Reflexión del Dia: 23 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea algunas características de los codependientes.

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Reflexiona sobre esto:

Algunas características de los Codependientes:

– Ser extremadamente responsables.
– Ser extremadamente irresponsables.
– Volverse mártires, sacrificando su felicidad y la de los demás por causas que no requieren sacrificio.
– Encuentran difícil sentirse cercanos a la gente.
– Se les dificulta divertirse y ser espontáneos.
– Tienen una respuesta completamente pasiva a la codependencia: lloran, se sienten lastimados, se sienten desamparados.
– Tienen una respuesta completamente agresiva a la codependencia: se muestran violentos, iracundos, son dominantes.
– Combinan respuestas pasivas y agresivas.
– Son vacilantes en sus decisiones y emociones.
– Lloran cuando sienten ganas de llorar.
– Siguen fieles a sus compulsiones y a la gente, aunque les hiera.
– Se sienten avergonzados de sus problemas familiares, personales o de sus relaciones.
– Se sienten confundidos por la naturaleza del problema.
– Encubren, mienten, y protegen el problema.
– No buscan ayuda por que se dicen a sí mismos que el problema no es tan grave en realidad, o que ellos no son suficientemente importantes.
– Se preguntan por qué el problema no se esfuma.

Mi Reflexión: Caracterizar al codependiente es difícil. Aún cuando la codependencia puede ser considerada como un trastorno psicoafectivo, tiene muchas características que llaman la atención a quienes tratan a estas personas. Unas de ellas es la necesidad de control, el abandono que tienen los codependientes por su paz, serenidad, libertad; y el retraso en buscar la ayuda profesional cuando se manifiestan las características que lo definen. (Alpha).

¿Tienes una o más de estas características? Si es así, ¿Has buscado ayuda profesional para abordar el tratamiento y mejorar este trastorno? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 17 de Septiembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que la codependencia es un trastorno que puede llevar al codependiente al límite de insanidad. Estar obsesionado trastoca su psiquis y le incapacita para «deslastrarse» de este problema. Pierde el control sobre su vida danzando en un círculo vicioso de obsesión-compulsión imparable.

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Reflexiona sobre esto:

La obsesión no es un signo de amor o cuidado, sino un síntoma de una profunda inseguridad emocional y una necesidad de controlar variables externas para sentirse seguros interiormente.

La compulsión se traduce en pensamientos y comportamientos repetitivos que consumen la mente del codependiente, a menudo hasta el punto de descuidar sus propias necesidades y bienestar. Puede manifestarse en múltiples formas, como la necesidad de saber dónde está la otra persona en todo momento, qué está haciendo o sintiendo, o incluso intentar controlar sus acciones y decisiones para aliviar la ansiedad propia. Esta conducta es contraproducente; no solo desgasta emocionalmente al codependiente, sino que también puede resultar en una dinámica tóxica que aleja a la otra persona.

Melody Beattie argumenta que el primer paso para liberarse de la obsesión compulsiva es reconocerla y aceptarla como una señal de que algo no va bien. Luego, la tarea es redirigir ese enfoque hacia uno mismo. ¿Por qué existe esta obsesión? ¿Qué necesidades emocionales no están siendo satisfechas? ¿Cómo se puede obtener una sensación de seguridad y bienestar sin depender de otra persona?

Una vez que se hace este trabajo de autoconciencia, el siguiente paso es desarrollar herramientas y estrategias para manejar el comportamiento compulsivo, lo que a menudo implica el establecimiento de límites saludables y la práctica de técnicas de manejo del estrés como la meditación, el ejercicio o la terapia.

Mi Reflexión: La obsesión compulsiva en el contexto de la dependencia afectiva es una señal de alarma que no debe ignorarse. Según Beattie, la clave para superarla radica en cambiar el enfoque de controlar a otros a cuidar de uno mismo, estableciendo un sentido de autonomía y autoestima que no dependa de factores externos. (Alpha).

Trata de responder estas preguntas: ¿Estás obsesionado por alguien o alguna cosa en especial? ¿Cuál es tu conducta cuando estás obsesionado? Comparte tu vivencia con nosotros.

Reflexión del Dia: 6 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reafirma que el codependiente puede y debe aceptar que su tarea principal es atender su recuperación, responsabilizándose de si mismo.

