Meditación 22 de Septiembre… Enfado

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea que el enfado y la culpa deben ser vistos como parte del comportamiento de las personas durante el proceso de duelo. Solemos lidiar con estos sentimientos y no tiene nada incorrecto sentirlos. Elaboremos el Duelo a nuestro propio ritmo hasta aceptar la pérdida.

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Medita sobre esto:

Sentirse enojado y, a veces culpar a los otros, es una parte natural y necesaria para aceptar la pérdida y el cambio del duelo. Podemos permitirnos a nosotros mismos y a los demás enojarnos a medida que pasamos de la negación a la aceptación.
A medida que aceptamos la pérdida y el cambio, podemos culparnos a nosotros mismos, a nuestro Poder Superior u otros. La persona puede estar conectada a la pérdida, o él o ella puede ser un espectador inocente. Podemos escucharnos a nosotros mismos decir: «Si solo él hubiera hecho eso». . . . Si no hubiera hecho eso. . . . ¿Por qué Dios no lo hizo de manera diferente? . . . «Sabemos que la culpa no ayuda». En recuperación, las consignas son responsabilidad propia y responsabilidad personal, no culpables. En última instancia, la rendición y la autoresponsabilidad son los únicos conceptos que nos pueden mover hacia adelante, pero para llegar allí es posible que tengamos que permitirnos sentirnos enojados y ocasionalmente culparnos.
Es útil, al tratar con los demás, recordar que ellos también pueden necesitar pasar por su etapa de enojo para lograr la aceptación. No permitir que otros, o nosotros mismos, pasemos por la ira y la culpa, puede ralentizar el proceso de duelo.
Confiemos en nosotros mismos y en el proceso de duelo. No nos enfadaremos para siempre. Pero es posible que tengamos que enojarnos por un tiempo mientras buscamos lo que pudo haber sido, para finalmente aceptar lo que es.

«Dios, ayúdame a aprender a aceptar mi enojo y el de los demás como parte normal para lograr la aceptación y la paz. Dentro de ese marco, ayúdame a luchar por la responsabilidad personal».

Mi Reflexión: Durante la elaboración del Duelo todo ser humano atraviesa sentimientos difíciles de manejar como el enfado la culpa por la pérdida sufrida. Los codependientes vemos este proceso con una óptica más dramática y «cuesta arriba», nos desequilibramos emocional y físicamente. Si nos planteamos transitar el duelo y aceptar esta pérdida, entendiendo que todo va a transcurrir conforme a la voluntad de Dios, veremos fluir y aceptar lo ocurrido sin deterioro de nuestra vida. Es importante observar que los demás también sufren su duelo y están haciendo su esfuerzo propio para lograr llegar a la aceptación. Todo va a volver a su cauce, es la ley de la existencia, no podemos alterar esos designios, sólo resignarnos y aceptarlo, sin olvidar que nuestra meta es «responsabilizarnos de nosotros mismos».(Alpha).

Te invito a leer y responder estas preguntas: ¿Has sentido ira y culpa al tener una pérdida importante en tus afectos? ¿Cómo manejas estos sentimientos y emociones?. Comenta aquí.

Meditación 21 de Septiembre … Aceptar el flujo de la vida


Melody Beattie, en su Libro Mas del Lenguaje del Adiós nos hace reflexionar que el codependiente neceita meditar y replantearse alcanzar la paz y serenidad en su vida ingobernable que lleva.

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Medita sobre esto:

Encuentra un lugar tranquilo y cómodo para sentarte en posición relajada. Cierra los ojos y respira profundamente varias veces para relajar tu cuerpo y mente.

– Reflexiona sobre la idea de que la vida es un flujo constante de experiencias, cambios y desafíos. Visualiza un río que fluye suavemente.
– Imagina que estás parado en la orilla de este río. Observa cómo el agua fluye constantemente, llevando hojas y ramas en su camino. Cada hoja y rama representa una experiencia, una emoción o un evento en tu vida. En lugar de luchar contra el flujo del río o tratar de controlar qué hojas y ramas fluyen en él, simplemente observa con aceptación. Reconoce que no puedes controlar todo en la vida, pero puedes elegir cómo reaccionas a lo que llega a ti.
– Respira profundamente y repite en silencio o en voz alta: «Aceptó el flujo de la vida. Confío en que las experiencias que llegan a mí son oportunidades para aprender y crecer».
– Siente cómo la tensión y la resistencia se disuelven a medida que te abres a la aceptación y la confianza en el proceso de la vida.
– Permanece en este estado de relajación y aceptación durante unos minutos, respirando conscientemente y permitiendo que la sensación de flujo y tranquilidad te envuelva.
Cuando estés listo, abre los ojos y regresa gradualmente a tu entorno presente, llevando contigo el sentido de aceptación y confianza en el flujo de la vida.

