Reflexión del Dia: 1 de Mayo

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que la recuperacion permite asumir nuevos comportamientos saludables toda vez que se percibe realmente como es la situación de nuestro padecimiento y como enfrentarlo.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

No escuchar a nuestras necesidades y deseos, y decirnos que lo que deseamos está mal, nos esconde la información que necesitarnos para hacer buenas elecciones. Buscar una segunda opinión y los “qué tal si” tampoco ayudan. Estamos aprendiendo a amarnos, a confiar y a escucharnos a nosotros mismos.
Quizá hemos usado nuestras mentes en forma inadecuada, preocupándonos y obsesionándonos, y nuestras mentes están cansadas, hemos abusado de ellas y están llenas de pensamientos de ansiedad. También estarnos aprendiendo a detener estos patrones.
Tal vez perdimos la fe en nuestra capacidad para pensar porque la gente nos ha dicho que no podemos pensar ni tomar decisiones correctas. Nuestros pudres pueden haber provocado esto en forma directa o indirecta cuando éramos niños. Pueden habernos dicho que éramos tontos. O puede ser que hayan tomado todas las decisiones por nosotros. Quizá criticaron todas las elecciones que hicimos. O pueden habernos confundido negándonos o rehusándose a reconocer nuestra capacidad para pensar cuando señalábamos problemas en casa.
Tal vez tuvimos dificultades con compañeros en la escuela cuando éramos chicos; en vez de hacer lo que necesitábamos para resolver el problema, nos dimos por vencidos y nos convencimos de que no podíamos pensar ni solucionar las cosas.
La gente puede haber menospreciado a inteligencia de las mujeres, pero esas son tonterías. No somos tontas. Las mujeres podemos pensar. Los hombres pueden pensar. Los niños pueden pensar.
Podemos vivir ahora con gente que nos está diciendo directa o indirectamente que no podemos pensar. Muchos de ellos pueden incluso decirnos que estamos locos, pero los alcohólicos hacen eso con la gente que vive con ellos. ¡Tal vez hayamos empezado a pensar que estamos locos! Pero no crean nada de eso ni por un minuto.

Reflexión: Durante el proceso de recuperación se dan cambios relevantes en nuestras creencias erradas sobre la forma de percibirnos. Es así que podemos ver retrospectivamente cuanto tiempo hemos perdido, cuantos errores u omisiones hemos cometido, pero también aprendemos que no teníamos a mano las herramientas para cambiar esa percepción y mostrar mayor compromiso con nuestro cuidado personal. Toda vez hecho consciente esa realidad, es momento de asumir la responsabilidad de modificar el comportamiento y asumir una actitud saludable para nuestro propio beneficio y del entorno cercano. (Alpha).

