos.
Una interrupción, el mal humor de otro, una lengua aguda, un mal día pensamientos negativos, problemas o el alcoholismo activo no tienen por qué manejar o arruinar nuestro día, ni siquiera una hora de nuestro día. Si la gente no quiere estar con nosotros o actuar de una manera saludable, esto no es reflejo de nuestra autoestima. Refleja, en cambio sus propias circunstancias actuales. Al practicar el desapego podemos disminuir nuestras reacciones destructivas hacia el mundo que nos rodea. Sepárate de las cosas. Déjalas estar, y deja que la gente sea como es. ¿Quién eres tú para decir que la interrupción, el estado de ánimo, las palabras, el mal día, el pensamiento o el problema no son una parte importante y necesaria de la vida? ¿Quién eres tú para decir si este problema no será en último término benéfico para ti o para alguien más? No tenemos que reaccionar. ¡Tenemos opciones!
(Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente).
Día: 19 de mayo de 2019
Meditación 19 de Mayo… Revela tus conexiones
Las cosas derivan su ser y naturaleza de la dependencia mutua y no son nada por sí mismos. (Nagarjuna).
Dependemos de mucho a nuestro alrededor, no solo para nuestra supervivencia, sino para nuestra alegría. Necesitamos comida, agua y la compañía de nuestros compañeros de viaje en este gran viaje.
Podemos ser autosuficientes en nuestra actitud de cuidar de nosotros mismos, sin embargo, necesitamos el mundo que nos rodea para poder vivir y estar plenamente vivos.
Somos una parte de un todo. Somos una parte completa, pero no obstante, una parte. Necesitamos las otras partes. Las otras partes nos necesitan.
Del mismo modo que somos influenciados e impactados por aquellos que nos tocan, los influenciamos y los impactamos con nuestros pensamientos, palabras y comportamientos. No podemos controlar a los demás. Mire la diferencia en nuestras relaciones cuando hablamos con amabilidad y amor, y cuando gritamos.
Si bien es grandioso deleitarse en la bendición de la existencia, el mundo se vuelve más interesante y vivo cuando reconocemos a todos y a todos los demás en él también. Este cuerpo no puede estar sin el sustento de la comida, y la experiencia de nuestra alma aquí se vería enormemente reducida si no fuera por la compañía de otros espíritus que hemos conocido.
Si bien no es necesario que cumplamos con las expectativas de nadie sobre nosotros, debemos recordar que nuestras acciones afectarán a quienes nos rodean. Sí, tenemos la libertad de pensar, sentir y comportarnos como lo elijamos. Pero lo que hacemos tocará las vidas de otros.
No somos responsables de otras personas. Pero tenemos responsabilidades con ellos.
Deléitate con tu libertad. Pero respeta y respeta tu conexión con el mundo que te rodea. Asuma la responsabilidad de cómo toca y se conecta con todo y con todos en su vida de hoy.
Vive con reverencia, compasión y respeto hacia ti y todo lo demás en el mundo.
«Dios, dame reverencia y respeto por toda la vida».
(Melody Beattie de su Libro Mas del Lenguaje del Adiós).