Te motivo a leer y meditar en estas preguntas: ¿Has asumido como terapéutico la búsqueda de la paz en tu vida? ¿Has buscado ayuda para esto? ¿Lograste este cometido? Comparte en los comentarios

Reflexión del Dia: 18 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» explica que controlar es una ilusión, y el codependiente sustenta su comportamiento en «obsesionarse y preocuparse exageradamente por los otros, descuidando su cuidado». Aun cuando hayamos vivido problemas en el pasado el presente nos obliga a aceptar la recuperación como vía para alcanzar la independencia.

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Reflexiona sobre esto:

La noción de que podemos controlar a otras personas o situaciones es una de las ilusiones más destructivas en la codependencia afectiva. Esta creencia en el control puede manifestarse de muchas maneras, desde intentar cambiar el comportamiento de alguien hasta tratar de manejar sus emociones o decisiones.

El deseo de controlar se origina generalmente de un sentido profundo de inseguridad o vulnerabilidad. La persona codependiente puede creer que si pudiera controlar todo a su alrededor, se sentiría segura y amada. Sin embargo, esta es una ilusión. Beattie enfatiza que cada individuo es responsable de sí mismo, sus sentimientos, decisiones y acciones. No importa cuánto lo intentemos, no podemos tomar ese control por otra persona.

Al intentar ejercer control sobre otros, el codependiente no solo limita la autonomía y el crecimiento del otro, sino que también se desempodera a sí mismo. Este comportamiento consume tiempo y energía que podría utilizarse para el autocuidado y el autodescubrimiento, perpetuando así el ciclo de la codependencia. Además, en el proceso, se establece una dinámica de relación tóxica basada en el poder y la sumisión en lugar del amor y el respeto mutuo.

Melody Beattie sugiere que el antídoto a esta ilusión de control es el desapego con amor, donde se permite que los demás sean responsables de sus propias vidas y decisiones. Esto no significa no importarle o abandonar a la otra persona; significa liberar tanto a nosotros mismos como a ellos de la carga de nuestras expectativas y necesidades no satisfechas.

Reconocer que el control es una ilusión no es una señal de impotencia, sino todo lo contrario. Es un acto liberador que abre la puerta a relaciones más saludables y a un sentido más auténtico de sí mismo.

Responde para ti mismo estas interrogantes: ¿Tienes claro que controlar es una ilusión? ¿Has logrado desapegarte de las personas? ¿Cómo lo hiciste? Nos agradaría que compartas con nosotros tus vivencias.

Reflexión del Dia: 15 de Septiembre


Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» enfatiza en la necesidad de dejar de actuar como cuidadores que viven rescatando a las personas aun cuando estas puedan responsabilizarse de ellas mismas.

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Reflexiona sobre esto:

El codependiente que asume el rol de rescatador a menudo lo hace con buenas intenciones, creyendo que está ayudando o incluso salvando a la otra persona. Sin embargo, este comportamiento suele ser más perjudicial que beneficioso, tanto para el rescatador como para la persona que se pretende ayudar. Al asumir la responsabilidad de los problemas de los demás, el rescatador se sume en una espiral de control y ansiedad, perdiendo de vista sus propias necesidades y límites.
Beattie nos recuerda que el papel de rescatador es una forma de evasión. Al enfocar toda la atención y energía en arreglar a otra persona, el codependiente evade enfrentar sus propios problemas y carencias emocionales. Este rol también desempodera a la otra persona, reforzando la noción de que no pueden cuidar de sí mismos y perpetuando su dependencia.
Para romper este ciclo como codependiente, debes reconocer que no puedes controlar o cambiar a otra persona, y este es un paso crucial hacia la recuperación. Al centrarte en su propia salud emocional, puedes empezar a liberarte del rol de rescatador y a establecer relaciones más equilibradas y saludables.