¿En la recuperación has modificado tu percepción de ti y de la vida?¿Cómo sientes ahora tus actuaciones anteriores? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 30 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la importancia para todo ser humano de vivir en armonía con su entorno familiar y profesional. Al codependiente, si bien se le dificulta establecer vínculos sanos, esta llamado a intentarlo y esforzarse en mantener el equilibrio con quienes le rodean.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Muchos de nosotros nos sentimos más seguros estando solos o involucrados en relaciones en las que “no estemos involucrados emocionalmente”, que cuando tenemos relaciones que nos hacen emocionalmente vulnerables, que nos hacen tener cercanía y ser amorosos. Yo lo entiendo. A pesar de la serie de necesidades y deseos que quedan insatisfechos cuando no amamos, podemos sentirnos más seguros al no amar. No arriesgamos la incertidumbre y la vulnerabilidad que la cercanía brinda. No nos arriesgarnos al dolor que nos causa el amar, y a muchos de nosotros el amar nos ha provocado enorme cantidad de dolor. No nos arriesgamos a quedar atrapados en relaciones que no funcionan. No nos arriesgamos a tener que ser quienes somos, lo cual incluye ser emocionalmente honestos y los posibles rechazos a ello. No nos arriesgamos a que la gente nos abandone; no nos arriesgamos. Y no tenemos que pasar por la difícil situación de iniciar relaciones. Cuando no nos acercamos a la gente, por lo menos sabemos qué esperar: nada. Negar nuestros sentimientos de amor nos protege de la ansiedad que nos causa el amar. El amor y la cercanía a menudo conllevan una sensación de pérdida de control. El amor y la cercanía retan a nuestros miedos más profundos acerca de quiénes somos y de si está bien que seamos nosotros mismos, y acerca de quiénes son los demás y si eso está bien. El amor y la cercanía —involucrarse con la gente— son los mayores riesgos que un hombre o una mujer pueden tomar. Se requiere honestidad, espontaneidad, vulnerabilidad, confianza, responsabilidad, autoaceptación y aceptación de los demás. El amor brinda gozo y calidez, pero también exige de nosotros que estemos dispuestos a sentirnos ocasionalmente heridos y rechazados.
Muchos hemos aprendido a huir de la cercanía, en vez de tomar los riesgos que esta implica. Huimos del amor u obstaculizamos la cercanía de muchas maneras. Alejamos a las personas o hacemos cosas que las lastimen para que no quieran estar cerca de nosotros. En nuestra mente hacemos cosas ridículas para convencernos de que no queremos la cercanía. Encontramos fallas en todas las personas que acabamos de conocer; rechazamos a la gente antes de que esta tenga oportunidad de rechazarnos. Usarnos máscaras y fingimos ser algo distinto a lo que somos. Desperdigamos nuestras energías y nuestras emociones en tantas relaciones que así no nos acercamos demasiado a alguien ni nos volvemos vulnerables para esa persona; a esta técnica alguien le llama “echarle agua a la leche”. Nos conformamos con relaciones artificiales, en las cuales no se espera de nosotros ni se nos pide cercanía. Actuamos papeles en vez de ser una persona real.
Nos alejamos emocionalmente en las relaciones que tenemos. En ocasiones, impedimos la cercanía sencillamente al rehusarnos a ser honestos y abiertos. Algunos nos sentamos, paralizados por el miedo, incapaces de iniciar relaciones o de disfrutar de la cercanía en las relaciones que ya tenemos. Algunos huimos; nos retiramos físicamente de cualquier situación en la cual puedan estar presentes el amor, la vulnerabilidad emocional y el riesgo. Como dice una amiga, “todos tenemos en el closet un par de zapatos para correr”.
Huimos de la cercanía por muchas razones. Algunos especialmente los que crecimos dentro de situaciones de alcoholismo en la familia, no podremos haber aprendido nunca cómo iniciar relaciones y cómo tener cercanía una vez que la relación comienza. En nuestras familias la cercanía no se consideraba segura, ni se enseñaba ni se permitía. Para mucha gente, cuidar de los demás y usar sustancias químicas, se volvieron sustitutos de la intimidad.
Algunos nos permitimos tener cercanía con alguien una vez o dos, y luego fuimos lastimados. Podemos haber decidido (en algún nivel) que era mejor y más seguro no tener cercanía, no arriesgarnos a ser heridos de nuevo.
Algunos aprendimos a huir de relaciones que no nos convienen. Pero para algunos de nosotros, el huir de la cercanía o el evitarla se ha vuelto un hábito, un hábito destructivo que nos impide obtener el amor y la cercanía que verdaderamente queremos y necesitamos. Algunos podremos estar engañándonos a nosotros mismos, de modo que ni siquiera nos percatamos de que huimos ni de lo que huimos. Quizá estemos huyendo cuando ni siquiera es necesario hacerlo.
El trato cercano con los demás puede parecernos un asunto temerario, pero no tiene por qué asustarnos tanto. Y no es tan difícil. Nos sentimos bien incluso cuando nos relajamos y dejamos que suceda. Está bien sentir miedo de la cercanía y del amor, pero también está bien que nos permitamos amar y sentirnos cerca de la gente. Está bien dar y recibir amor. Podemos tomar buenas decisiones acerca de a quién amar y cuándo hacerlo. Está bien que seamos como somos al estar en contacto con la gente.
Tomemos el riesgo de hacerlo. Podemos confiar en nosotros mismos. Podemos pasar por la difícil situación y la fricción que causa el iniciar relaciones. Podemos encontrar personas en quienes es seguro confiar. Podemos abrirnos, volvernos honestos y ser quienes somos. Incluso podemos manejar el hecho de ser heridos o rechazados de vez en cuando. Podemos andar sin perdernos a nosotros mismos y sin ceder.

Reflexión: El codependiente tiende a ser un solitario., de poca o nula vida social. Este raso es una evidencia del miedo que tiene a relacionarse por experiencias previas de problemas en su infancia: maltrato, abandono, agresiones. Aislado de todos y todo es imposible vivir, debe existir un término medio para establecer vínculos sanos que le permitan socializar y armonicen la vida.(Alpha).

