Somos seres robustos. Pero en muchos sentidos, somos frágiles. Podemos aceptar cambios y pérdidas, pero esto ocurre a nuestro propio ritmo y de nuestra propia manera. Y solo nosotros y Dios podemos determinar el tiempo. (No seas Codependiente).
Tiempos difíciles, tiempos estresantes, no son todo lo que hay en la vida, pero son parte de la vida, el crecimiento y el progreso.
Lo que hacemos con tiempos difíciles, o energía dura, es nuestra elección.
Podemos utilizar la energía de los tiempos difíciles para resolver y resolver nuestros problemas. Podemos usarlo para afinar nuestras habilidades y nuestra espiritualidad. O podemos pasar por estas situaciones sufriendo, almacenando amargura y negándonos a crecer o cambiar.
Los tiempos difíciles pueden motivarnos y moldearnos para sacar lo mejor de nosotros mismos. Podemos usar estos tiempos para avanzar y subir a niveles superiores de vida, amor y crecimiento.
La elección es nuestra ¿Nos dejaremos sentir? ¿Tomaremos un enfoque espiritual, incluida la gratitud, hacia el evento? ¿Vamos a cuestionar la vida y nuestro Poder Superior preguntándonos qué se supone que debemos aprender y hacer? ¿O usaremos el incidente para demostrar creencias viejas y negativas? ¿Diremos «nada bueno me sucede alguna vez»? Solo soy una víctima. La gente no puede ser confiable. La vida no vale la pena vivir»?
No siempre requerimos energía dura o estrés para motivarnos a crecer y cambiar. No tenemos que crear estrés, buscarlo o atraerlo. Pero si está allí, podemos aprender a canalizarlo hacia el crecimiento y usarlo para lograr lo que es bueno en la vida.
«Dios, que mis tiempos difíciles sean tiempos de curación.»
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós-Serie de Meditaciones).