La adopción del rol de rescatador es un callejón sin salida que perpetúa la codependencia y el drama relacional. Solo al deshacernos de esta necesidad de «salvar a los demás» podemos empezar a salvarnos a nosotros mismos.

Te invito a reflexionar y responder estas preguntas: ¿Te has identificado como un rescatador en tus relaciones habituales? ¿Cómo abordas esta situación? Comparte tus vivencia acá.

Meditación 14 de Septiembre… Sí, tu puedes

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós reafirma que el codependiente debe aferrarse a la confianza en un poder superior a él para lograr la curación. Convencerse que esa Divinidad cree en él y va a guiarlo en las situaciones que viva hasta llevarlo por un sendero espiritual de sanación.

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Medita sobre esto:

Llegamos a creer que un Poder más grande que nosotros podría restaurarnos a la sensatez. (Segundo paso).

Oh no! No podría hacer eso.
¡Bueno! tal vez podría intentarlo.
Creo que puedo hacerlo, pero no muy bien.
Lo estoy haciendo, pero estoy muy, muy asustado.
¡Oh! Lo estoy haciendo mejor.
¡Oops! Cometí un error. Supongo que no puedo hacerlo, después de todo.
¡Oh bien! Intentaré de nuevo.
¡Ver! No estoy haciendo nada mejor esta vez.
De acuerdo, lo intentaré una vez más. Quizás dos veces.
¡Hey Mira! ¡Soy bastante bueno!
Supongo que puedo hacerlo, después de todo.
¡Guauu! Esto es realmente divertido.
Hay una curva de aprendizaje para todo lo que queremos aprender a hacer. No solo sabemos cómo hacer algo, y hacerlo bien.
Una buena razón para tener un Poder Superior es que Él o Ella cree en nosotros, incluso cuando no creemos en nosotros mismos. No solo necesitamos llegar a creer en Dios. Necesitamos llegar a creer en nosotros mismos.
Deja que tu no pueda convertirme en un yo. Toma todo el tiempo que necesites. Aprende a disfrutar el proceso de llegar a creer que puedes. Se paciente. Acepta dónde te encuentras hoy en tu curva de aprendizaje.

Mi Reflexión: El codependiente maneja actitudes derrotistas, su conducta es guiada por la incapacidad para poder hacer aquello que desea, se siente limitado por su baja autoestima, de allí que no se proponga realizar otra tarea que no sea «controlar», eso fue lo que aprendió y hace frecuentemente. Cuando se propone recuperarse, y transita este sendero espiritual, confía en un Poder Superior a él que va a guiarlo, a ayudarlo a salir de ese «marasmo»en el que se encuentra. Si logra asumir esa creencia, surgirá el «milagro». Sus creencias y convicciones negativas y derrotistas serán sustituidas por sentimientos de claridad, entendimiento, humildad y alegría para alcanzar su curación. Cuando nadie cree en nosotros, nos aferramos a la creencia que Dios sí cree y eso nos reconforta y permite seguir adelante. (Alpha).

¿Has sentido la guía divina en tus actos? ¿Cómo te sientes al respecto? Puedes compartir tus experiencias con nosotros.

Meditación 11 de Septiembre … Conflicto y Desapego

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós refiere que durante las relaciones el codependiente maneja diversas reacciones, y puede caer en conflicto intentando ayudar a la otra persona; y cuando esto ocurre el desapego es una alternativa saludable. Los codependientes muchas veces no están preparados para esta tarea. Deben centrarse entonces, en continuar responsabilizándose de si mismo, y dejar que haya un mejor momento para abordar y recomponer ese vinculo afectivo.