¿Sientes que vives aislado o estás abriéndote a socializar? ¿Cuáles estrategias estás usando para compartir con otras personas? Comparte acá.

Reflexión del Dia: 29 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente recalca que todo codependiente busca afanosamente llegar a un grado de independencia para volver a decidir por sí mismo y asumir el verdadero rol de responsabilidad propia que le corresponde.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La gente atrapada busca escapar. Los codependientes que se sienten varados en una relación pueden empezar a planear un escape. Algunas veces nuestra ruta de escape es positiva, saludable.
Podemos comenzar a dar pasos para volvernos no-dependientes, emocional y económicamente. “No-dependencia” es un término que Penélope Russianoff utiliza en su libro para describir ese equilibrio deseable por medio del cual reconocemos y satisfacemos la necesidad sana y natural que tenemos de la gente y del amor, sin que dependamos de manera envolvente y dañina de tal necesidad.
Podemos regresar a la escuela, conseguir un empleo, o fijarnos otras metas que nos den libertad. Y por lo general fijamos esas metas cuando estamos suficientemente hartos de estar atrapados. Algunos codependientes, sin embargo, planean escapes destructivos. Podemos tratar de escapar de nuestra prisión usando alcohol o drogas. Podemos volvemos fanáticos del trabajo. Podernos buscar un escape volviéndonos emocionalmente dependientes de otra persona que es como la persona de la que intentamos escapar, otro alcohólico, por ejemplo. Muchos codependientes comienzan a contemplar la vía del suicidio. Para algunos, terminar con su vida parece ser la única salida de esta situación terriblemente dolorosa.
La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir.

Reflexión: El proceso de recuperación de la codependencia es enriquecedor para la persona con este padecimiento En este sendero espiritual va cambiando interiormente y asume un rol protagónico en cuanto a su cuidado y compromiso con su curación. Caminar hacia la «nodependencia» es el reto. (Alpha).

