Reflexión del Dia: 23 de Marzo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reitera que el codependiente como apegado obsesivo vive sosteniendo relaciones insanas con personas que él cree necesitan de su atención, aun cuando le traigan desazón y desaliento.

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Reflexiona sobre esto:

El síndrome de la rana.

Hay una anécdota que circula en los grupos de codependencia. Va así: “¿Has oído hablar de la mujer que besó a una rana? Esperaba que la rana se convirtiera en un príncipe. No fue así, Ella se convirtió también en rana.”

A muchos codependientes les gusta besar a las ranas. Vemos tanto de bueno en ellas. Algunos de nosotros nos vemos crónicamente atraídos a las ranas luego de haber besado un número suficiente de ellas. Los alcohólicos y las personas con otros trastornos compulsivos son gente atractiva. Irradian poder, energía y encanto. Te prometen el mundo. No importa que lo que nos den sea dolor, sufrimiento y angustias. Las palabras que dicen se oyen tan bien.
Si no lidiamos con nuestras características codependientes, las probabilidades dictan que continuaremos siendo atraídos por las ranas y continuaremos besándolas. Incluso si lidiamos con nuestras características, podemos seguir inclinándonos por las ranas, pero podemos aprender a no saltar al estanque junto con ellas.

Reflexión: El codependiente vive su vida comprometiéndose en relaciones destructivas, personas que dependen de el y el de ellas. Eso llena su vida momentáneamente. Le mantiene vivo y util. En este tiempo su estima se compromete aun mas, y no puede «desmarcarse» de ese impulso obsesivo. (Alpha).

¿Eres un codependiente obsesivo? ¿Dedicas tu vida a satisfacer las necesidades de los demás? Comparte aquí tu experiencia al respecto.

Lectura Bíblica sugerida: ¡Inclínate a escucharme! ¡Ven pronto en mi ayuda! ¡Sé tú mi roca fuerte, la fortaleza que me salve! Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre (Sal 31:2-3).

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