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Medita sobre esto:

En una relación hay esas épocas maravillosas en que las cosas transcurren suavemente para ambas personas, y ninguna de las dos necesita concentrarse demasiado en el concepto del desapego. Pero hay esas épocas desafiantes en que una persona está en crisis o está cambiando, y necesitamos desapegarnos.
Luego están también esos ciclos estresantes donde ambas personas están lidiando con cuestiones muy intensas. Ambos están necesitados y ninguno tiene nada que dar.
Hay época en que desapegarnos y cuidar de nosotros mismos es difícil. Es sutil, en esos momentos, identificar el problema. Ambas personas están lidiando y curándose. Ninguna tiene mucho que dar. por lo menos por el momento. Y ambas se sienten particularmente necesitadas.
Ese es el problema.
¿Cuál es la solución?
Puede no haber una solución perfecta. El desapego sigue siendo la clave, pero puede resultar difícil cuando nosotros mismos necesitamos apoyo. De hecho, la otra persona puede estar pidiendo apoyo más que ofreciéndolo.
Aun así podemos trabajar con el desapego. Aun así podemos manejar nuestros sentimientos. Podemos aceptarlo como un ciclo temporal en la relación y dejar de estar buscando que la otra persona nos de algo que él o ella no pueden dar por el momento.
Podemos también dejar de esperar que nosotros demos por el momento.
La comunicación ayuda. Identificar el problema y hablar acerca de él sin culpa ni avergonzar es un principio. Ingeniar sistemas de apoyo alternativos, o formas de satisfacer nuestras necesidades, ayuda. Seguimos siendo responsables de cuidar de nosotros mismos, aunque estemos en la mejor de las relaciones. Podemos esperar
razonablemente que los conflictos de necesidades y el choque de asuntos por resolver se den en las relaciones más amorosas, más sanas.
Es uno de los ciclos del amor, de la amistad y de la familia. Si es una relación sana, la crisis no continuará indefinidamente.
Recuperemos nuestro equilibrio. La otra persona lo recuperará también. Podemos dejar de estar volviéndonos locos esperando que la otra persona esté equilibrada cuando no lo está.
Hablemos las cosas. Resolvamos las cosas. Mantengamos nuestras expectativas acerca de nosotros mismos, de los demás y de nuestras relaciones sanas y razonables.
Una buena relación será capaz de mantenerse y de sobrevivir a los malos tiempos. A veces, los necesitamos para que ambos podamos crecer y aprender por separado.
A veces, la gente que por lo general está ahí para apoyarnos no puede hacerlo. Podemos encontrar otra manera de cuidar de nosotros mismos.

«Hoy recordaré que mis mejores relaciones tienen tiempos malos. Si el mal es la norma, consideraré cuánto de deseable es la relación. Si el mal tiempo es un ciclo temporal, practicaré el comprenderme a mí mismo y a la otra persona. Dios mío , ayúdame a recordar que la ayuda y el apoyo que quiero y necesito no viene nada más en forma de una sola persona. Ayúdame a estar abierto a opciones sanas para cuidar de mí mismo si no dispongo de mi sistema normal de apoyo».

Mi Reflexión: En la codependencia, el conflicto a menudo se ve como una amenaza que podría desequilibrar una relación delicada, y el desapego se percibe como una forma de abandono. Pero en realidad, tanto el conflicto como el desapego son aspectos naturales y saludables de cualquier relación interpersonal. El conflicto, cuando se maneja con respeto y comunicación abierta, puede llevar al crecimiento y al entendimiento mutuo. Por otro lado, el desapego no es una retirada del amor o el cuidado, sino una forma de establecer límites saludables que permiten a ambas partes crecer. Para el codependiente, aprender a manejar el conflicto sin perderse a sí mismo y practicar el desapego sin sentirse culpable son pasos cruciales hacia una vida más equilibrada y relaciones más saludables. (Alpha).

¿Tienes conflictos en tus relaciones? ¿Cómo conduces esas situaciones? ¿Te desapegas con facilidad?. Comparte en los comentarios tus vivencias

Reflexión del Dia: 10 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» refiere como la codependencia se instala en nuestras vidas, esas conductas autodestructivas inician con una preocupación y avanzan hasta llegar a obsesión y compulsión. De allí en adelante la vida del codependiente se torna ingobernable y el se vuelve impotente para salir de ese círculo vicioso.