¿Estás transitando el camino transformador de la recuperación? ¿Cuál es la percepción actual de ti mismo? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 28 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica la necesidad de buscar alternativas y ejecutar acciones concretas que atenúen las crisis de ira que tiene el codependiente.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Volvemos a nuestro consejo inicial: maneja tus sentimientos. ¿Cómo manejamos una emoción tan potente como es la ira? ¿Cómo dejar de sentirnos tan enojados? ¿Cuándo sucede esto? ¿A dónde se va? ¿Con quién podemos hablar? ¿Quién querrá oír todo eso? Probablemente ni siquiera nosotros queremos oírlo. Después de todo, la persona con la que estamos enojados está enferma. De modo que, ¿no deberíamos estar sintiendo compasión y todas esas cosas buenas? ¿Es verdaderamente correcto estar tan enojados con una persona enferma?
Sí, tenemos derecho a estar furiosos con una persona enferma. Nosotros no ocasionamos el problema. Aunque el sentimiento ideal es de compasión, probablemente no lo sentiremos hasta que hayamos manejado nuestra ira. Lo que va entre sentir un furor homicida y mordernos la lengua porque nos sentimos apenados por esa persona enferma, es la manera de ir más allá de nuestros sentimientos de enojo, los viejos y los nuevos. Pero yo no creo que manejar las emociones reprimidas suceda de un día para otro.
Puede no suceder en un mes o aun en un año. ¿Cuánto tardamos en enojarnos a este grado? Manejar una cantidad significativa de ira reprimida puede llevarse tiempo y esfuerzo. Manejar la ira nueva requiere de práctica.
He aquí algunas sugerencias para manejar la ira:
-? Dirígete a cualquiera de los mitos que hemos enumerado acerca de la ira, Démonos permiso para sentirnos enojados cuando necesitamos hacerlo. Demos también permiso a los demás para sentirse enojados.
?- Siente la emoción. Aunque sea ira, es tan sólo energía emocional. No está bien ni está mal; no necesitamos juzgarla. La ira no tiene que justificarse o racionalizarse. Si la energía está ahí, siéntela. Siente también cualquier emoción subyacente, corno sentirte lastimado o tener miedo.
?- Reconoce los pensamientos que acompañan al sentimiento. De preferencia, di en voz alta estos pensamientos.
?- Examina el pensamiento que acompaña al sentimiento. Sácalo a la luz. Ve si hay fallas en él. Fíjate si hay patrones y situaciones que se repiten. Aprenderemos mucho acerca de nosotros y de nuestro entorno. A menudo, los alcohólicos en recuperación desarrollan patrones de pensamiento rancios, que se conocen como pensamientos apestosos, que indican el deseo de empezar a beber de nuevo.
?- Toma una decisión responsable acerca de qué acción necesitas tomar, si es que debes tomar alguna. Averigua lo que la ira nos está diciendo. ¿Nuestra ira está indicándonos algún problema en nosotros o en nuestro medio ambiente que necesite atención? A veces mientras le pedimos a Dios que nos ayude a dejarnos de sentir enojados, Él trata de decirnos algo: ¿Necesitamos cambiar? ¿Necesitamos algo de alguien más? Gran parte de la ira proviene de necesidades insatisfechas.
Una manera rápida de resolver la ira es dejar de gritarle a la persona con la cual estamos enojados, averiguar qué necesitamos de esa persona, y pedírselo a él o a ella. Si él o ella no puede o no quiere dárnoslo, averigüemos qué necesitamos hacer después para cuidar de nosotros mismos.
?- No dejemos que la ira nos controle. Si somos controlados por nuestros sentimientos de enojo, podemos detenernos. No tenemos que seguir gritando. No me malinterpreten, a veces gritar ayuda.
Pero no siempre. Es mejor decidir y no dejar que nuestra ira decida por nosotros. No tenemos que perder el control sobre nuestros actos. Es simplemente energía, no una mágica maldición la que ha caído sobre nosotros. Desapeguémonos. Vayamos a otra habitación. Vayamos a otra casa. Apacigüémonos. Luego averigüemos lo que necesitamos hacer. No tenemos que permitir que la ira de otra persona nos controle. Con frecuencia oigo decir a los codependientes: “No puedo hacer esto o aquello porque él o ella se enojaría”. No pongamos en peligro nuestra seguridad, luchemos en cambio por liberarnos del control de la ira, la nuestra o la de alguien más. No tenemos que reaccionar a la ira. Es tan sólo energía emocional. Ni siquiera tenemos que reaccionar enojándonos, si no queremos hacerlo. Pruébenlo alguna vez.
-? Discutamos abierta y honestamente nuestra ira, cuando sea adecuado hacerlo. Pero no le hables a un borracho cuando está ebrio. Podemos acertar al expresar nuestra ira abierta y adecuadamente. Sin embargo, tengamos cuidado de cómo nos aproximamos a la gente. La ira frecuentemente engendra más ira, En lugar de ventilar nuestra furia sobre la persona, podemos sentir nuestros sentimientos, pensar nuestros pensamientos, averiguar lo que necesitamos de esa persona, y luego ir con ella o con él y expresarle esa necesidad, en vez de gritarle.
?- Asumamos la responsabilidad por nuestra ira. Podemos decir: “Me enoja cuando haces esto porque…” y no: “Me vuelves loco”. Sin embargo, quiero dar un poco de información en cuanto a la comunicación. No siempre tenemos que decir las palabras correctas, como si acabáramos de salir de un grupo de terapia. Seamos nosotros mismos. Simplemente entendamos que somos responsables por nuestros sentimientos de ira, aunque estos sean una reacción apropiada a la conducta inadecuada de otra persona.
?- Hablemos con personas de nuestra confianza. Hablar acerca de nuestra ira y ser escuchados y aceptados en verdad ayuda a ventilar la atmósfera. Recuerden, no progresaremos hasta que nos aceptemos como somos. Y sí, a la gente le importamos. Quizá tengamos que salir de casa para encontrarnos con ellos o ir a reuniones de Al-Anón, pero ahí están. Si tenemos sentimientos de ira que se han endurecido hasta volverse resentimientos, podemos hablar de ellos con un sacerdote o tomar el cuarto y el quinto paso. Los resentimientos pueden lastimarnos mucho más de lo que nos ayudan.
?- Quema la energía de la ira. Limpia la cocina. Juega voleibol. Haz ejercicio. Vete a bailar. Sal a caminar. Poda tu jardín. Construye un condominio si es necesario. La ira es extremadamente estresante, y el ejercicio físico ayuda mucho para descargar esa energía.
-? No nos golpeemos a nosotros mismos ni a los demás cuando nos sintamos enojados. No dejemos que otros nos peguen o abusen de nosotros de alguna otra manera cuando están enojados. No lastimemos a los demás cuando estemos enojados. Si ha ocurrido un abuso, busca ayuda profesional.
?- Escribamos cartas que no tenemos intenciones de enviar. Si nos sentimos culpables acerca de la ira, esto es una verdadera ayuda. Empieza la carta preguntándote: “Si pudiera sentir ira acerca de algo, y que nadie lo supiera nunca, y que no estuviera mal que me sintiera así, de lo que sentiría ira es de esto…” Una vez que nuestra ira está sobre el papel podemos dejar atrás el sentimiento de culpa y averiguar cómo vamos a manejarla. Si padecemos depresión, este ejercicio también puede servirnos.
-? Maneja los sentimientos de culpa. Deshazte de los sentimientos de culpa gratuitos. Deshazte de todo sentimiento de culpa. La culpa no ayuda nada. Dios nos perdonará de todo lo que hemos hecho. Además, apuesto a que Él sabe que no hemos hecho tantas cosas mal como nosotros pensamos.