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Reflexiona sobre esto:

Algunos nos cansamos tanto del enorme peso —la responsabilidad total por todos los seres humanos— que podemos brincarnos los sentimientos de lástima y preocupación que acompañan a los actos de rescate y seguirnos con la ira o el enojo. Estamos enojados todo el tiempo; sentimos ira y resentimiento contra víctimas potenciales. Una persona con una necesidad o un problema provoca que sintamos la necesidad de hacer algo o nos sentiremos culpables. Después del rescate, no ocultamos nuestra hostilidad hacia este incómodo predicamento. Con frecuencia veo que esto les sucede a las personas que desempeñan profesiones de ayuda a los demás, Después de tantos años de rescatar — dando tanto y recibiendo tan poco— muchos profesionales de este tipo adoptan una actitud hostil hacia sus clientes. Pueden seguir con su trabajo y seguir “ayudando” a sus clientes, pero, según afirman algunos consejeros, abandonan por lo general su profesión sintiéndose profundamente victimados.
El cuidar como nana no ayuda, sólo provoca problemas. Cuando tomamos a la gente a nuestro cuidado y hacemos cosas que no deseamos hacer, ignoramos necesidades, deseos y sentimientos personales. Nos hacemos a un lado a nosotros mismos. En ocasiones estamos tan ocupados cuidando a los demás que dejamos nuestra vida entera en suspenso. Muchos cuidadores se sienten inquietos y abrumados; no disfrutan ninguna de sus actividades. Los cuidadores aparentamos ser muy responsables, pero no lo somos; pues no asumimos el compromiso de nuestra responsabilidad más alta: nosotros mismos.

Mi Reflexión: El codependiente rescatador compulsivo maneja sentimientos diversos: ira, resentimiento, fastidio. Si bien desea ayudar a los demás, se hastía de esta situación y vive enojado, hostil, colérico. Llegó ese momento consciente que nos llama a la reflexión: debemos responsabilizarnos de nosotros mismos. Hacerlo no es fácil, pero iniciando nuestra recuperación, podemos gradualmente lograrlo. Esa liberación nos hará sentir dicha y gozo. (Alpha).

¿Has alcanzado la madurez suficiente para aceptar que debes cuidar de ti mismo? ¿Cómo sentiste ese llamado a responsabilizarte? Comparte tus experiencias al respecto.

Reflexión del Dia: 4 de Noviembre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no podemos controlar a nadie. Eso le corresponde a cada persona. A nosotros mismos si podemos cambiarnos, modificando aquellas conductas negativas e insanas que hemos venido asumiendo por años.

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Reflexiona sobre esto:

El control es una ilusión. No funciona. No podemos controlar el alcoholismo. No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. No podemos controlar el resultado de los eventos. No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.
A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. No importa que se estén lastimando a sí mismos. No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA.
No podemos cambiar a las personas. Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser,
Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.
Y esa es la verdad. Es una desgracia. A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

Mi Reflexión: Los codependientes somos controladores, cuidadores y tenemos la errónea creencia que somos capaces de «cambiar a las personas». Llegó el momento de comprender que el control es una «ilusión», que solo cada quien puede modificar sus comportamientos. No perdamos más nuestro tiempo en asumir tareas que no nos corresponden. Asumamos el compromiso de «cambiarnos nosotros mismos», haciéndonos más responsables de nuestro cuidado, cambiando aquello que debemos cambiar. Eso si esta bajo nuestro control personal. (Alpha).

¿Vives una situación donde controlas a otros? Comenta tus vivencias aquí.

Reflexión del Dia: 28 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el codependiente cede su control cuando reacciona impulsivamente, con ello también cede su derechos.

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Reflexiona sobre esto:

Podemos haber empezado a reaccionar y a responder urgente y compulsivamente con patrones que nos lastiman. El solo hecho de sentir urgencia y compulsión es suficiente para herirnos. Nos mantenemos en un estado de crisis, fluyendo la adrenalina y tensos los músculos, listos para reaccionar ante emergencias que generalmente no son tales. Alguien hace algo, de modo que nosotros debemos hacer algo a la vez. Alguien se siente de determinada manera de modo que nosotros debemos sentirnos de otra determinada manera.
«BRINCAMOS DENTRO DEL PRIMER SENTIMIENTO QUE NOS ATRAVIESA Y LUEGO NOS EMPANTANAMOS EN ÉL». Pensamos en el primer pensamiento que cruza por nuestra cabeza y luego elucubramos sobre él. Decimos lo primero que nos viene a la lengua y a veces nos arrepentimos. Hacemos lo primero que nos viene a la mente, generalmente sin pensarlo. Ese es el problema: reaccionamos sin pensar, sin haber pensado honestamente lo que necesitamos hacer y cómo queremos manejar la situación. Nuestras emociones y conductas controladas —disparadas— por cualquier persona o cosa en nuestro entorno.
Indirectamente estamos permitiendo que los demás nos digan qué hacer. Eso significa que hemos perdido el control. Estamos siendo controlados.

Mi Reflexión: Los codependientes son reaccionarios y actúan ante cualquier situación que se presente sin detenerse a analizar si en realidad vale la pena hacerlo. Ello conlleva a «ceder» nuestro control a los demás y con eso nuestros derechos. Pasamos a ser de controladores a controlados.(Alpha).

¿Reaccionas con frecuencia ante cualquier situación sin analizarla? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 26 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» reitera que el control es un truco, una ilusión que nos crea la convicción de que podemos cambiar a los demás, y eso es imposible.

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Reflexiona sobre esto:

Cuando estás obsesionada, no puedes apartar tu mente de esa persona o de ese problema. No sabes lo que estás sintiendo. No sabes lo que está pensando. Ni siquiera estás segura de lo que debes hacer, pero, ¡por Dios, debes hacer algo! ¡Y pronto!
Preocuparse, obsesionarse y controlar son ilusiones. Son trucos que construimos nosotros mismos. Sentimos que estamos haciendo algo para solucionar nuestros problemas, pero no es así. Muchos de nosotros hemos reaccionado de esta manera con justificada buena razón. Podremos haber vivido con problemas complicados y serios que han perturbado nuestra vida, y que a cualquier persona normal podrían volver ansiosa, perturbada, preocupada y obsesionada. Podemos amar a alguien que tiene problemas, alguien fuera de control. Su problema puede ser el alcoholismo, un trastorno de la alimentación, apostar de una manera compulsiva, un problema emocional o mental, o cualquier combinación de estos.

MI Reflexión: El codependiente con patrones de control vive obsesionado y apegado a las relaciones, todo se limita a complacer a las personas, en menoscabo de su propio cuidado. El control es una ilusión, no podemos cambiar a nadie, solo a nosotros mismos. (Alpha).

¿Has estado o estás en esta situación? ¿Cómo has trabajado tu recuperación? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 24 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente se convierte en un cuidador-rescatador de los demás y deja de lado la responsabilidad de cuidarse el mismo. Asume una conducta que le destruye.

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Reflexiona sobre esto:

No nos sentimos adorables, de modo que nos conformamos con sentirnos necesarios. No nos sentimos bien con nosotros mismos, de modo que nos vemos obligados a hacer algo en particular que pruebe qué tan buenos somos.
Rescatamos porque tampoco sentimos que la gente esté bien. A veces con justificación, a veces sin ella, decidimos que otras personas sencillamente no pueden ser responsables de ellas mismas. Aunque esto parezca ser verdad, no lo es del todo. A menos que una persona tenga daño cerebral, un serio impedimento físico o sea un niño pequeño, esta persona puede ser responsable de sí misma.
A veces rescatamos porque resulta más fácil que manejar la incomodidad y la molestia de encarar los problemas irresueltos de otras personas. No hemos aprendido a decir “Qué pena que estés atravesando por ese problema, ¿qué necesitas de mí?”. En cambio, nos hemos acostumbrado a decir: “Mira, lo haré por ti”.
Algunos aprendimos a ser cuidadores cuando éramos niños. Quizá fuimos casi forzados a ello como resultado de vivir con un padre alcohólico o con algún otro problema familiar. Algunos podemos habernos convertido en cuidadores más tarde en la vida como resultado de estar dentro de una relación de compromiso con un alcohólico o con otra persona que se rehusara y pareciera incapaz de cuidar de sí misma. Decidimos contender —para sobrevivir— de la mejor manera que pudimos, levantándole su carretilla y asumiendo sus responsabilidades.

