Melody Beattie, en su Libro El Lenguaje del Adiós plantea la maravilla de regalos que nos da El Creador y si valoramos ese obsequio podemos vivir la vida a plenitud.
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Medita sobre esto:
Para desarrollar un fuerte sentido de lo precioso de la vida humana, debe conectarse con el sistema de creencias de uno. El sistema de creencias no necesita ser el sistema kármico budista, pero tiene que ser uno que sea sumamente consciente de la singularidad y la naturaleza especial de esta forma de vida. (Robert Thurman).
¿Lo ves? ¿Ves lo que es una oportunidad especial y preciosa cada día de tu vida?
Mira más de cerca. Mira todas las lecciones que puedes aprender. Vea cómo puede participar en su crecimiento. Vea con qué cuidado Dios le toma la mano, lo guía por el camino correcto, ofrece las palabras y oportunidades adecuadas en los momentos correctos, envía a las personas adecuadas a su manera.
Puedes sentir. Puedes tocar. Puedes agonizar en la desesperación y reírte con regocijo. Puedes hacer bromas. Puedes llorar en las películas. Puedes llorar en la cama por la noche. Entonces levántate al día siguiente, refrescado.
Puedes probar una naranja, un limón, un mango y describir en detalle la diferencia en cada uno de esos gustos. Se puede oler un bosque de pinos. Puedes tomar la mano de tu amigo y sentir cómo tiembla porque tiene miedo.
Puedes tropezar y caer y sentirte abandonado, luego levantarte y de repente, en un momento, entender la lección que has estado tratando de aprender. Puede saltar de los aviones, sentir la suavidad de la espalda de su amante y sujetar a su hijo contra su pecho.
Puedes esperar y agradecer a Dios más tarde.
Pero también podrías agradecer a Dios ahora.
Tal vez la mejor manera de agradecer a Dios es viviendo tu vida plenamente hoy.
«Dios, ayúdame a usar esta oportunidad, esta vida que me han dado lo mejor que puedo todos los días».
Reflexión: Aprender a valorar y disfrutar las maravillas que Dios pone en nuestra existencia, determina la calidad de vida que llevamos. Cuando empezamos a sentir a plenitud lo que nos ofrece cada día de nuestra presencia en esta tierra estamos disfrutando el mayor de los regalos que nos da El Creador. No tenemos que poseer bienes materiales para sentirnos dichosos y realizados, solo basta con disfrutar de la naturaleza, de todo lo que está a nuestra disposición sin costo alguno. Empecemos a ser agradecidos y a fijarnos más en las cosas hermosas que nos ha dado Dios ¡Vivamos a plenitud! (Alpha).
¿Valoras lo que Dios te provee? ¿Te sientes viviendo tu vida a plenitud? Comenta acá.