Reflexión: Sentir emociones negativas fuertes es muy común en personas codependientes, máxime cuando se dan cuenta que ellos iniciaron el control de los demás, y que pasado el tiempo, son ellos los controlados y manipulados por los demás. Esta situación amerita intervención para ser revertida. Es cierto, emociones como el enfado y la rabia no se curan inmediatamente, es necesario un tiempo prudencial para lograrlo. Pongámonos en acción para ocuparnos de minimizar sus efectos en nuestra vida. (Alpha).

¿Eres una persona que maneja crisis de ira? ¿Cuáles actividades estás ejecutando para disipar sus efectos negativos? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 25 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente plantea que el codependiente por su problema obsesivo tiene dificultad para mantener armonía en sus relacione personales.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La dependencia emocional y el sentirse atrapados también pueden provocar problemas en relaciones que podrían salvarse. Si estamos en una relación todavía buena, podemos ser demasiado inseguros para desapegamos y empezar a cuidar de nosotros mismos. Podemos extinguirnos y asfixiar o alejar a la otra persona. Esa necesidad extrema se vuelve obvia para los demás. Se puede sentir, percibir.
En última instancia, la dependencia excesiva de otra persona puede matar el amor. Las relaciones que se basan en inseguridad emocional y en una necesidad, en vez de sustentarse en el amor, pueden volverse autodestructivas. No funcionan. Una necesidad demasiado grande aleja a la gente y extingue el amor. Asusta a la gente y hace que se vaya. Atrae a la gente equivocada. Y no satisface nuestras verdaderas necesidades.
Nuestras necesidades reales se hacen cada vez mayores, al igual que nuestra desesperación. Fijamos nuestra vida en torno a esta persona, tratando de proteger así nuestra fuente de seguridad y de felicidad. Abdicamos a vivir nuestra propia vida al hacer esto. Y sentimos ira contra esa persona. Somos controlados por ella. Dependemos de esa persona.

Reflexión: El codependiente con su relación obsesiva con los demás interfiere todo vinculo saludable de amor. No esta preparado para dar y recibir amor. Debe «reaprender» y ello es laborioso, solo con Terapia lo lograra. (Alpha).

¿Mantienes relaciones armónicas con los demás? ¿Cómo haces cuando detectas distanciamiento? Comparte aquí.

Reflexión del Dia: 24 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente le resta importancia a disfrute de la vida. Así mismo insiste que la Terapia hará que asuma con facilidad aquellas actividades orientadas a su entretenimiento y diversión.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Vivir nuestra vida puede no ser tampoco un prospecto emocionante para algunos de nosotros. Tal vez hemos estado tan envueltos con otras personas que hemos olvidado cómo vivir y disfrutar de nuestras vidas.
Podemos sufrir un dolor emocional tan grande que pensamos que no tenemos vida propia; lo único que sentimos es nuestro dolor. Eso no es verdad. Somos más que nuestros problemas. Podemos ser más que nuestros problemas.40 No porque hasta ahora la vida haya sido tan dolorosa debe seguir lastimándonos. La vida no tiene que herirnos tanto, y no será así, si empezamos a cambiar. De aquí en adelante puede ser que no todo sean rosas, pero tampoco tiene por qué ser todo espinas. Necesitamos y podemos desarrollar nuestras propias vidas. Como dice un amigo mío: “Consíguete una vida”.
Algunos codependientes piensan que una vida sin futuro, sin propósito, sin grandes sacudidas y sin grandes quebrantos no vale la pena vivirse. Eso tampoco es verdad. Yo creo que Dios nos tiene guardadas cosas emocionantes e interesantes a cada uno de nosotros. Creo que para cada quien existe un propósito placentero y que vale la pena por algo más que cuidar a la gente y ser un apéndice de ella. Creo que manifestamos esta actitud cuando cuidamos de nosotros mismos. Empezamos a cooperar. Nos abrimos a la bondad y a la riqueza de que disponemos dentro de nosotros y para nosotros.