Mi Reflexión: Cuando aprendemos desde la infancia a resolver los problemas de los demás, de adultos tendemos a mantener la conducta de «cuidadores-rescatadores».Eso nos genera problemas, nos acostumbramos a resolver las dificultades de los otros, abandonando nuestra primera tarea: «cuidar de nosotros mismos». Luego de iniciado este círculo dañino es muy «cuesta arriba» detener esta conducta autodestructiva. (Alpha).

¿Vives una situación similar? ¿Cómo la estás abordando? ¿Te han dado resultado las estrategias que has usado?Comenta aquí.

Reflexión del Dia: 23 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» aborda la relación entre la codependencia y el abandono por cuidar de uno mismo por cuidar a otros que no lo necesitan.

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Reflexiona sobre esto:

Esta es una dinámica que se observa con frecuencia en la vida de las personas que padecen codependencia. Aquí hay algunas reflexiones sobre esta relación:

– Hiperatención a las Necesidades de los Demás: Los codependientes tienden a prestar una atención excesiva a las necesidades y deseos de los demás. Esto puede llevarlos a descuidar sus propias necesidades y bienestar en el proceso.

– Rescate Innecesario: Los codependientes a menudo sienten la necesidad de rescatar o cuidar de otros, incluso cuando esas personas son capaces de cuidarse a sí mismas. Esto puede derivar de una necesidad profunda de sentirse necesitados y valiosos para los demás.

– Búsqueda de Validación: La codependencia puede basarse en la búsqueda de validación y aprobación a través del cuidado de los demás. Los codependientes pueden sentir que su valía depende de cuánto hacen por los demás, incluso cuando esos esfuerzos no son necesarios.

– Autoabandono: Al descuidar sus propias necesidades para cuidar de otros, los codependientes practican el autoabandono. Esto puede llevar a la pérdida de la identidad personal y a una falta de autocuidado que afecta negativamente su bienestar emocional y físico.

La recuperación de la codependencia implica aprender a establecer límites saludables en las relaciones. Esto significa reconocer que no es necesario ni saludable asumir responsabilidades que no nos corresponden y aprender a decir «no» cuando es necesario. Los cambios deben ser orientados al autocuidado, en el entendido que los codependientes deben aprender a priorizar sus propias necesidades y bienestar, reconociendo que cuidarse a sí mismos no es egoísta, sino esencial para vivir una vida equilibrada y saludable.

En la recuperación, el codependiente debe propender a la búsqueda del establecimiento de límites saludables, el autocuidado y la construcción de relaciones más equilibradas en las que cada individuo sea responsable de sus propias necesidades. Esto permite a los codependientes vivir de manera más auténtica y satisfactoria, sin descuidar su propio bienestar.

Respondete estas interrogantes: ¿En este momento eres un cuidador de alguien? Si es así, ¿qué sientes al respecto? ¿Estás buscando adscribirte a grupos CoDA en tu localidad? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 20 de Octubre

Melody Bo.eattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que el codependiente, en aras de amar a su prójimo; cae fácilmente en el círculo vicioso de cuidar-rescatar. Eso lo hace compulsivamente. No es sano mantenerse en el triángulo de Karpman.

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Reflexiona sobre esto:

El Triángulo de Karpman, a menudo conocido como el «Triángulo del Drama» o «Triángulo de la Víctima,» es un modelo que describe dinámicas tóxicas en las relaciones interpersonales. Este triángulo involucra tres roles: la Víctima, el Salvador y el Perseguidor. Melody Beattie aborda cómo estos roles están relacionados con la codependencia y cómo salir de este círculo vicioso en su obra «Ya No Seas Codependiente.»

a) La Víctima: La persona en el papel de la Víctima se siente impotente, desvalida y a menudo busca simpatía y atención de otros. En el contexto de la codependencia, la Víctima puede ser alguien que se siente atrapado en una relación tóxica y busca constantemente la ayuda y la validación de los demás.

b) El Salvador: El Salvador es el individuo que asume el papel de rescatador o cuidador, a menudo a expensas de sus propias necesidades. En el contexto de la codependencia, esta persona tiende a sobreinvertir en las necesidades de los demás, a menudo para sentirse necesitada y valiosa.

c) El Perseguidor: El Perseguidor es aquel que crítica o controla a otros, a veces de manera autoritaria. En el contexto de la codependencia, esto puede reflejar a alguien que busca cambiar o controlar a la persona a la que está vinculado.