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Reflexiona sobre esto:

Tal vez tú hayas estado obsesionada con alguien o con algo. Alguien dice o hace algo. Se te ocurre un pensamiento. Algo te recuerda un evento pasado. Entra un problema en tu conciencia. Algo sucede o no sucede. O percibes que algo está sucediendo, pero no estás segura de qué es.
Podrás no saber qué es, podrás no saber por qué es, y no estás segura de cuándo, pero sabes que algo malo –algo terrible– ha sucedido, sucede o va a suceder.
Te da algo en el estómago. El sentimiento te abruma, esa ansiedad tan común en los codependientes que te hace retorcerte y estrujarte las manos. Es la que nos lleva a hacer muchos de los actos que nos lastiman; es la sustancia de la que se alimentan la preocupación y la obsesión. Es el peor de los miedos. Por lo general el miedo viene y se va, nos deja volando, listos para pelear, o sólo temporalmente asustados. Pero la ansiedad perdura. Se adhiere a la mente, paralizándola para todo excepto para sus propios propósitos, un interminable ráfaga de los mismos pensamientos inútiles. Es el combustible que nos impele a incurrir en conductas controladoras de todo tipo. No podemos pensar más que en seguirle echando ojo a las cosas, en controlar el problema y hacer que se vaya; es el material del que está hecha la codependencia.

Mi Reflexión: Aprender a soltar la necesidad de control es un paso esencial para curar la codependencia. Implica enfrentar y aceptar la incertidumbre de la vida y comprender que cada persona es dueña de su propio destino, incluido uno mismo. Al renunciar al control, abrimos la puerta a relaciones más auténticas y a una mayor paz interior. (Alpha).

¿Te has responsabilizado de ti mismo? ¿Cuáles herramientas estás usando para lograr esto? Comenta acá tus experiencias y resultados.

Meditación 8 de Septiembre… Transformación a través del dolor

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós aclara que para alcanzar la Aceptación se requiere transitar por un proceso de cinco etapas, llamado proceso de duelo, muy difícil y laborioso transitarlo, solo que en el trayecto vamos sintiendo que «descargamos» el sufrimiento con el que vivimos durante parte de nuestra existencia.

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Medita sobre esto:

Nos esforzamos por la aceptación en la recuperación, la aceptación de nosotros mismos, nuestro pasado, otras personas y nuestras circunstancias actuales. La aceptación trae paz, sanación y libertad, la libertad de cuidar de nosotros mismos.
La aceptación no es un proceso de un solo paso. Antes de lograr la aceptación, avanzamos hacia ella en etapas de negación, enojo, negociación y tristeza. Llamamos a estas etapas el proceso de duelo. El dolor puede ser frustrante. Puede ser confuso. Podemos vacilar entre la tristeza y la negación. Nuestros comportamientos pueden vacilar. Otros pueden no entendernos. Es posible que no nos comprendamos a nosotros mismos ni a nuestro propio comportamiento mientras lamentamos nuestras pérdidas. Entonces, un día, las cosas se aclaran. La niebla se levanta y vemos que hemos estado luchando para enfrentar y aceptar una realidad en particular.
No te preocupes. Si estamos tomando medidas para cuidarnos, avanzaremos en este proceso al ritmo adecuado. Sé comprensivo contigo mismo y con los demás por la forma tan humana en que atravesamos la transición.

«Hoy, aceptaré la forma en que atravieso el cambio. Aceptaré el proceso de duelo y sus etapas, como la forma en que las personas aceptan la pérdida y el cambio».

Mi Reflexión: Llegar a la ACEPTACIÓN requiere de un inmenso deseo de cambio de conducta para con nosotros mismos. Nos comprometemos a transitar un camino tortuoso, pero liberador que nos llevará a la aceptación de nuestro pasado, a asumir las pérdidas de manera racional, a comprender conscientemente que debemos seguir batallando para enfrentar la realidad por muy dura que esta sea. Vamos a sentirnos confundidos, nos moveremos en las distintas etapas del Duelo, pero si sentimos que estamos responsabilizándonos de nosotros, debemos estar tranquilos, esa es la idea. (Alpha).

¿Has atravesado duelos? ¿Cómo te has conducido ante las pérdidas? ¿Sientes que te ha sido fácil lograr la aceptación de la realidad? ¿Sientes que responsablemente cuidaste de ti mismo durante la aflicción?. Comenta tus vivencias aquí.

Reflexión del Dia: 6 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente debe asumir «desapegarse» cuando su vida se ha hecho ingobernable. Es saludable hacerlo a tiempo, no tiene otras opciones para sanar, solo «desapegarse».