Reflexión: La percepción de la persona codependiente en relación a la recreación es negativa. Suele no dedicarle tiempo ni esfuerzo a disfrutar de cosas que le entretengan para su bienestar. Revertir esta creencia no es fácil, pero tampoco imposible. Para ello, durante la recuperación, y una vez detectado por él mismo el problema, abordará la solución, dándole mayor tiempo a la diversión y entretenimiento como parte de su sanación. (Alpha).

¿Dedicas tiempo a tu recreación y diversión? ¿Sientes mejoría en tu calidad de vida cuando lo haces? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 23 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente ratifica que el codependiente esta inconsciente de la seriedad de su trastorno obsesivo, y cree estar bien en lo físico, emocional y espiritual.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La mayoría de los codependientes sufre de esa vaga pero penetrante aflicción que es la baja autoestima. No nos sentimos bien con nosotros mismos, no nos gustamos, y ni siquiera pensamos en amarnos a nosotros mismos.
Para algunos de nosotros tener una baja autoestima es quedarnos cortos. No sólo no nos gustamos, sino que nos odiamos a nosotros mismos. No nos gusta nuestra apariencia. No soportamos nuestro cuerpo. Pensamos que somos tontos, incompetentes, faltos de talento, y, en muchos casos, indignos de ser amados.44 Pensamos que nuestros pensamientos son malos e inadecuados. Pensamos que nuestros sentimientos son equivocados e impropios.
Creemos que no somos importantes, y aunque nuestros sentimientos no sean equivocados, pensamos que no importan. Estamos convencidos de que nuestras necesidades no son importantes. Y nos abochornamos por los deseos o los planes de otro. Pensamos que somos inferiores y diferentes al resto del mundo, no únicos, sino bizarra e inadecuadamente distintos. Nunca nos hemos puesto de acuerdo con nosotros mismos, y nos miramos no a través de esos cristales de color de rosa, sino a través de una película sucia, marrón-gris.
Podemos haber aprendido a disfrazar nuestros verdaderos sentimientos acerca de nosotros mismos vistiéndonos bien, peinándonos bien, viviendo en la casa correcta, y trabajando en el empleo correcto. Podemos presumir de nuestros logros, pero bajo las galas se encuentra un calabozo dentro del cual secreta e incesantemente nos castigamos y nos torturamos. En ocasiones, podemos castigarnos abiertamente ante el mundo entero, diciendo cosas degradantes acerca de nosotros mismos. A veces, llegamos incluso a pedir a otros que nos ayuden a odiarnos a nosotros mismos, como cuando permitimos que ciertas personas o costumbres religiosas nos ayuden a sentirnos culpables, o cuando le permitimos a la gente que nos lastime. Pero nuestros peores latigazos nos los damos en privado, dentro de nuestras mentes.

Reflexión: El codependiente aparenta estar bien, es más, cree que los demás son los del problema. Bajo esa imagen existe un ser humano que se autocastiga, se autoflagela. No cree en sí mismo, la baja autoestim lo mantiene atado a una dependencia a los otros. Es realmente dramática su existencia. Lo más grave de todo es que el no cae en cuenta de lo que se deteriora cada día su cuerpo y mente. (Alpha).