Salir de este círculo vicioso implica varios pasos:

– Reconocimiento: El primer paso es reconocer y aceptar que uno está atrapado en estas dinámicas y asume uno de estos roles en las relaciones.

– Autoconciencia: Examina tus propias conductas, pensamientos y sentimientos. Pregunta por qué estás asumiendo el papel que asumes y qué necesidades emocionales estás tratando de satisfacer a través de este rol.

– Establecimiento de Límites: Aprende a establecer límites saludables en tus relaciones. Esto implica reconocer tus propias necesidades y respetarlas, al tiempo que permites a los demás responsabilizarse de sus propias vidas.

– Comunicación Abierta: Practica la comunicación abierta y asertiva. Habla honesta y respetuosamente de tus necesidades y sentimientos sin intentar controlar o rescatar a los demás.

– Buscar Apoyo Profesional: En algunos casos, puede ser beneficioso buscar la ayuda de un terapeuta o consejero especializado en codependencia para explorar estas dinámicas y aprender estrategias para romper el ciclo.

Salir del Triángulo de Karpman y superar la codependencia es un proceso que requiere tiempo, autoexploración y esfuerzo continuo. Sin embargo, es fundamental para construir relaciones más saludables y vivir una vida más auténtica y satisfactoria.

Hazte estas preguntas y trata de responderlas: ¿Cuál es tu rol preferido en el triangulo de Karpman? ¿Logras identificarlo? ¿Cómo abordas salir de ese círculo vicioso? Comenta acá tu experiencia.

Reflexión del Dia: 10 de Octubre

Melody Beattie, en su Libro «Ya no seas Codependiente» plantea que no hay que avergonzarse de ser un codependiente. Podemos sanar, si nos proponemos hacerlo. Debemos tomar una decisión y ejecutarla.

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Reflexiona sobre esto:

La vergüenza a menudo está relacionada con una baja autoestima. Las personas codependientes suelen tener una opinión negativa de sí mismas, y la vergüenza refuerza esta percepción negativa. Cuando se sienten avergonzadas, pueden creer que no merecen una relación saludable o el amor y la atención de los demás, lo que las mantiene atrapadas en patrones codependientes. La vergüenza puede hacer que las personas codependientes eviten la comunicación abierta y honesta. Temen ser juzgadas o rechazadas si expresan sus necesidades, deseos o emociones. Esto dificulta la resolución de problemas en las relaciones y perpetúa la codependencia, ya que no pueden abordar los problemas de manera efectiva.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a negar sus propios sentimientos y necesidades, así como los problemas en sus relaciones. Pueden evitar enfrentar la realidad de la codependencia y seguir comportándose de manera disfuncional debido a la vergüenza de admitir que tienen un problema.

La vergüenza a menudo está relacionada con un deseo de ser perfecto para evitar la crítica y el rechazo. Las personas codependientes pueden esforzarse demasiado por ser todo para todos y nunca cometer errores. Este perfeccionismo es agotador y mantiene la codependencia, ya que nunca pueden alcanzar sus estándares autoimpuestos.

La vergüenza puede hacer que las personas codependientes dependan aún más de la aprobación y la atención de los demás para sentirse valoradas. Esto puede llevar a una dependencia emocional más profunda en sus relaciones, lo que perpetúa la codependencia.

La vergüenza puede llevar a las personas codependientes a sentirse culpables por sus propios sentimientos y necesidades. Pueden sentirse culpables por querer espacio, tiempo para sí mismas o establecer límites, lo que dificulta la creación de relaciones saludables.
Las personas codependientes a menudo sienten vergüenza de admitir que necesitan ayuda o de buscar apoyo externo, como terapia. Esto puede evitar que busquen el apoyo necesario para romper los patrones codependientes.

En resumen, la vergüenza puede ser un factor significativo que mantiene a las personas atrapadas en patrones codependientes. Es importante reconocer la vergüenza como un obstáculo en la recuperación y buscar ayuda profesional para abordarla de manera efectiva. Trabajar en la construcción de una autoestima saludable y en la superación de la vergüenza es esencial para romper los ciclos de codependencia y establecer relaciones más saludables y equilibradas.

¿Antes de iniciar la recuperación te sentías avergonzado? ¿Cómo te percibes actualmente con respecto a tu codependencia? Comparte tus experiencias acá.