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Reflexiona sobre esto:

¿Cuándo debemos desapegarnos? Cuando no podamos dejar de pensar, de hablar acerca de o de preocuparnos por alguien o por algo; cuando nuestras emociones estén en constante ebullición; cuando sintamos que tenemos que hacer algo acerca de alguien porque ya no podemos soportar la situación ni un minuto más; cuando estamos colgando de un hilo y sentimos que tal hebra está a punto de romperse; y cuando creemos que ya no podemos seguir viviendo con el problema con el que hemos estado tratando de vivir. ¡Es tiempo de desapegarnos! Aprenderán a reconocer cuándo es aconsejable desapegarse. Una buena regla a seguir es esta: cuando más necesitas desapegarte es cuando esto parece ser lo más lejano o lo menos posible de hacer.

Mi Reflexión: En lugar de consumirte en las necesidades y deseos de otra persona, el desapego te invita a reinvertir esa energía en tu propio crecimiento y felicidad. En el proceso, creas el espacio para que la otra persona también lo haga. Por tanto, desapegarse con amor es liberar y ser liberado, permitiendo que cada uno busque su propia felicidad y plenitud, mientras sigue estando disponible en una capacidad más sana y equilibrada. (Alpha).

¿Has vivido situaciones de apego afectivo? ¿Has asumido el compromiso de desapegarte? ¿Cómo lo has hecho? ¿Te ha sido útil? Comenta aquí y comparte tus vivencias./em>

Meditación 6 de Septiembre… Sabemos defendernos solos

Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós enfatiza en la necesidad de impedir ser «abusados o maltratados por los demás». Es responsabilidad propia asumir nuestra defensa impidiendo que otros pretendan hacernos daños. Si confiamos en nosotros, logramos hacer valer nuestros derechos. Fijar limites sanos en nuestras relaciones es vital para mantenernos en la senda de la recuperación.

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Medita sobre esto:

Aprendemos que algunas conductas tienen consecuencias que van en nuestro propio perjuicio, mientras que otras tienen el efecto contrario. Aprendemos que tenemos alternativas. (Más allá de la codependencia).

Es tan fácil defender a los demás. Qué claro nos resulta cuando los demás están siendo usados, controlados, manipulados o se está abusando de ellos. Es tan fácil pelear por ellos, indignarnos justamente, correr en su ayuda y animarlos para lograr la victoria.
“Tienes derechos”, les decimos. “Y esos derechos están siendo violados. Defiéndete a ti mismo, sin sentimientos de culpa”.
¿Por qué es tan difícil, entonces, defenderemos a nosotros mismos? ¿Por qué no podemos ver cuando se nos está usando, victimado, mintiendo, manipulando o violando de alguna manera? ¿Por qué nos resulta tan difícil defendernos solos?
Hay ocasiones en la vida en que transitamos por un sendero amable y amoroso. Sin embargo, en otras necesitamos defendernos solos, cuando el sendero amable y amoroso nos pone en manos, de aquellos que pueden maltratarnos.
Algunos días, la lección que estamos aprendiendo y practicando es la de fijar límites. Otros, la lección que estamos aprendiendo es luchar por nosotros mismos y por nuestros derechos.
A veces, la lección no acabará hasta que lo hagamos.

«Hoy defenderé mi propia causa. Recordaré que está bien que me defienda sólo cuando esa acción sea la adecuada. Dios mío, ayúdame a defenderme solo, en forma apropiada y con confianza.

Mi Reflexión: Aprender el arte del desapego emocional puede ser liberador. Esto no significa que dejas de cuidar, sino que permites que la otra persona tome sus propias decisiones y enfrentar sus propias consecuencias, liberándote de la responsabilidad emocional por sus acciones. Evitar que abusen de tu amor implica un proceso de autoexploración, establecimiento de límites y búsqueda de un equilibrio más saludable en tus relaciones emocionales. Es un camino difícil pero necesario para tu bienestar y el de las personas que te rodean.(Alpha).

¿Te ha tocado asumir posiciones donde exiges respeto a tu persona? ¿Has puesto límites ante agresiones de los demás? ¿Cuales han sido esas herramientas útiles para lograrlo?. Compártelas en los comentarios.