¿Has detectado tu problema de codependencia? ¿Cuáles medidas estás asumiendo para sanar? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 22 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente reafirma que el codependiente le resta importancia a disfrutar y divertirse. Así mismo reafirma que con Terapia CoDA el asumiria nuevos hábitos y conductas saludables.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Darnos a nosotros mismos lo que necesitamos no es difícil. Creo que podemos aprender rápido. La fórmula es sencilla: en cualquier situación dada, desapégate y pregunta: “¿qué necesito hacer para cuidar de mí mismo?”
Luego necesitamos escucharnos a nosotros mismos y a nuestro poder superior. Respetar lo que oímos. El demente negocio de castigarnos por lo que pensamos, sentimos, y deseamos, esta tontería de no escuchar a quien realmente somos y a lo que nuestro yo lucha por decirnos debe parar. ¿Cómo creen que Dios trabaja con nosotros? Como ya lo he dicho antes, no es de sorprender que pensemos que Dios nos ha abandonado; nos hemos abandonado nosotros mismos. Podemos ser gentiles y aceptarnos. No somos sólo o meramente humanos, fuimos creados con la intención de que fuéramos humanos. Y podemos ser compasivos con nosotros mismos. Después, tal vez, podamos desarrollar verdadera compasión hacia los demás.
Escuchen lo que nuestro precioso yo trata de decirnos acerca de lo que necesitamos.
Quizá necesitemos apurarnos y acudir a una cita. Tal vez necesitemos desacelerar y tomarnos un día de descanso. Quizá necesitemos hacer ejercicio o dormir la siesta. Podemos necesitar estar solos. Podemos querer estar rodeados de gente. Quizá necesitemos conseguir un empleo. Tal vez necesitemos trabajar menos. Quizá necesitemos un abrazo, un beso o un masaje en la espalda.
A veces damos lo que necesitamos significa darnos algo divertido: una golosina, un nuevo peinado, un vestido nuevo, un nuevo par de zapatos, un juguete nuevo, una noche en el teatro, o un viaje a las Bahamas.
En ocasiones, darnos lo que necesitamos es trabajar. Necesitamos eliminar o desarrollar cierta característica; necesitamos trabajar en una relación; o necesitamos atender a nuestras responsabilidades para con otras personas o para con nosotros mismos. Darnos lo que necesitamos no solamente significa hacernos regalos; significa hacer lo necesario para vivir responsablemente, no una existencia exageradamente responsable o irresponsable en exceso.
Nuestras necesidades son distintas y varían de un momento a otro y de un día para otro. ¿Estamos sintiendo la loca ansiedad que acompaña a la codependencia? Quizá necesitemos acudir a una reunión de Al-Anón. ¿Son nuestros pensamientos negativos y desesperantes? Tal vez necesitemos leer un libro de meditación o uno que nos inspire. ¿Estamos preocupados por un problema físico? Quizá necesitemos ir al doctor. ¿Se están portando muy mal los niños? Tal vez necesitemos idear un plan familiar de disciplina. ¿La gente está pisando nuestros derechos? Fijemos algunos límites. ¿Tenemos el estómago hecho nudo a causa de las emociones? Manejemos nuestros sentimientos.
Tal vez necesitemos desapegarnos, desaceleramos, enmendar, intervenir, iniciar una relación, o pedir el divorcio. De nosotros depende. ¿Qué pensamos que debemos hacer?

Reflexión: Es difícil que el codependiente en su rigidez se permita un momento de diversión y entretenimiento sano. Se acostumbro a estar solo, ensimismado, con el mismo, envuelto en sus obsesiones por las cosas y las personas. En la medida que asume la Terapia, va modificando ese comportamiento y renace el interés por socializar y al compartir, gana nuevos afectos y refuerza los que tiene, pero ahora desde una óptica de menos manipulación y control obsesivo. (Alpha).

¿Sientes que la Terapia te ha beneficiado en cambiar hábitos negativos? ¿Has podido valorar la diversión como medida de relajación? Comenta acá.

Reflexión del Dia: 21 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente explica que la codependencia es reversible siempre y cuando el codependiente asuma compromiso personal serio y sostenido en recuperarse. Puede recibir ayuda de otros, pero su protagonismo es insustituible.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

La mayoría de nosotros empezamos a hacer estas cosas por la necesidad de protegernos a nosotros mismos y de satisfacer nuestras necesidades. Hicimos, sentimos y pensamos estas cosas para sobrevivir – emocional, mental y a veces físicamente-. Tratamos de entender y de contender con nuestros complejos mundos de la mejor manera. No siempre es fácil vivir con personas sanas y normales. Pero es particularmente difícil vivir con personas enfermas,atribuladas o perturbadas. Es horrible tener que vivir con un alcohólico delirante. Muchos de nosotros nos las hemos tenido que ver con circunstancias indignantes, y estos esfuerzos han sido tan admirables como heroicos. Hemos hecho lo mejor que hemos podido.
Sin embargo, estos recursos de autoprotección ya no nos resultan útiles. En ocasiones, las cosas que hacemos para protegernos se vuelven contra nosotros y nos lastiman. Se vuelven autodestructivas. Muchos codependientes apenas logran sobrevivir, y la mayoría no satisface sus necesidades. Como el consejero, Scott Egleston dice que la codependencia es una manera de satisfacer las necesidades que no satisface las necesidades. Hemos hecho cosas incorrectas por los motivos correctos.
¿Podremos cambiar? ¿Podremos aprender conductas más sanas? No sé si se pueda enseñar la salud mental, emocional y espiritual, pero podemos ser inspirados y alentados. Podemos aprender a hacer las cosas de otra manera. Podemos cambiar. Creo que la mayoría de la gente quiere estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible. Pero muchos de nosotros no sabemos que está bien hacer las cosas de otra manera.

Reflexión: La codependencia es recuperable. Desmontar hábitos insanos por otros saludables es posible, aunque se necesita fortaleza, perseverancia y convicción de hacerlo, vale decir, asumir un compromiso con uno mismo para sanar.Solo no se puede, si nos valemos de la guía divina y del Programa de Doce Pasos de CoDA, será más fácil lograrlo. (Alpha).

¿Sientes cambios en tu conducta asumiendo hábitos saludables? ¿Estás en Terapia CoDA? Comparte aquí tus vivencias.

Reflexión del Dia: 20 de Abril

Melody Beattie, en su Libro Ya no seas Codependiente hace énfasis en lo negativo para el codependiente de vivir reaccionando ante las situaciones a su alrededor. Debe corregir esta conducta autodestructiva.

Si deseas conocer mas sobre esta Autora/Consejera y particularmente con referencia a este Libro visita la Web de Amazon y adquierelo por esta vía.

Reflexiona sobre esto:

Responder adecuadamente a nuestros sentimientos también significa que asumimos la responsabilidad de ellos. Los sentimientos de cada persona le pertenecen a ella. Nadie hace que otro sienta; nadie es responsable en último término por nuestros sentimientos excepto nosotros mismos, no importa qué tanto insistamos nosotros en que lo sean. La gente puede ayudarnos a sentir, pero no hace que sintamos. La gente tampoco puede cambiar tampoco puede cambiar la manera en que nos sentimos. Sólo nosotros podemos hacerlo. Más aún, no somos responsables por los sentimientos de nadie más, aunque somos responsables de elegir ser considerados con los sentimientos de los demás. La gente responsable elige hacer eso, en ocasiones. Sin embargo, muchos codependientes se extralimitan en ello. Necesitamos también tener consideración con nuestros sentimientos. Nuestros sentimientos son reacciones a las circunstancias de la vida. Así, la etiqueta social requiere que cuando discutimos un sentimiento con alguien, decimos “Siento esto y aquello cuando tú haces esto o aquello porque…” y no “Me haces sentir…”
Sin embargo, podemos querer tomar otra decisión acerca de cómo manejar nuestros sentimientos. Esto es verdad especialmente si reaccionamos consistentemente ante la conducta de alguien con una gran cantidad de dolor emocional, y que aun después de informarle acerca de este dolor a la persona, él o ella nos lo siguen causando. Quizá no necesites de tanta ayuda para sentir. Recuerda, los sentimientos son indicadores y motivadores. Observa los patrones en nuestros sentimientos. Nos dicen mucho acerca de nosotros y de nuestras relaciones.
A veces, manejar los sentimientos significa la necesidad de un cambio en la manera de pensar. Muchas terapias reconocen una correlación directa entre lo que pensamos y lo que sentimos. Hay una conexión. Lo que pensamos influye en cómo nos sentimos. A veces los patrones de pensamiento inadecuados, inapropiados o exagerados provocan nuestras emociones o hacen que estas permanezcan más de lo necesario. Si pensamos que algo es horrible, que nunca se mejorará, y que simplemente no debe ser, nuestros sentimientos serán intensos. A esto le llamo pensar desastrosamente. Por eso es importante, luego de haber sentido nuestras emociones, examinar nuestro pensamiento. Que lo saquemos a la luz. Si es inadecuado, entonces ya sabemos qué tenemos que hacer pan resolver nuestro problema, ¿no es así?

Reflexión: El codependiente esta acostumbrado como hábito a reaccionar conforme a la conducta de personas que le rodean y son afectivamente importantes para el. Esa reacción no es saludable, y debe ser corregida, caso contrario, se menoscaba la parte emocional del codependiente. Es voluntad de la persona codependiente asumir un compromiso de recuperación lo mas pronto posible, sino continuara mermando su parte emocional hasta terminar con serios compromisos mentales. (Alpha).

¿Reaccionas exageradamente ante las personas y sus necesidades? ¿Estás pensando en asistir o ya estás en Terapia CoDA? Comparte aquí tus vivencias.